Retratos de una nueva oportunidad: Patricia Vildosola

“Ahora que me amo a mí misma sólo quiero poner nada más que lo bueno en mi vida y demostrarme que soy digna de todas estas cosas. (...) Me amo lo suficiente como para conseguirme un trabajo, ser productiva en la comunidad y retribuir”.
Mientras estuvo en prisión, Patricia Vildosola no tuvo o físico con su familia. Ver a su mamá, después de 23 años, dice que fue “desgarrador”, “porque no esperaba que ella se viera así en absoluto”. No sabía cómo reaccionar y se encontró llorando. “Fue un momento realmente emocional abrazar mi libertad”. Sus cuatro hijos fueron adoptados por una familia mientras ella cumplía su condena. Todavía trabaja en reconstruir esa relación. Dice que la persona que entró a prisión era completamente diferente a la que salió. “Me tomó 23 años y medio encontrarme a mí misma”, asegura. “Yo no sabía quién era. No tenía metas. No tenía una relación con Dios. Sólo estaba, sólo existía”. Comenta que en su infancia no tenía “buenos modelos a seguir” y desde los 13 años, se inició en las drogas. En prisión, comenzó a revisar por qué estaba tan enojada y luego pasó a “construir una relación con Dios”. Participó en programas de rehabilitación de drogas, estudió y obtuvo una certificación como asistente legal. “Ahora sé ser responsable. (...) La diferencia es que antes no había forma de que pudiera darme algo bueno porque ni siquiera me amaba a mí misma”. Comenta que llegó un momento en el que se sintió en paz consigo misma. “Estaba en paz con la persona que salía de allí”.
* Los testimonios de Retratos de una nueva oportunidad fueron recogidos y editados por Ana María Carrano, María Gabriela Méndez, Olivia Liendo y Tamoa Calzadilla, bajo la coordinación de Olivia Liendo y Ana María Carrano.
Ir a la página de inicio del libro Retratos de una nueva oportunidad.