300 deportados de EEUU y una migración en reversa: 3 claves para entender las deportaciones hacia y desde Panamá
Panamá es uno de los cuatro países que se comprometió a recibir en su territorio a inmigrantes indocumentados deportados desde Estados Unidos. En su caso, en medio de la disputa con el presidente Donald Trump por el Canal.
Para suavizar las tensiones, el mandatario José Raúl Mulino acordó que su país sería "un puente" y recibiría a un número de esos extranjeros a quienes su par estadounidense quiere devolver a sus naciones de origen.
Mulino puso sus limitaciones. Como parte de un memorando de entendimiento con Washington DC, Panamá recibirá tres vuelos: los primeros aterrizaron la semana pasada en el aeropuerto de Howard (al oeste de Ciudad de Panamá) cargados con más de 300 inmigrantes, muchos procedentes de países asiáticos.
Pero Panamá está atendiendo varios frentes migratorios al mismo tiempo: por un lado, el de los deportados que Estados Unidos está enviándole y por el otro, el de cómo expulsar a migrantes que ya están en su país o que vienen haciendo el viaje de retorno desde el norte —desalentados por las políticas migratorias de Trump— y quienes tienen nacionalidades con las que el país centroamericano no tiene relaciones diplomáticas.
Estas son algunas claves para entender estas dos realidades:
¿Quiénes son los migrantes que EEUU está enviando a Panamá?
El vicecanciller Carlos Ruiz Hernández explicó en una rueda de prensa que son originarios de países como Irán, Uzbekistán, Turquía, China, Vietnam, India, Nepal, Pakistán, Sri Lanka y Afganistán. Todas nacionalidades con dificultades para el retorno, ya sea porque esos países no aceptan a deportados de Estados Unidos o por otras razones.
En el primer vuelo, llegaron 37 mujeres y 82 hombres, explicó sin poder detallar cuántos eran menores de edad. Ninguno tenía récord criminal.
Estos migrantes fueron transportados desde Estados Unidos en aviones de la Fuerza Aérea y todos los gastos de traslado y relacionados con su tránsito por Panamá —desde hoteles, comidas y transporte— son costeados por el gobierno de Trump a través de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
No es la primera vez que Estados Unidos establece acuerdos similares con agencias de la ONU. En 2019, durante su primer gobierno, Trump hizo lo mismo con decenas de miles de migrantes varados en México como consecuencia de su programa 'Quédate en México'. Para entonces, también costeó a través de estas agencias vuelos y buses para devolver a los migrantes a sus países de origen.
Tanto el presidente Mulino como el vicecanciller fueron enfáticos en que el acuerdo está limitado a tres vuelos que llegarían desde Estados Unidos. El mandatario dijo que se trata de unas 360 personas: "No es algo masivo", enfatizó en su rueda de prensa de la semana pasada. Los tres vuelos ya aterrizaron en suelo panameño.
¿Dónde están siendo alojados estos migrantes?
Mulino explicó que, por ahora, están siendo alojados en un hotel de la localidad, del que no dio detalles. De ahí, serán trasladados a un albergue que se acondiciona en el estrecho selvático del Darién, fronterizo con Colombia, y que ha visto en los últimos años una migración histórica procedente de América Latina.
Un reporte del diario The New York Times cuenta que los inmigrantes fueron aislados en el hotel Decápolis, en la capital, despojados de sus pasaportes, algunos de sus celulares y se les prohibió consultar a abogados. Cuentan que guardias armados impiden que los deportados salgan del hotel.
El Times logró conversar con algunos de ellos por teléfono. Les contaron que uno había intentado cometer suicidio y que uno más se había roto la pierna intentando escapar por una ventana. Una de las entrevistadas, una profesora de inglés iraní, contó que se había convertido al cristianismo, algo que su país castiga con la muerte. Más inmigrantes en el hotel se encontraban en la misma situación, incluidos niños.
Una vez que los migrantes que están en el hotel sean llevados al albergue, no está claro cuánto tiempo permanecerán allí. En el albergue, dijo Murilo, se les tomará registro biométrico y comenzarán a procesar su salida de Panamá con la ayuda de las agencias de la ONU. El vicecanciller aseguró que no podía hablar de un plazo específico y que dependerá de cada caso.
¿Y qué más está haciendo Panamá con la inmigración?
El presidente Mulino aseguró que la frontera de Panamá por el tapón del Darién está "más calmada". "En el mes de enero tuvimos 229 migrantes, en lo que va de febrero 233", explicó.
Pero tienen un nuevo problema: el de la migración inversa, compuesta por quienes vienen bajando desde Estados Unidos, desalentados por el cierre de la frontera con distintos programas que restringen el al asilo.
Entre ellos, grupos de venezolanos que Panamá evalúa cómo deportar con la ayuda de Costa Rica y Colombia, pues su gobierno no tiene relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro.
Mulino aseguró que evalúa enviarlos a Cúcuta, en la frontera entre Venezuela y Colombia, para que desde allí se establezca un canal de tránsito para que los inmigrantes sean devueltos a su país.
La migración de venezolanos por el Darién ha venido disminuyendo de forma sostenida desde septiembre de 2024. Para diciembre de ese año, contaron 2,992 cruces; en enero de 2025 el número cayó a 1,114.