Spray de aromaterapia vendido en Walmart mató a dos personas: ¿cómo pudo ocurrir?
Durante meses, epidemiólogos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU intentaron determinar qué estaba detrás de varios casos de melioidosis en cuatro estados del país.
Era un verdadero misterio porque es una infección asociada a la peligrosa bacteria Burkholderia pseudomallei prácticamente ajena a EEUU, pues frecuentemente habita en climas tropicales del sur de Asia y el norte de Australia, donde es endémica, y ninguno de los pacientes había viajado hasta allí.
Por su baja prevalencia en EEUU y amplio rango de síntomas -desde dificultad respiratoria hasta fiebre, náuseas o fatiga- costó mucho dar con el diagnóstico de los cuatro pacientes en cuestión, que enfermaron en meses y lugares distintos entre marzo y julio de 2021.
En el caso de un niño de 5 años de Georgia este no llegó sino hasta el momento de la autopsia.
Cuando ingresó a una sala de emergencias en julio de 2021 por vómitos, debilidad, dolor de garganta, palpitaciones y fiebre, lo atribuyeron al covid-19 pues también dio positivo para el coronavirus.
Pero no mejoró con el tratamiento y el reporte del forense reveló algo inesperado: la bacteria Burkholderia pseudomallei estaba presente en sus pulmones, hígados, bazo y cerebro, se lee en un artículo publicado recientemente en el New England Journal of Medicine ( NEJM por sus siglas en inglés) que ofrece un recuento del brote y la labor detectivesca de los CDC para descifrarlo.
Detectada a tiempo, la melioidosis hubiera sido tratable con antibióticos. Su índice de mortalidad ronda entre el 10% y el 50%, y afecta más a personas con condiciones preexistentes.
Pero nada llevó a los doctores sospechar de ella, porque sus síntomas son similares a los de otras enfermedades y especialmente porque la familia no había viajado.
“La melioidosis con frecuencia es descrita como la ‘gran imitadora’. Con frecuencia se le confunde con la tuberculosis”, explica en entrevista con el Centro de Investigación y Políticas para Enfermedades Infecciosas (CIDRAP por sus siglas en inglés), la epidemióloga del servicio de inteligencia de los CDC, Julia Petras.
¿Con qué se contagiaron? El gran misterio
¿Dónde se habían contagiado el niño y los otros tres pacientes? Fue la pregunta que desató la “ardua investigación”, como ella la describe en el artículo del NEJM.
Especímenes del agua y suelo del hogar del niño dieron negativo para la Burkholderia pseudomallei, que abunda en regiones donde la melioidosis es endémica.
Tampoco fue detectada en cientos de muestras de productos que estaban presentes en el hogar y fueron evaluados, pues se sabe que puede estar presente en forma de aerosoles y propagarse mediante la inhalación.
Como los síntomas tardan de tres a cuatro semanas en manifestarse, no es fácil determinar cuál puede ser la fuente del contagio, pues las personas deben intentar recordar qué producto usaron muchas semanas atrás.
“Nunca esperarías que la causa sea un aromatizador de ambientes”
Tres meses después los ‘detectives’ de los CDC dieron finalmente con la causa, que los ayudó a resolver los otros casos de melioidosis detectados en otros estados: nada menos que un spray de aromaterapia de lavanda y camomila, de la marca Better Homes & Gardens, importado de la India y que estaba a la venta en Walmart.
El mismo que también usó la familia de una niña de 4 años de Texas que tuvo fiebre y vómitos por lo que se creyó era una infección urinaria y luego sufrió de un shock séptico, que la dejó en una silla de ruedas y sin poder hablar.
Según contaron después sus padres a los investigadores, solían rociar con ese spray las almohadas y cobijas de la cama de su hija.
“Nunca esperarías que la causa fuera un aromatizador de ambientes”, comentó Ashely Kennon, tía de la niña, en declaraciones dadas a USA Today en octubre.
Los otros dos pacientes que se contagiaron por este producto fueron una mujer de Kansas que falleció a los nueve días de su hospitalización y un hombre de 53 años de Minnesota, que se recuperó, pero siguió presentando secuelas.
En octubre los CDC emitieron una alerta a la población y se retiraron del mercado miles de botellas de varias fragancias del spray de aromaterapia que se vendía en Walmart por 4 dólares desde febrero de ese año.
Para Petras, una de las grandes moralejas de esta historia es que las fuentes de exposición a patógenos foráneos como este se han expandido en EEUU. “ ¿Quién habría creído que una bacteria de la India podría viajar en un producto e infectar a gente acá? Es una gran lección de la que todos debemos aprender”, comenta en entrevista con el Centro de Investigación y Políticas para Enfermedades Infecciosas.