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La historia del hombre que fue declarado muerto y despertó justo antes de la autopsia

Luego de haberlo encontrado sentado en una silla de su celda, este prisionero fue declarado sin vida al no tener pulso y tras varios intentos de reanimarlo. Camino a la autopsia, los servicios de emergencia se dieron cuenta que estaba vivo. Dos días después de estar ingresado en el hospital, despertó por completo y pidió ver a su esposa.
Publicado 4 Feb 2022 – 10:12 PM EST | Actualizado 4 Feb 2022 – 10:13 PM EST
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Cuando los funcionarios del Centro Penitenciario de Asturias encontraron a Gonzalo Montoya Jiménez sentado en una silla de su celda, sin signos de vida y sin aparentes muestras de violencia, llamaron de inmediato al servicio de emergencias para tratar al recluso.

Aquel domingo 7 de enero de 2018, los médicos comprobaron que Montoya no tenía pulso y, tras varios intentos fallidos de reanimarlo, un juez decidió que se levantara el cadáver para retirarlo de aquella prisión, contó El Español.


Como parte del protocolo en estos casos, los funcionarios avisaron a los familiares del reo sobre lo que había ocurrido, mientras el cuerpo de Montoya era colocado en una bolsa negra cerrada y enviado al Instituto de Medicina Legal para que se le realizara la autopsia correspondiente.

Durante ese trayecto, cuando estaban a punto de llegar al instituto, los médicos escucharon ruidos desde el interior de esa bolsa sellada. Cuando la abrieron, encontraron a Montoya vivo.

Luego de digerir la sorpresa mayúscula, los médicos decidieron llevar al recluso al Hospital Universitario Central de Asturias, donde fue declarado estable.

“No puedo comentar lo que pasó en el Instituto de Medicina Legal", dijo ese día a los medios un portavoz del Servicio Penitenciario español, "pero tres médicos han visto signos clínicos de muerte por lo que todavía no está claro en este momento exactamente por qué ocurrió esto".

Un día después de haber sido declarado sin vida, Montoya se sintió muy enfermo, por lo que se le realizaron más estudios que determinaron tener signos de cianosis, una decoloración violácea de la piel causada por mala circulación o falta de oxígeno, además del rigor mortis.


Asimismo, algunos doctores le dijeron a Telecinco que probablemente se trataba de un caso de catalepsia, en el que el cuerpo de una persona entra en un estado de trance carente de conciencia y con rigidez física.

Montoya tenía antecedentes de haber sufrido ataques de epilepsias y, aunque tenía medicamento para tratar esa afección, el estar preso le dificultó poder cumplir al pie de la letra el tratamiento.

Un día después de haber ingresado al hospital con vida, pero inconsciente, Montoya comenzó a despertar y hablar. Al siguente día preguntó si podía ver a su esposa.

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