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📸 El joven con depresión provocada por una extraña enfermedad que le provoca escamas y lesiones en toda su piel

El joven de 17 años está resignado a continuar con su vida, a pesar de las constantes humillaciones que ha sufrido desde que era muy niño, a tal grado que tuvo que dejar de estudiar porque su apariencia, "de piel de pescado", provocaba miedo en los demás pequeños.
Publicado 17 Oct 2022 – 10:38 PM EDT | Actualizado 17 Oct 2022 – 10:38 PM EDT
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Henry Estévez es un joven dominicano de 17 años que sufre de ictiosis vulgar, una enfermedad comúnmente conocida como 'piel de pescado'. Su familia pide ayuda para cubrir los costosos tratamientos y aliviar un poco su dolor.
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Cuando su pequeño Henry nació, Santa Tejada supo que algo no estaba bien porque sus ojitos estaban salidos de arriba y abajo, además de que no se le veían dedos, sino como una especie de bolsas de agua en sus extremidades.
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El aspecto era tal que incluso alguien le propuso a Tejada inyectar a su hijo para sacrificarlo, algo que la mujer, dominicana y devota, rechazó en absoluto. “Nosotros no somos Dios para quitarle la vida a un ser humano”, precisó.
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Al poco tiempo llegó el diagnóstico médico para el pequeño Henry Estévez: Ictiosis Vulgar, una enfermedad comúnmente conocida como piel de pescado que le ha dejado el cuerpo agrietado, lleno de escamas y los párpados al revés.
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A pesar de vivir en la alejada comunidad dominicana de Malverde Mao en un ambiente empobrecido, Tejada se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidar a su hijo, quien ahora con 17 años, no recuerda un solo día sin dolor ni humillaciones, al ser conocido en la localidad como ‘el joven piel de pescado’.
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“La resequedad de la piel me corta y sangro mucho”, dice Estévez, quien además dice estar deprimido desde hace tiempo cuando incluso tuvo que dejar de estudiar por el miedo que provocaba en los demás niños de la escuela.
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“También los grandes lo rechazaban, ha sido un trago muy amargo”, afirma Tejada.
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Por si fuera poco, a pesar de que el sol y el calor le hacen mucho daño a su piel, Estévez ha tenido que conseguir trabajo en el sector de la construcción para ayudar a su madre, quien se gana la vida limpiando casas.
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“Ha sido muy doloroso para mí, como madre soltera. He pasado hambre y de todo”, recuerda Tejada, quien solo espera que su hijo pueda tener el futuro a la altura de la bondad de aquel joven resignado que anhela una vida plena.
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