Corte Suprema de Brasil ordena la detención del que fuera ministro de Justicia de Bolsonaro por el asalto al Congreso
La Corte Suprema de Brasil ordenó este martes la detención de Anderson Torres, exministro de Justicia de Brasil bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, por sus presuntos vínculos con los actos violentos ocurridos este domingo 8 de enero de 2023 en Brasilia, cuando una turba de partidarios del exmandatario ultraderechista asaltó las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Torres había asumido apenas la semana pasada el cargo de secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, y se encontraba en Estados Unidos al momento de los hechos.
Bajo la gestión de Torres como responsable de la seguridad de la capital brasileña, miles de partidario de Bolsonaro causaron numerosos daños a las sedes de los tres poderes de Brasil.
Torres fue cesado de su cargo ese mismo domingo por el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien horas más tarde fue apartado temporalmente de sus funciones, también por orden del juez De Moraes, por su supuesta omisión para detener a los partidarios de Bolsonaro.
Lula firmó un decreto, aprobado por ambas cámaras del Congreso, que ordena al gobierno federal asumir el control de la seguridad en la capital.
De Moraes ordenó también el arresto del excomandante de la Policía Militar de Brasilia, Fábio Augusto Vieira, efectuada este martes.
Torres, por su parte, dijo en su cuenta de Twitter que viajaría de regreso a Brasil para entregarse a las autoridades. El exministro de Justicia se encuentra en Estados Unidos de vacaciones.
Autoridades liberan a casi 600 detenidos por “razones humanitarias”
A dos días de los disturbios causados por una turba de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro en las sedes del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio presidencial de Brasil, las autoridades brasileñas anunciaron que han detenido a por lo menos 1,500 personas como responsables de los hechos, y planea presentar cargos contra al menos 1,000 de ellos.
De estas 1,500 personas, las autoridades pusieron en libertad a 599 personas “por razones humanitarias”, según informó la Policía Federal brasileña en un comunicado.
Los detenidos que fueron liberados son ancianos, personas con problemas de salud, personas en situación de calle y madres con hijos, añade el comunicado. Fueron liberados después de haber sido interrogados y tras una revisión de sus teléfonos celulares, afirman las autoridades.
La mayoría de los arrestos se produjeron en un campamento en Brasilia este lunes, al día siguiente del asalto a las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Brasil.
De acuerdo con fuentes citadas por la agencia AP, las autoridades brasileñas planean presentar cargos contra al menos 1,000 personas, y 527 de los que aún siguen detenidos ya han sido trasladados a la cárcel.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, prometió enjuiciar también a quienes planearon “tras bastidores” el asalto a Planalto con el objetivo, según dijo, de “dar un golpe de estado y abolir violentamente el estado democrático de derecho”.
¿Qué daños causaron los partidarios de Bolsonaro?
Los partidarios de Bolsonaro, el expresidente de extrema derecha de Brasil que partió hacia Florida poco después de dejar el cargo, acamparon afuera de los cuarteles militares en Brasilia y exigen una intervención militar para derrocar a Lula.
En las imágenes del domingo se observaba a los partidarios de Bolsonaro que, ataviados en su mayoría con la camiseta verdeamarela que usa el equipo de la selección nacional brasileña –la Federación de Fútbol de Brasil condenó el hecho el lunes–, rompieron ventanas, destruyeron computadores y dañaron muebles.
Entre los destrozos también están los agujeros que los bolsonaristas hicieron en un mural de Emiliano Di Cavalcanti, así como otras obras de arte. También volcaron la mesa donde se reúnen los jueces de la Corte Suprema brasileña, arrancaron la puerta de la oficina de un magistrado y destruyeron una estatua fuera de la corte.
Bolsonaro y su simpatía por la ultraderecha
Mientras estuvo en el poder, Bolsonaro no tuvo reparos en ocultar sus simpatías por los movimientos de extrema derecha y la era de la dictadura militar brasileña, que inició con el golpe de Estado de 1964 y duró hasta 1985, cuando José Sarney asumió el cargo de presidente de Brasil y se convirtió en el primer civil en hacerlo en poco más de dos décadas.
Bolsonaro, un excapitán del ejército, también elogió a Carlos Brilhante Ustra, señalado como torturador y encargado de un centro ilegal de tortura donde estuvo interna la expresidenta brasileña Dilma Rousseff.
Tras salir derrotado en la segunda vuelta de las presidenciales brasileñas, Bolsonaro no aceptó los resultados, se negó a asistir a la juramentación de Lula y partió a Florida, Estados Unidos.
Algunos analistas políticos han señalado las similitudes entre lo ocurrido en Brasil este domingo 8 de enero con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, este realizado por partidarios del expresidente Donald Trump.