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NO "hay un montón” de pruebas de que químicos en el agua afecten la sexualidad humana, como dice Robert Kennedy Jr.

Al contrario de lo que dice el precandidato presidencial demócrata, no existe evidencia sobre la relación entre la atrazina y la disforia de género en personas. Kennedy usa como ejemplo estudios realizados en ranas, pero los expertos coinciden en que no se pueden comparar anfibios con humanos.
Publicado 14 Jul 2023 – 12:33 PM EDT | Actualizado 18 Jul 2023 – 02:30 PM EDT
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Expertos confirman que es improbable que lo que ocurre a las ranas se replique en humanos. Crédito: Arlene Fioravanti (arte) / iStock / captura de Twitter.

* Actualización el 18 de julio de 2023.

En una entrevista compartida por Robert Kennedy Jr. en Twitter, y que fue eliminada de YouTube por contener desinformación sobre las vacunas, el precandidato presidencial demócrata asegura que “hay un montón” de pruebas de que la atrazina (un herbicida de uso común que actúa como disruptor endocrino, es decir, una sustancia química capaz de alterar las hormonas) está afectando a los seres humanos de forma similar a como lo hace a las ranas (castrando y feminizando a parte de los ejemplares masculinos, según un estudio del año 2010). Pero no es así. Expertos explican que no hay evidencias científicas que permitan vincular la exposición a disruptores endocrinos con la disforia de género ni se pueden extrapolar los estudios en anfibios a humanos.

“Creo que muchos de los problemas que vemos en los niños, en particular en los varones, es probablemente subestimado en qué medida provienen de la exposición a sustancias químicas, incluyendo una gran cantidad de la ‘disforia sexual’ [disforia de género] que estamos viendo”, dice Kennedy tras una hora y un minuto de entrevista en el podcast de Jordan Peterson.

La disforia de género, según la explicación de la Clínica Mayo, es una sensación de estrés o incomodidad que puede surgir en las personas cuyo sexo asignado al nacer no corresponde con su identidad de género.

“Estos niños están siendo abrumados por un tsunami, quiero decir que están nadando hoy en día en una sopa de productos químicos tóxicos y muchos de estos son disruptores endocrinos: hay atrazina en nuestro suministro de agua. Atrazina que, por cierto, si en un laboratorio pones atrazina en un tanque lleno de ranas, se castrará químicamente y feminizará a la fuerza a cada rana que esté allí y el 10% de las ranas, de las ranas macho, se convertirán en hembras totalmente viables, capaces de producir huevos viables y como está haciendo eso a las ranas, hay un montón de otras pruebas de que lo está haciendo a los seres humanos también", afirma el precandidato sin detallar en la entrevista cuáles serían estas pruebas.

En elDetector consultamos por correo electrónico al equipo de campaña de Kennedy para que nos proporcionaran detalles sobre los estudios o las pruebas a las que se refiere el precandidato. Del equipo de prensa respondieron diciendo que “los comentarios del Sr. Kennedy están siendo malinterpretados. No está afirmando que los disruptores endocrinos sean la única o principal causa de la disforia de género. Simplemente sugiere que, dada la abundante investigación sobre los efectos en otros vertebrados, esta posibilidad merece más investigación”.

Al preguntar por las pruebas que según el candidato dicen que la atrazina está afectando “también” a los seres humanos, nos enviaron enlaces a tres documentos que sí hablan de los efectos de la atrazina sobre la sexualidad, pero principalmente en ranas, peces o reptiles. También nos remitieron a un artículo que incluye referencias en las que se asocia la atrazina con un inicio temprano de la pubertad o con efectos negativos en casos de fertilización in vitro. Sin embargo, ninguno de estos textos relaciona la exposición a la atrazina con las características sexuales de las personas o con la disforia de género.

Además, varios expertos aseguran que no existe tal evidencia de la vinculación entre los químicos presentes en el ambiente –como la atrazina– con los cambios en la sexualidad de los seres humanos.

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En elDetector hablamos con Ángel Nadal, catedrático de Fisiología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (España) y subdirector del Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche, quien nos explicó que como “en fisiología todavía no se conoce cómo se produce la orientación sexual, los mecanismos; decir esto [que afirma Kennedy Jr.], una cosa tan seria, no se puede”.

“Sí es cierto que en humanos hay evidencias epidemiológicas que asocian la exposición a los disruptores endocrinos con determinadas patologías [...] pero no tiene nada que ver con cambio de sexo. Hoy por hoy no hay ninguna evidencia de que eso es así”, detalló Nadal.

“El tema de los disruptores endocrinos es muy importante [...] porque lo que hacen es aumentar la predisposición de determinadas enfermedades en humanos [...], pero este tema no tiene nada que ver con la orientación sexual”, recalcó y precisó que el autismo es una de las patologías a las que se pueden ver expuestas las personas por el o con estos químicos. También añadió que “lo que hace Robert Kennedy Jr., a nosotros los científicos nos perjudica porque está sacando de contexto las cosas y entonces parece que lo que hacemos no es importante”.

En la misma dirección apunta Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (España) y autor de un libro sobre los disruptores endocrinos, quien responde a elDetector vía email que tan solo “se ha planteado —tímidamente— la hipótesis de una posible asociación entre la exposición a sustancias químicas disruptores endocrinos y la identidad transexual y otras cuestiones relacionadas con el género”.

Los autores que han planteado la hipótesis, dice, sugieren que el aumento en los últimos años en el medio ambiente de algunos compuestos químicos “presentes en algunos plásticos” conduce a “un mayor riesgo de trastornos del espectro autista, así como a disforia de género”.

Sin embargo, recalca que en cuanto a trastornos de neurodesarrollo o comportamiento “la bibliografía es abundante tanto en lo que se refiere [...] a estudios epidemiológicos como a estudios en animales de experimentación”, pero que no existen “estudios específicos” sobre su influencia en la disforia de género.

“La ausencia de estudios específicos que contemplen el objetivo particular de disforia de género ha dificultado tanto el establecimiento de los mecanismos implicados en el desarrollo del cerebro y la diferenciación sexual, como el papel de la exposición a sustancias químicas disruptores endocrinos y la disforia de género”, explica Olea.

Mientras que con respecto a la transexualidad, Olea señala que los expertos consideran necesario “realizar más investigaciones” dada la “complejidad” de la misma, para “explorar los mitos y misterios que se esconden” tras ella y que, mientras eso ocurre, “es muy aventurado emitir juicios y hacer declaraciones” como la de Kennedy.

No se puede comparar a los humanos con las ranas

Linda Kahn, profesora de los departamentos de Pediatría y Salud Poblacional en la Universidad de Nueva York, señaló en tanto a CNN que comparar ranas con humanos “no es apropiado” y resulta similar a comparar “manzanas con naranjas”, y explicó a su vez que las personas metabolizamos y excretamos la atrazina del cuerpo en 12 horas.

En cuanto a esa comparación entre anfibios y personas, Tyrone B. Hayes profesor de la Universidad de California y autor principal de uno de los estudios referidos por Kennedy sobre los efectos de la atrazina en las ranas, aseguró a elDetector por correo electrónico que aunque los comentarios del político sobre las ranas son en esencia “correctos”, “no los extrapolaría directamente [a los humanos] y no hay evidencia para vincular la atrazina (o cualquier químico) a la disforia de género”.

“Dado todo lo que sabemos sobre la atrazina, y las múltiples razones por la que debería ser prohibida, no entiendo por qué Robert Kennedy Jr. y otros están hablando sobre algo (como la disforia de género) sobre lo que no tenemos datos”, explicó.

En este sentido, detalló que, aunque “no existe información experimental en humanos”, lo que sí hay son estudios en roedores (usados como representantes de las personas en el campo experimental) que señalan que “la exposición a la atrazina está correlacionada con baja testosterona y bajo conteo de esperma en hombres, enfermedad prostática en hombres, cáncer de seno en mujeres y bajo peso al nacer. Bebés expuestos en el útero tienen más probabilidades de tener defectos de nacimiento que incluyen penes pequeños, testículos que no descienden y anormalidades del pene (hipospadias), como se ha mostrado en roedores. Adicionalmente, la exposición a la atrazina en el útero está asociada con atresia coanal (un hoyo en la cara por el que la cavidad oral y nasal no cierran) y gastrosquisis (en el que el bebé nace con sus intestinos por fuera del cuerpo)”.

La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de Estados Unidos (ATSDR, por sus siglas en inglés), en un documento de preguntas y respuestas sobre la atrazina, señala que si bien se han observado daños en el hígado, los riñones y el corazón en animales expuestos a la atrazina, no saben si esto ocurriría en humanos. También indica que se ha demostrado que esta sustancia altera los niveles de hormonas en la sangre de animales y que puede afectar la ovulación y reproducción, pero que “es improbable que estos efectos ocurran en seres humanos debido a las diferencias biológicas específicas entre los humanos y estos tipos de animales”.

La ATSDR explica, además, que la atrazina “no se acumula ni permanece en el cuerpo” humano y sale de él “principalmente en la orina durante las primeras 24 a 48 horas”. Además, agrega que es improbable que la población general esté expuesta a grandes cantidades de este químico.

En cuanto a los menores de edad, la ATSDR señala que “se sabe poco acerca de los efectos de la atrazina en niños”, aunque “la exposición de mujeres a la atrazina a través del agua potable ha sido asociada con bajo peso del feto y defectos del corazón, las vías urinaria y las extremidades” y en “animales se ha demostrado que la atrazina retarda el desarrollo del feto”, pero no se sabe si ocurre algo similar en las personas.

Otras desinformaciones sobre la disforia de género, como por ejemplo que es provocada por las vacunas infantiles, fueron revisadas por nuestros aliados de FactCheck.org. En esta verificación expertos explican que aunque la causa no está completamente establecida, “investigaciones recientes sugieren que puede deberse mayormente a la exposición a ciertas hormonas antes del nacimiento, así como a algunos factores genéticos y neurobiológicos”. No se menciona la exposición a sustancias químicas durante la niñez.

En elDetector ya hemos publicado anteriormente verificaciones sobre afirmaciones de Kennedy que han resultado falsas, sobre todo relacionadas con la vacunación y su efectividad o las muertes por covid-19.

Conclusión

Es falso que “hay un montón” de pruebas de que la atrazina (un herbicida de uso común) está afectando a los seres humanos de forma similar a como lo hace con las ranas, que según un estudio de 2010 pueden resultar castradas o feminizadas al estar en o con esta sustancia química. El precandidato presidencial Robert Kennedy Jr. sugirió esto en una entrevista en junio de 2023, a la vez que asoció los disruptores endocrinos (como la atrazina) con el aumento de la disforia de género en niños. Sin embargo, expertos consultados por elDetector explicaron que hoy en día no hay evidencias científicas que permitan vincular la exposición a disruptores endocrinos con cambios en la sexualidad de las personas ni con la disforia de género. Además, otros especialistas apuntaron que no se pueden extrapolar estudios hechos en ranas a seres humanos, por las diferencias biológicas entre ambas especies.

* Esta verificación fue actualizada para incluir la respuesta recibida a la consulta realizada al autor principal del estudio, mencionado por Robert Kennedy Jr., sobre los efectos de la atrazina en las ranas.

Fuentes

Entrevista por correo electrónico con Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (España). Realizada el 14 de julio de 2023.

Entrevista por correo electrónico con Tyrone Hayes, profesor de la Universidad de California. Realizada el 14 de julio de 2023.

Consulta por correo electrónico el 13 de julio de 2023 con el equipo de prensa del candidato demócrata, Robert Kennedy Jr.

Kennedy24.com. Página web. Consultada el 13 de julio.

Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades. Resúmenes de Salud Pública - Atrazina (Atrazine). 6 de mayo de 2016.

NIH. Disruptores endocrinos. 2 de junio de 2023.

National Geographic. Un herbicida hace que las ranas macho pongan huevos. 2 de marzo de 2010.

Clínica Mayo. Disforia de género. Consultado el 13 de julio de 2023.

Science Direct. The Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology. Desmasculinización y feminización de las gónadas masculinas por la atrazina: Efectos coherentes en todas las clases de vertebrados. Octubre de 2011.

Universidad de Texas. Directorio de Farmacia. Perfil de Andrea C. Gore. Consultado el 13 de julio de 2023.

NYU Grossman School of Medicine. Perfil de Linda G. Kahn. Consultado el 13 de julio de 2023.

Universidad de California. Berkeley Research. Tyrone B. Hayes. Consultado el 13 de julio de 2023.

ATSDR. Preguntas frecuentes sobre la atrazina. 6 de mayo de 2016.

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