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Política

    Los pecados del control a inmigrantes cometidos por Estados Unidos que Trump podría imitar

    El registro para musulmanes propuesto por el presidente electo podría emular los campos de concentración para japoneses en la segunda guerra mundial y las deportaciones de los años 50, según lo que dijo en campaña y según sus asesores actuales.
    18 Nov 2016 – 11:26 AM EST
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    La incursión de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor propició uno de los capítulos más oscuros de la historia estadounidense, cuando miles de japoneses fueron confinados como enemigos en campos de concentración. Ahora un portavoz de un importante súper PAC que respalda a Donald Trump dijo que estos hechos son un “precedente” para crear un registro para inmigrantes de países musulmanes en Estados Unidos.

    " Lo hemos hecho con Irán hace un tiempo. Lo hicimos durante la Segunda Guerra Mundial con los japoneses", dijo Carl Higbie en el show de Megyn Kelly en Fox News. Según Higbie, portavoz del Great America PAC, la propuesta de registro que está siendo discutida por los asesores de inmigración de Trump sería legal y "mantendría la constitución".

    En febrero de 1942, dos meses después de que Japón atacara a Estados Unidos en Pearl Harbor, el presidente Franklin Delano Roosevelt firmó la orden ejecutiva 9066, que autorizó a designar ciertas regiones como 'zonas militares', de las cuales cualquier persona podría ser excluida.

    Esto significó que más de 100,000 japoneses y Nisei -los hijos norteamericanos de inmigrantes japoneses- fueran declarados por el FBI y otras autoridades militares “aliens enemigos" y relocalizados de la costa oeste a 10 "proyectos permanentes" en el medio oeste de Estados Unidos.

    En estos campamentos las personas terminaron hacinadas y sufriendo toda clase de abusos, como mala atención médica, desnutrición, separación de familias y la pérdida total de unos 400 millones de dólares en propiedades, según relata la revista Time.

    La mayoría de los prisioneros eran ciudadanos estadounidenses, entre quienes estaban el futuro secretario de Transporte, Norm Mineta, y el actor de Star Trek George Takei, quien tuiteó este miércoles: “Esto es peligroso ¿No hemos aprendido las lecciones del pasado? Me preocupa Estados Unidos”.

    Para algunos ciudadanos asiáticos radicados en el Área de la Bahía, las propuestas de Trump en campaña sobre deportaciones y construcción del muro les recordaban la discriminación de la que fueron objeto durante la llamada Ley de Exclusión China de 1882 (Chinese Exclusion Act). Dicha Ley prohibía el ingreso de trabajadores asiáticos a EEUU y estuvo vigente hasta 1943, aunque algunas de sus restricciones seguían en pie hasta comienzos de los años 60.

    Este es otro de los pecados de leyes de restricción a inmigrantes que hizo que muchas personas de la comunidad asiática votaran en contra del magnate por miedo a que familiares indocumentados y otros cuidadanos pudieran ser sacados del país bajo consideraciones racistas.

    Una sorprendente mayoría de votantes asiático-estadounidenses apoyó a Hillary Clinton por encima de Donald Trump, según la encuesta Asian American Election Eve Poll. Realizada entre 2,400 participantes de diferentes grupos de asiático-americanos en la semana postelectoral, el 75% respondió que votó por la demócrata, mientras sólo el 19% lo hizo por el republicano. Cabe mencionar que la mayoría de asiáticos viven en estados tradicionalmente demócratas como California o Nueva York .

    Sistema de registro del 11S

    La propuesta para vetar a musulmanes está hoy en manos de un miembro clave del equipo de transición de Trump, el secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, quien dijo a Reuters que estaban considerando la posibilidad de reimpulsar un programa similar que él mismo ayudó a diseñar después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, mientras servía en el Departamento de Justicia bajo el presidente George W. Bush.

    Conocido como Sistema de Registro de Entrada y Salida de Seguridad Nacional (NSEERS en inglés), el programa hacía especial seguimiento a ciudadanos con visados de países donde las organizaciones extremistas están activas. Requería de estas personas sus huellas dactilares, y en algunos casos las sometía a interrogatorios.

    NSEERS fue desmantelado en 2011 tras ser fuertemente criticado por los grupos de derechos civiles por dirigirse injustamente a los inmigrantes de las naciones de mayoría musulmana.

    Este mismo jueves, Amnistía Internacional le dirigió una carta a Trump en la que califica las propuestas como “un ataque directo a los derechos humanos” y lo invita junto a “asesores relevantes del equipo de transición a que se reúnan con individuos que han sobrevivido el tipo de discriminación religiosa que usted está proponiendo”.

    “Creemos que es imperativo que escuche estas escalofriantes experiencias de primera mano de las personas que las vivieron y de los expertos que las han documentado en todo el mundo”.

    Por su parte, Cecillia Wang, directora del Proyecto de Derechos de Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) , dijo que "si el gobierno de Trump procede a discriminar a nuestros vecinos, familias y amigos musulmanes, vamos a demandar".

    Wang recordó que la ACLU luchó contra el internamiento de los japoneses estadounidenses ante la Corte Suprema y que después de levantado "el internamiento ha sido desacreditado como un capítulo vergonzoso de nuestra historia, incluyendo el presidente Ronald Reagan, que lo llamó 'una gran injusticia' y se disculpó en nombre de todos los estadounidenses".

    Durante un acto de campaña en Iowa, Trump declaró hace un año a NBC que "sin duda yo pondría en marcha esa medida. Absolutamente", al referirse a la creación de una base de datos para registrar a los musulmanes.

    Operación Espalda Mojada

    En otras ocasiones el magnate puso como ejemplo la Operación Espalda Mojada, ofensivo nombre que se cuidó de usar pero que hacía referencia a las polémicas expulsiones masivas de indocumentados ejecutadas durante la presidencia de Dwight Eisenhower (1953-1961).

    "Déjeme decirle que Dwight Eisenhower, buen presidente, buen presidente, echó fuera del país a 1.5 millones de inmigrantes ilegales, los llevó más allá de la frontera. Volvieron", dijo Trump durante el cuarto debate presidencial en las primarias.

    "Los volvió a llevar más allá de la frontera, volvieron. No le gustó. Los movió más al sur. Nunca más volvieron (risas), Dwight Eisenhower. No puedes ser más bueno. No puedes ser más amigable. Echó fuera a 1.5 millones. No tenemos opción".

    La operación contó entonces con la cooperación de las autoridades mexicanas. Los indocumentados eran arrestados en redadas en áreas rurales de California y Texas así como centros urbanos como Los Ángeles, San Francisco o Chicago para ser luego enviados en trenes y barcos a zonas remotas del interior de México.

    Aunque la política de inmigración de Trump todavía están por concretarse, varias organizaciones civiles, congresistas, colegios y universidades se han manifestado en las calles o con comunicados, no solo para exigirle al presidente electo que se apegue a las normas básicas de derechos humanos, sino para mostrarse como un escudo dispuesto a defender a las minorías que el magnate inmobiliario tanto atacó como candidato.

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