Psicóloga de Harvard revela un poderoso truco para adelgazar: el éxito está en tu mente
Es posible que hayas oído muchas veces que el éxito está en tu mente. Esto es cierto para muchas metas que quieras ponerte en la vida, pero es especialmente útil cuando se trata de tu cuerpo. La mentalidad adecuada es la herramienta más efectiva para ganarles a tus antojos.
Al fijarnos el objetivo de bajar de peso, podemos desencadenar una serie de pensamientos negativos sobre la comida y sobre nosotras mismas. Esto no tiene un impacto saludable en nuestra relación con los alimentos y potencia nuestras tentaciones.
Cómo bajar de peso con la ayuda de un truco psicológico sencillo
Susan David es una reconocida psicóloga de la escuela de medicina de Harvard. En una reciente entrevista con Business Insider, explicó que la manera en que nos ponemos las metas puede definir si llegamos a ellas o no. El lenguaje que usemos para hablarnos y la manera en que pensemos sobre esos objetivos es crucial para cumplirlos.
La psicóloga comienza a explicarse utilizando la teoría de los procesos irónicos. Se trata de una popular teoría de la psicología que explica por qué no podemos alejar de la cabeza aquello en lo que queremos dejar de pensar. Daniel Wegner, que fue psicólogo de la misma prestigiosa universidad, condujo varios estudios en el tema, los primeros en descubrir que la teoría se cumplía.
Según la American Psychological Association, el científico pidió a los participantes de sus estudios que expresaran verbalmente el flujo de pensamientos que pasara por su conciencia, al mismo tiempo que intentaban no pensar en un oso blanco. Si pensaban en un oso blanco, debían tocar una campana. A pesar de las instrucciones tan claras de evitar este pensamiento, los participantes pensaban en el oso más de una vez por minuto. ¿Habrían pensado en un oso blanco si la instrucción no hubiese existido? Muy probablemente no, ni en nada parecido.
«Cualquier persona que se haya puesto a dieta y se haya dicho a sí misma que no puede comer torta de chocolate sabe muy bien que enseguida comienza a pensar, desear y moverse hacia la torta de chocolate», explica David en la charla. Tratar de no pensar en lo que no puedes comer es como intentar no pensar en el oso blanco.
Pero ¿por qué, además del pensamiento, aparece el deseo? La experta dice que hay dos tipos de objetivos: aquellos que sentimos como una obligación (los llama las metas «yo debo») y aquellos que realmente queremos por las razones que más nos mueven (las metas «yo quiero»). La mayoría de nosotros se encierra en el lenguaje de «yo debo».
«Cuando sentimos que tenemos que hacer algo, nuestros cerebros se rebelan. Comenzamos a estar atraídos hacia aquello que estamos intentando evitar», dice David. Si quieres bajar de peso porque a tu pareja le gustaría más o porque te da vergüenza estar sin camiseta, no tendrás tanto éxito. La psicóloga explica que las metas «yo debo» están incitadas por un sentimiento de obligación o vergüenza; esto hace que la tentación aumente.
Cuando las personas nos sentimos obligadas a no hacer algo, terminamos haciendo eso mismo que estamos obligadas a no hacer. «Cuando tienes una meta “yo debo” y ves la torta de chocolate, tu cerebro ya decidió que esa torta de chocolate es lo que comerás», explica David. Hay una manera diferente de encarar la situación y no terminar cediendo ante los antojos, y es tener metas «yo quiero»: cumplir tus objetivos por una razón más conmovedora y que te importe más.
«Un objetivo “yo quiero” [...] está impulsado por un deseo interno, intrínseco, que tiene valor y está conectado fundamentalmente con lo que queremos», dice la psicóloga. En lugar de intentar perder peso porque es lo que a tu pareja le gustaría, puedes ponerte el objetivo de adelgazar para prevenir una enfermedad y poder estar más tiempo en la vida de tus hijos.
Cuando te pones un objetivo porque lo quieres, la misma forma en que piensas en él detiene la tentación. «Es posible que veas la torta de chocolate, pero también verás el resto de la comida que hay en tu refrigerador, y no estarás enfocada en esa torta de chocolate y en querer comerla.»
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