Death Note: ¿cuál es el verdadero problema de la adaptación de Netflix?
El pasado 25 de agosto Netflix estreno la adaptación live-action occidental de Death Note, originalmente un manga escrito por Tsugumi Oba e ilustrado por Takeshi Obata. Pasadas dos horas desde la hora de estreno, internet ya estaba nadando en opiniones negativas, críticas e incluso memes en torno al fallido largometraje.
La adaptación de Death Note pasó, de esta manera, a formar parte de una «lista negra» de largometrajes basados en mangas que han corrido una suerte similar, siendo vistos –casi todos– como filmes mediocres que no hacen verdadera justicia a la obra original.
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¿Por qué pasó esto?
Esa es la gran pregunta. Si lo analizamos en cuanto a trama, la base de la historia del manga es esencialmente sencilla: un shinigami (uno de los dioses de la muerte del sintoísmo y budismo) deja caer en el mundo humano un cuaderno sobrenatural ( death note) con el que los shinigamis sentencian a las personas, anotando sus nombres en sus páginas, lo que los lleva a morir. El Death Note es encontrado por Light Yagami, un estudiante que, al descubrir el poder del cuaderno, decide usarlo para castigar criminales, llegando a desarrollar megalomanía y un complejo de Dios ligado al basto poder que el Death Note le provee.
Si lo vemos a líneas generales, esta historia puede suceder prácticamente en cualquier parte del mundo. Criminales hay en todos lados; todos tememos a la muerte; y cualquiera puede verse corrompido por el poder. Entonces, ¿cómo es posible que una adaptación sobre Death Note saliese tan mal?
La postura del lector
Si nos ponemos del lado de los seguidores del manga original (o el anime), la mayoría de las opiniones señalan a los personajes como el mayor problema de la adaptación, ya que las personalidades dista mucho de la presentada por el manga, lo que hizo que Light Turner ( Nat Wolff) sea un protagonista sin carisma.
Una queja similar se transmitió en mayor o menor medida al resto del reparto. Pero, pensemos… La adaptación de Ryuk el shinigami ( Willem Dafoe) tampoco fue demasiado fiel al manga, sin embargo es LO MEJOR que tiene la película. Eso quiere decir que en realidad, las quejas de los seguidores del manga (que tienen su cuota de razón) en realidad no son la verdadera causa del fracaso del film.
La verdadera causa: el contexto
Todo el verdadero problema de la Death Note de Netflix radica en una sola cosa: el contexto.
Partamos del manga original. Light Yagami es el hijo mayor del jefe de policía de Tokio, o sea que su familia es socialmente respetada, tiene un buen pasar económico en una de las sociedades más seguras del mundo. Es un joven sumamente inteligente, respetado y irado por sus pares, y un alumno con un futuro brillante. Es alguien querido en su familia, con una hermana menor que lo ira y una madre que se enorgullece de sus logros. Pese a todo esto Light no está conforme, porque su mente le permite ver la imagen completa y sabe que el mundo está condenado a causa de la maldad inherente de la raza humana. En ese contexto, la aparición del Death Note le da a Light la oportunidad que él ni siquiera se había atrevido a soñar, la posibilidad de mejorar al mundo volviéndose un «dios de la justicia».
Ese es el contexto del personaje original; Light fue en todo momento un sociópata, un accidente esperando a suceder.
Veamos ahora la película de Netflix. Light Turner es un chico depresivo que perdió a su madre cuando fue atropellada por un criminal que fue posteriormente liberado. James ( Shea Whigham) el padre de Light esta frustrado porque no puede hablar con su hijo sobre el tema además de que pasa muchas horas fuera de su hogar a causa de su trabajo como detective. Ambos viven en una casa cerca de las vías del tren por lo que la situación es incomoda en todo momento; además, cuando Light trata de ayudar a un chico que era atacado por un bravucón, termina siendo golpeado y enviado a detención ya que se descubre que vendía tareas de matemáticas a otros estudiantes.
Como se puede apreciar, hay una NOTORIA diferencia en la manera en que estos personajes son presentados. De ese contexto es que nace la estructura entera de la película. Light Yagami asesina gente porque está convencido que es lo mejor para el mundo, pero Light Turner lo hace (inicialmente) para vengarse del asesino de su madre. El contexto planteado por la película norteamericana no es intrínsecamente malo, solamente diferente y hasta cierto punto interesante, ya que expone el mismo dilema moral que presenta el manga original: ¿hasta qué punto es moralmente aceptable matar a alguien?
Como ambas historias exploran ese dilema moral, que es la base misma de TODA la historia (tanto del manga como de la versión de Netflix), no es de extrañar que Tsugumi Oba y Takeshi Obata hayan disfrutado de la película, ya que si bien se cambió el contexto y el enfoque de la trama, la esencia base de la historia sigue estando presente.
¿Pero entonces es una buena película?
No, no lo es. La base de la historia es interesante –eso no se discute–, el cambio de contexto, del enfoque y el de la propia mitología detrás de los shinigamis y el Death Note abrieron miles de posibilidades que prometían mucho, pero que, lamentablemente, no fueron aprovechadas ni exploradas. Y lo que es peor, la película fue estructurada siguiendo una fórmula de terror adolescente –con romance trágico incluido y final apresurado–, cuando en realidad la historia original es un thriller sobrenatural, ya que posee personajes sumamente complejos en continua evolución.
Habrá que ver si la idea de hacer una trilogía de películas de Death Note persiste después de críticas tan negativas. Solo el tiempo lo dirá.
¿Ya has visto Death Note?