Cambia tus almohadas con frecuencia. Las fundas de las almohadas almacenan las bacterias de nuestro rostro durante varios días. Hay veces en las que llegamos súper cansadas y vamos directo a dormir, olvidándonos de lavar nuestro rostro. Por eso, una práctica que ayudará muchísimo a tu rostro es limpiar las fundas o cambiarlas constantemente. Getty Images