Tres claves por las que el fact-checking está más vigente que nunca

No es un hecho aislado que el Día de la Verificación de Datos se celebre un día después del April´s fool day , fecha en que se difunde contenido falso en forma de bromas en algunos países. Y es que la desinformación ha tomado no solo un día, sino muchos espacios de la vida cotidiana de las personas alrededor del mundo.
Los datos son importantes respecto a la interacción con potenciales desinformaciones o contenidos falsos: un estudio publicado en la revista de prestigio médico Nature, en 2021, detalló que, por ejemplo, muchos estadounidenses comparten noticias falsas porque no prestan atención a si el contenido es exacto. Y en el tema político, un estudio del Pew Research Center sobre las elecciones del 5 de noviembre de 2024 reveló que muchos estadounidenses encontraron noticias inexactas y tuvieron dificultad para distinguir los hechos de la ficción.
Las desinformaciones suelen ser tan variadas como temas hay. Algunas de las más comunes abarcan tópicos de salud, política, economía, migración, desastres naturales y entretenimiento.
Ante este panorama, en elDetector te presentamos tres claves de por qué el fact-checking está más vigente que nunca.
Clave 1: ayuda a dar contexto en escenarios convulsos
La verificación de datos no es un género periodístico nuevo, no es un “boom” de las redes sociales, ni busca censurar, como han afirmado algunas figuras públicas. El fact-checking tiene entre sus propósitos dar contexto en escenarios convulsos; en momentos donde justamente la desinformación busca sacar provecho.
Los verificadores de datos muestran los hechos, partiendo de datos oficiales, de información verificada por medios de comunicación con trayectoria y fiabilidad, de estudios, del conocimiento de los expertos, con apoyo de herramientas tecnológicas que ayudan a ubicar si una foto muestra lo que dicen, o si es de la fecha o evento que afirman; y –más recientemente– con herramientas que ayudan a la detección de creaciones con inteligencia artificial (IA). En el caso de elDetector, puedes ver acá la metodología que siguen nuestros verificadores.
Por ejemplo, en elDetector hemos encontrado un patrón de desinformación que circula en redes sociales desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo, el pasado 20 de enero de 2025: ante el escenario convulso de cambios en políticas migratorias, económicas y políticas, circulan con rapidez falsedades sobre supuestas órdenes ejecutivas, medidas o “leyes” aprobadas por el mandatario. Al 2 de abril de 2025, hemos verificado cerca de una veintena de desinformaciones al respecto.
Algunas de esas afirmaciones que hemos desmontado, apuntan como objetivo a la población inmigrante e inmigrante indocumentada, actualmente en la mira del gobierno del presidente Trump, especialmente la segunda.
La importancia de verificar esto y desmentir esas desinformaciones está en que las mismas pueden incidir en la toma de decisiones de la gente, pueden crear nuevos conceptos en sus mentes y afectar su salud. La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) emitió en 2024 un análisis sobre el impacto de la desinformación en las personas, y otro sobre qué factores psicológicos hacen que las personas crean en la información errónea.
“Las personas son más propensas a creer la desinformación si proviene de fuentes que pertenecen a su grupo en lugar de las externas, o si juzgan la fuente como creíble. El contenido emocional de la desinformación también juega un papel: las personas son más propensas a creer declaraciones falsas que apelan a emociones como el miedo y la indignación. También son más propensas a creer la desinformación que pinta a los oponentes bajo una luz negativa, que la desinformación que es negativa sobre su propio endogrupo…Estos hallazgos sugieren que es importante detener la desinformación tempranamente”, se lee.
Clave 2: es una herramienta para la democracia
El fact-checking verifica el discurso político, como punto de partida para que la gente esté informada con datos precisos, y no solo con lo que los políticos dicen en el calor de sus presentaciones públicas.
“La verificación de datos forma parte de la libertad de prensa y del periodismo de alta calidad, y contribuye a la información y el conocimiento públicos”, se lee en la declaración de Sarajevo, promovida por la Red Internacional de Verificación de Datos (IFCN, por sus siglas en inglés) en junio de 2024, y de la que elDetector forma parte.
De acuerdo con esa declaración, la verificación de datos se basa en los principios de que todas las personas tienen derecho a buscar, recibir y difundir información e ideas. “La verificación de datos busca proporcionar información adicional, presentando evidencia para corregir y aclarar mensajes falsos, engañosos o carentes de contexto”, agrega el texto firmado por más de 130 organizaciones de verificación de datos del mundo.
Por ejemplo, el Pew Research Center publicó un estudio antes de las elecciones del pasado 5 de noviembre de 2024, en el que determinó que “aproximadamente tres cuartas partes de los adultos estadounidenses (73%) dicen haber visto cobertura de noticias inexacta sobre las elecciones al menos con cierta frecuencia, incluido el 37% que ha visto este tipo de información con mucha o con extremada frecuencia”. Pero el estudio también arrojó que aproximadamente la mitad de los estadounidenses encuestados afirma que le resultaba difícil determinar qué es cierto y qué no al obtener informaciones sobre las elecciones.
Lucas Graves, experto en desinformación y verificación de hechos, y profesor de la Universidad de Wisconsin - Madison, explicó tras la asamblea “Desmontando la desinformación”, realizada en Madrid en junio de 2024, que la verificación de datos es importante para las democracias porque puede ayudar a “convencer a algunas personas de no creer en falsedades, [y] puede motivar a los políticos a expresarse con más cautela”.
Como muestra del trabajo que hemos hecho en elDetector en verificación del discurso público, tenemos notas sobre lo que dice el presidente Trump, pasando por afirmaciones del expresidente Joe Biden antes de su salida de la Casa Blanca, de la excandidata, Kamala Harris, hasta de otros funcionarios, como Robert Kennedy Jr., en alianza con FactCheck.org.
Clave 3: Es un género periodístico, que también puede ser educativo
El fact-checking no sólo ayuda a dar contexto en escenarios convulsos, reúne datos, verifica desinformaciones o el discurso público, como ya mencionamos, sino que también ofrece a la gente la posibilidad de aprender a verificar por sí mismos una potencial desinformación. A través la alfabetización mediática o digital, los equipos de verificación comparten herramientas y tips para que las personas sepan que es importante –por ejemplo– reposar sus emociones al recibir una afirmación por redes sociales o en sus servicios de mensajería instantánea.
Así, la DW Akademie, un centro de la Deutsche Welle para el desarrollo internacional de los medios de comunicación, según su propia descripción, explica que los verificadores pueden transferir sus conocimientos y habilidades a otros, a través de distintos recursos.
“La alfabetización mediática e informacional proporciona un conjunto de habilidades esenciales para abordar los desafíos del siglo XXI , incluida la proliferación de información errónea y desinformación y los discursos de odio, la disminución de la confianza en los medios y las innovaciones digitales, en particular la inteligencia artificial”, afirma la UNESCO, al respecto.
Las personas a diario se enfrentan, sin saberlo o no, a la desinformación. En elDetector hemos desarrollado algunos recursos gráficos con aportes de voces expertas y distintas notas para ayudar a la alfabetización digital.