Cómo afrontar el miedo a ser deportado: una psicóloga comparte sus sugerencias

Los inmigrantes hispanos que temen ser deportados están evitando manejar automóviles, ir al médico e incluso están enviando a sus hijos a vivir con otros parientes. "Algunos se turnan entre ellos para ir al supermercado, evitan salir al máximo para no correr riesgos innecesarios. Lo único que no dejan de hacer es trabajar. Van a trabajar aunque tengan muchísimo miedo", dijo a Univision Noticias la psicoterapeuta María Basualdo.
Viven con estrés y miedo por temor a la ejecución de nuevas y más severas políticas migratorias por parte de la istración de Trump, que no solo los está afectando a ellos, sino que también se extiende, según el Pew Research Center, a los ciudadanos nacidos en Estados Unidos en familias de estatus mixto, residentes permanentes o incluso beneficiarios de visas.
" Este miedo es real, no es imaginario. Está ocurriendo y es difícil de contrarrestar si sabes que están haciendo redadas, que a tus vecinos los fueron a buscar, que un minuto puede cambiar tu vida", agrega Basualdo, quien además de tener una consulta privada, atiende a personas en el sur de Florida que tienen historial criminal por violencia doméstica o abuso de sustancias. 'Miedo a Trump', dice que podría llamarse. "Yo hace diez años que trabajo con esa población y esto de que me llamaran tres esposas una después de la otra porque se llevaron a los esposos no me pasó nunca. Lidiar con los que quedan es terrible. Me reuní con la esposa de un deportado que tiene un nené de cuatro años y me decía 'ahora qué voy a hacer'. Es muy doloroso", agregó.
¿Qué se puede hacer para contrarrestar el miedo?
- Lo primero es identificar el miedo, prestando atención a sus posibles manifestaciones. "La gente tiene síntomas y a veces no se los atribuye al miedo. Está enojada, decaída, tiene problemas en sus relaciones, en el trabajo, está agresiva, no puede dormir, pero no saben conectar los síntomas con el estrés. Eso es muy común", mencionó Basualdo.
Alguno síntomas del miedo son la sobreexcitación pasajera (elevación de la presión sanguínea y ritmo cardiaco, hiperventilación, transpiración excesiva, taquicardia, mareos, dolor en el pecho y dificultad para respirar); sentir enojo o irritabilidad; tener dolores musculares y experimentar problemas digestivos, úlceras o migrañas.
"Desde el punto de vista psicológico, los síntomas más comunes del estrés incluyen nerviosismo, depresión, insomnio, pensamientos intrusivos (no deseados involuntarios), anticipatorios o disfuncionales, ataques de pánico, distanciamiento, preocupación excesiva, obsesiones e incluso paranoia", escribió Basualdo en un ensayo sobre el tema.
- El siguiente paso es tratar ganar control de la situación, movilizándose para crear soluciones y respuestas. "Hay cosas que puedes controlar y cosas que no. Lo primero que puedes controlar… es determinar qué puedes controlar", dijo la especialista. "No vas a erradicar el miedo, pero por lo menos vas a hacer todo aquello que está en tus manos para ganar control y bajar los niveles de miedo y estrés", continuó.
Esto significa mantenerse informado, saber cuáles son sus derechos, ver un abogado y preguntar qué se puede hacer, consultar y pedir asistencia al Consulado de su país: "controlar lo que uno puede controlar, porque el miedo está asociado a perder el control, cuando menos control tiene uno sobre una situación, más miedo tiene. Evita los pensamientos negativos: presta atención a lo que estás pensando y pregúntate si pensar en eso ayuda a hacer algo útil".
Basualdo está consciente de que es una tarea muy difícil, pero insta a las personas a buscar alternativas, ocuparse en vez de preocuparse. "Busca pensamientos positivos y proactivos, hay que tratar de evitar estar en una preocupación constante, y llenarse de pensamientos rumiantes".
- Otra recomendación es dedicar tiempo a la familia y promover las relaciones sanas. "Hablar del miedo y promover la comunicación", señala Basualdo. Eso sí, estando consciente de cómo el miedo afecta la familia y de que puede contagiarse y esparcirse, por lo que lo mejor es evitar los pensamientos negativos en el contexto de la familia y enfocar las conversaciones a cómo capitalizar ese miedo y tomar acciones positivas. "Si los padres están nerviosos los chicos también están nerviosos. Hay que hablar del miedo, hay que normalizar el miedo y es bueno hablar el miedo en familia, siempre tratando de hablar de las cosas positivas que pueden hacer juntos", agregó.
- Hacer lo posible para drenar el estrés tanto solo como en familia. En los últimos 10 años Basualdo ha atendido a centenares de pacientes de poblaciones de riesgo hispanas, muchos en riesgo de deportación. A ellos les recomienda que realicen "cualquier ejercicio de relajación o actividad que a ellos los relaje, aunque solo sea ejercicios de respiración profunda", así no puedan salir de casa por temor a que los detengan."Cuando uno contrarresta lo que está ocurriendo en el cuerpo, el estrés baja".
- La especialista también señala que es muy importante evitar abuso de alcohol y las drogas. "Es muy común que las personas usen sustancias para lidiar con el miedo, pero así no solo empeoran los síntomas, sino también crean consecuencias concretas. Te vas a manejar, te metes en una pelea y eso puede empeorar significativamente tu situación", dice Basualdo. Lo mismo aplica con evitar conductas violentas.
¿Qué ocurre si no se controla el miedo?
Estudios académicos y organizaciones sin fines de lucro han investigado los efectos en la salud física y mental de la ejecución de las leyes migratorias en las comunidades latinas. La evidencia es contundente: las consecuencias son sumamente perjudiciales. En palabras de Basualdo: "Es un hecho multidisciplinario indiscutible: El estrés afecta nuestra salud en general".
Desde el punto de vista psicológico, el estrés debilita los mecanismos para afrontar la realidad y socava el espíritu. "Hace que las personas sean más vulnerables a recurrir a estrategias poco saludables, como el abuso de sustancias o la ira, favoreciendo la gratificación inmediata y la impulsividad. También afecta la relación con uno mismo y las relaciones con los demás", señala Basualdo.
El estrés prolongado además puede traer consecuencias físicas como la presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, diabetes (el estrés puede aumentar los niveles de hormonas en el cuerpo, especialmente el cortisol, que puede aumentar el azúcar en la sangre), problemas digestivos, dolores frecuentes, cansancio, problemas sexuales y pérdida o aumento de peso.
Desde el punto sociológico, añade Basualdo, "crea un estado de caos, una nación estresada, donde la intimidación, división, y ansiedad, se vuelven la norma".
La psicóloga agrega que la vida de los inmigrantes que temen ser deportados ya es de por sí estresante, no solo por su estado legal. "Muchos han pasado por situaciones que uno no puede imaginar. Algunos tienen un nivel de resiliencia, de aguante, muy alto. Algunos están muy resignados. Algunos me preguntan cosas, son más proactivos, quieren conocer sus derechos. Vienen de lugares con su realidad que es tremendamente difícil, es muy duro", agregó.
* Maria Basualdo es psicóloga con más de 10 años de experiencia. Ejerce en la actualidad en Miami Beach, Doral, South Miami, Florida City y Weston.