Cómo disciplinar a los hijos para que obedezcan
Hace algunos años la palabra disciplina era sinónimo de rigidez, castigo y de una autoridad que casi rayaba en el autoritarismo. Pero con el paso del tiempo esa relación tensa en la familia dio paso a costumbres menos rígidas y más flexibles. Pero hoy en día esa relajación se ha llevado a tal punto de que muchas veces los hijos son los que mandan en el hogar y los padres quienes obedecen. Aquí reflexiono cómo es posible moverse dentro de un punto medio para que toda la familia se vea beneficiada.
Los límites desde pequeños
Imagina esta escena común en los supermercados en el mundo occidental: Son las 11:30 de la mañana. Una madre hace las compras apurada antes de ir a cocinar. Cuando está por salir de la tienda, se da cuenta de que su hijo de cuatro años ya no está junto a ella. ¿Dónde podrá hallarlo? ¡Seguramente en la sesión de los juguetes! Se acerca y ve que su hijo se ha encaprichado con uno y no está dispuesto a marcharse sin él. Antes la insistencia de la madre por posponer la compra para otro día, el niño llora a gritos y se arma un berrinche indescriptible.
El principio del problema
¿Te sientes identificada? ¿Dónde ha comenzado el problema? ¿Por qué no ha sido capaz de evitarlo / resolverlo esta madre? Toda madre (y todo padre) que ha ido de compras con su hijo quizá se sienta identificada con esta situación que sucede al menos una vez en la vida de todo niño. Pero, ¿dónde ha comenzado el problema? Precisamente en esa mismísima primera vez: generalmente para acallar el berrinche, para evitar que se le haga tarde o porque le pareció en ese momento la solución más sencilla, la madre cedió a las demandas del niño sin explicarle demasiado la inconveniencia de realizar esa compra en ese momento. Y el niño aprendió que si se aferra fuertemente al juguete y llora podrá quedárselo.
La solución
Si estás leyendo esto es porque al menos sospechas que hay una educación mejor para tus hijos o porque comprendes cuán importante es enseñarles valores. Por eso, lo mejor que puedes hacer es esto:
- Darles un buen ejemplo
- Corregirlos con firmeza pero con calma cuando sea necesario
- Explicarles de antemano los por qués de los “NO”. Por ejemplo, por qué hoy no podemos comprar juguetes.
- No hacer caso de quienes te digan que los estás educando “en contra de la corriente” de la sociedad actual y demasiado permisiva.
¿Y si no lo hago?
Estarás perjudicando a tus hijos porque no sabrán adaptarse a las situaciones reales de la vida: a un posible fracaso en un examen, a las críticas de su jefe, a la postergación de un objetivo y a todos los demás “NO” que la vida nos pone por delante.
Mientras tanto, podrás leer estos tips para mejorar la disciplina de los niños.