La respuesta de Trump al temor de los dreamers a ser deportados: "Tengo un gran corazón"
La angustia de muchos inmigrantes se materializa con las primeras medidas tomadas por Donald Trump al tomar al poder: la construcción de un muro con México, más centros de detención y recorte de fondos a las ciudades santuarios.
Queda pendiente por resolver qué sucederá con los miles de jóvenes que fueron traídos al país siendo niños por sus padres, conocidos como dreamers, y que ahora cuentan con la protección de DACA, la acción diferida que ampara de la deportación a 750,000 jóvenes indocumentados.
En una entrevista con la cadena ABC, la primera que da desde que asumió la presidencia el pasado 20 de enero, el mandatario aseguró que "no deberían estar muy preocupados. Tengo un gran corazón", aunque no dejó pasar por alto en su respuesta que "están aquí de forma ilegal".
Cuatro semanas
"Vamos a cuidar de todo el mundo. Vamos a tener fronteras fuertes. Vamos a tener una frontera muy sólida", afirmó el mismo día en el que la orden ejecutiva para iniciar la construcción del muro fronterizo.
El mandatario mencionó que quienes "han hecho un buen trabajo, debería estar mucho menos preocupados", al tiempo que indicó que presentará un plan definitivo en las próximas cuatro semanas.
Sobre si se les permitirá quedarse, Trump se limitó a decir que tendrá la respuesta en ese periodo de tiempo.
Trump había dicho durante su campaña que planeaba deportar a los 11 millones de inmigrantes sin autorización y que anularía el alivio migratorio de Obama.
Pero tras ganar las elecciones el pasado 8 de noviembre moderó su mensaje.
En diciembre dijo a la revista Time cuando le nombró persona del año que su gobierno trataría de buscar una solución para estos jóvenes, con la que la población quedara "contenta y orgullosa".
"Los trajeron aquí muy jóvenes, han trabajado aquí, han estudiado aquí. Algunos han sido buenos estudiantes. Algunos tienen trabajos maravillosos. Y están en una tierra de nadie porque no saben lo que va a pasar", reconoció entonces a la revista.
Derogar DACA
El mandatario declinó comentar sobre las declaraciones de su nominado a Fiscal General, el senador Jeff Sessions, quien en una audiencia aseguró que derogar el programa de acción diferida DACA sería constitucional.
"Estamos viendo esto, toda la situación sobre inmigración, lo estamos viendo con un gran corazón. Ahora tenemos criminales que están aquí. Tenemos gente realmente mala que está aquí. Esas personas deben estar preocupadas porque van a salir (del país). Les vamos a sacar. Les vamos a sacar rápido", aseguró en la entrevista.
El general John Kelly, responsable del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), tiene este asunto "como prioridad número uno", aseguró Trump.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, no incluyó el fin del programa DACA entre las prioridades migratorias del gobierno de Donald Trump y mantuvo en los últimos días esta línea al asegura que "quienes tienen antecedentes criminales son nuestro foco".
Spicer destacó que la política migratoria de Trump va a centrarse en los indocumentados con antecedentes criminales que son entre 1.4 millones y 2 millones de personas. Aunque el gobierno todabía no ha detallado qué delitos harán deportable a un extranjero, sí ha decretado las directrices para que el DHS priorice las deportaciones, que a diferencia del gobierno de Barack Obama incluye a los inmigrantes que hayan sido acusados de una falta, aunque no hayan sido condenados.
El resto de prioridades a la hora de devolver a su país de origen a un nacional de otro país incluye: haber sido convicto de un crimen; haber cometido una acción que constituye una ofensa criminal; haber cometido fraude; haber abusado de algún programa de beneficios públicos; tener una orden de deportación; supone un riesgo para la seguridad pública o nacional, a juicio (discreción) del agente de inmigración.
Pero también han surgido voces dentro de su propio partido que se han levantado para pedir que no elimine DACA, mientras las protestas se suceden en las calles pidiendo protección para estos jóvenes, algunos de los cuales ni siquiera conocen el país de sus padres.
Mientras tanto habrá que esperar ese periodo de cuatro semanas para ver cómo resuelve el recién inaugurado gobierno de Trump la situación de los dreamers.