Juez federal bloquea indefinidamente el cierre de USAID y afirma que es probable que se violó la Constitución
Un juez federal bloqueó este martes indefinidamente el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), un fallo que es considerado una importante victoria para los grupos que cuestionan ampliamente el papel del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en el despido masivo de miles de trabajadores federales.
El juez también impidió al personal del DOGE acceder a datos personales confidenciales que conserva la agencia.
“El tribunal considera que las acciones unilaterales de los demandados para cerrar USAID probablemente violaron la Constitución de los Estados Unidos”, declaró el juez Theodore D. Chuang, de la corte de distrito de Estados Unidos en Maryland.
Chaung también ordenó al encargado de DOGE, el multimillonario Elon Musk, y a los empleados de su grupo de trabajo que restablezcan el al correo electrónico, los pagos y otros sistemas electrónicos a todos los empleados actuales de USAID y a los contratistas de servicios personales. Musk se había jactado de haber "pasado por la trituradora" a la enorme agencia humanitaria estadounidense USAID.
El juez también impidió que la istración Trump tomara cualquier medida relacionada con el cierre de USAID, incluyendo la suspensión istrativa de empleados, el despido de trabajadores de USAID, el cierre de sus edificios, oficinas y la eliminación del contenido de sus sitios web o colecciones.
Trump congeló la ayuda exterior estadounidense después de regresar a la Casa Blanca en enero, deteniendo abruptamente el trabajo de muchos programas financiados por Estados Unidos contra la tuberculosis y otros males.
USAID es considerada clave para la ayuda internacional
La USAID es parte fundamental de la política exterior de EEUU y istra la ayuda civil internacional y la asistencia para el desarrollo que Washington brinda a más de 100 naciones en todo el mundo.
Con un presupuesto para 2025 previsto en $48,200 millones, USAID era responsable de más de la mitad de toda la asistencia exterior que brinda Estados Unidos, incluyendo servicios de salud, ayuda en caso de desastres y esfuerzos contra la pobreza, lo que la convierte en una de las agencias de ayuda oficial más grandes del mundo.
USAID fue creada en 1961 por un decreto del presidente John F. Kennedy después de la promulgación de la ley de la ley de asistencia exterior, ese mismo año, que reorganizó los programas de asistencia exterior de Estados Unidos y ordenó la creación de una agencia para istrarlos.
Empleados de la agencia recibieron un aviso en el que se les ordenaba que no ingresaran a la sede de USAID en Washington a principios de febrero. USAID emplea a más de 10,000 personas en Estados Unidos.
Gran parte de las actividades de la agencia se centraban en América Latina, donde proveía ayuda para combatir problemas tan diversos como la migración desde América Central, la producción de drogas y contribuye al fortalecimiento de la seguridad y el Estado de derecho en países como México y Colombia.
En América Central, USAID ha ayudado a combatir la corrupción, abordar la inseguridad económica en países como Guatemala, Honduras y El Salvador, según un informe de la organización de derechos humanos, Washington Office on Latin America (WOLA).
El desmantelamiento de USAID podría impactar el combate a múltiples enfermedades en el mundo
USAID trabaja tanto con organizaciones no gubernamentales como con empresas privadas para ayudar a distribuir medicamentos y vacunas en todo el mundo. La agencia también ayuda a mejorar las políticas gubernamentales e invertir en investigación y desarrollo para contener y abordar epidemias y pandemias.
A partir de finales de los años 1960, por ejemplo, USAID ayudó a liderar el esfuerzo para eliminar la viruela y también ha ayudado a combatir la polio y otras enfermedades devastadoras durante las últimas seis décadas.
La pandemia de viruela fue una de las peores de todos los tiempos: mató a un tercio de las personas infectadas y causó entre 300 y 500 millones de muertes en todo el mundo durante el siglo XX. Por el contrario, el covid-19 mató a menos del 1% de los infectados.
Estos esfuerzos han traído inmensos beneficios financieros y de salud a Estados Unidos y al resto del mundo. Algunos economistas estiman que la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio, creada en 1988, ahorró al mundo más de 27,000 millones de dólares en 2017, y que ahorrará de 40,000 millones a 50,000 millones de dólares para 2035.
USAID también desempeña un papel importante en la promoción de la equidad sanitaria mundial. La agencia trabaja para aumentar el a la atención primaria de salud, combatir el hambre y fortalecer los sistemas de salud, salvando en última instancia vidas.
Además, la agencia ha proporcionado una gran cantidad de fondos para combatir enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y el VIH.
Por ejemplo, el Plan de Emergencia del presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés) proporciona tratamiento a 20 millones de personas que viven con el VIH en África. El congelamiento de la ayuda federal por parte de Trump ha detenido la financiación del proyecto PEPFAR.
Los recortes de ayuda exterior harán que los casos de tuberculosis y las muertes se disparen en todo el mundo, han advertido los trabajadores humanitarios.
Uno de ellos dijo a la AFP que ya están muriendo personas por falta de tratamiento en la República Democrática del Congo (RDC), devastada por la guerra.
Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo el mayor financiador de la lucha mundial contra la tuberculosis, alguna vez conocida como consumo, que vuelve a ser la mayor enfermedad infecciosa mortal en el mundo después de haber sido superada brevemente por el Covid-19.
A mediados de marzo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció que el 83 por ciento de todos los contratos de USAID fueron oficialmente cancelados. No estaba claro qué programas se salvarían ni cómo se verá afectada esa medida con la nueva resolución del juez.
La Organización Mundial de la Salud advirtió la semana pasada que los recortes pondrían en peligro millones de vidas, señalando que los esfuerzos contra la tuberculosis (TB) evitaron 3.65 millones de muertes sólo el año pasado.
El cambio ya ha tenido un impacto importante en muchos países en desarrollo, según trabajadores humanitarios y activistas sobre el terreno.
En la República Democrática del Congo, muchos trabajadores comunitarios de primera línea se han visto obligados a dejar de ayudar a los pacientes con tuberculosis, dijo Maxime Lunga, que dirige un grupo local llamado Club des Amis.
Incluso antes de los recortes de fondos de Estados Unidos, había escasez de medicamentos contra la tuberculosis en el país, que también enfrenta brotes de mpox, así como una enfermedad misteriosa y un aumento de los combates en su este plagado de conflictos.
"La situación caótica aquí está empezando a ser aterradora", dijo Lunga, quien también es un sobreviviente de tuberculosis.
"Ahora mismo recibimos muchas llamadas telefónicas de pacientes que nos preguntan cómo ayudarles a acceder a la asistencia sanitaria", explicó a la AFP.
"Sabemos que algunos de los pacientes en lista de espera ahora están muriendo porque no reciben tratamiento".
Con información de The Associated Press y AFP.
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