¿Por qué no es lo mismo tomar leche con miel caliente que leche caliente con miel?
La miel es, en muchos aspectos, una medicina muy poderosa, ya que posee propiedades antibacteriales, antioxidantes, antivirales, etc.
Como probablemente tu abuela o tu mamá te hayan dicho en algún momento, la miel es muy buena para curar resfriados, y aliviar la congestión y los dolores de garganta.
Sin embargo, una pregunta frecuente y que quizás te hayas formulado es por qué no es lo mismo tomar leche con miel caliente que leche caliente con miel.
Y la respuesta es sencilla: porque la miel pierde no solo su dulzura si se caliente, sino además gran parte de sus beneficios para la salud.
Temperatura ideal
Mientras que usar leche caliente está bien, calentar la miel por encima de 42°C hace que la estructura molecular, de suma importancia en la miel, cambie irrevocablemente, por lo que resulta indigerible.
Algunos de los beneficios para la salud comienzan a descomponerse por encima de los 42º C, y los matices del sabor de la miel se ven afectados, porque la miel contiene una gran cantidad de compuestos aromáticos volátiles del néctar, el cual se destruye por el calentamiento.
Así que si alguna vez agregas miel a tu leche caliente, o a una bebida de limón o té, conviene esperar hasta que la leche / agua / té se ha enfriado un poco, o sea que esté tibia, antes de agregar la miel.
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Cómo saber cuándo añadir la miel
Una prueba simple para saber cuándo la temperatura está por debajo de 42º C es que se puede tomar cómodamente un sorbo de la bebida en la boca, es decir que no te quemas la lengua.
Así que ya lo sabes, ¡no es lo mismo tomar leche con miel caliente que leche caliente con miel!
La opción más saludable es añadir miel a la leche (o cualquier otra bebida) tibia. Y si eres una amante de la miel, te encantará esta receta de tiramisú imperial de miel y café.