Luis Rubiales es condenado a pagar una multa por agresión sexual en el caso del beso a Jenni Hermoso
Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), fue condenado este jueves a pagar una multa de $11,200 por el delito de agresión sexual en el beso no consentido que le dio a la jugadora internacional Jenni Hermoso, quien milita en Tigres de México.
El fallo también prohíbe a Rubiales acercarse a menos de 200 metros de Hermoso y comunicarse con ella durante un año.
Rubiales, para quien la fiscalía solicitaba dos años y medio de prisión, fue absuelto del delito de coacciones del que también estaba acusado por sus supuestas presiones a la jugadora y su entorno para que minimizara lo ocurrido y dijera que el beso había sido consentido.
También fueron absueltos del delito de coacciones los otros tres acusados en el caso: Albert Luque, exdirector de la selección masculina; Jorge Vilda, exseleccionador de la femenina, y Rubén Rivera, exjefe de marketing.
El caso parte del escándalo desatado después de que Rubiales diera un beso en los labios a Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas tras la final de la Copa del Mundo de 2023 en Sídney, que ganó España.
Durante el juicio, la jugadora reiteró que nunca consintió el beso y que se sintió "poco respetada". También relató las "incontables" ocasiones en que desde la Federación le pidieron que saliera a decir que el escándalo carecía de importancia.
La defensa insistía en pedir la absolución del acusado al considerar que no había habido una agresión sexual en el beso. "No concurre el ánimo sexual en Luis Rubiales", dijo la abogada Olga Tubau, citada por AP.
Además, Rubiales declaró que estaba "totalmente seguro" de que había sido un beso consentido porque le respondió "vale" cuando le preguntó si le podía "dar un besito".
El abogado de Hermoso, Ángel Chavarría, puso énfasis en el cúmulo de pruebas que implicaban Rubiales.
“No hay ninguna prueba que acredite que la señora Hermoso dio su consentimiento en ese momento concreto", dijo Chavarría. “ Nunca jamás debería habérsele pasado por la cabeza pedir un consentimiento para solicitar un beso a una persona que jerárquicamente estaba por debajo y bajo sus instrucciones", añadió.
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