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Política

    Candidato o presidente, las tensiones de Donald Trump con los medios no cambian

    El secreto con el que el presidente electo está manejando los temas de la transición y sus "escapadas" del cuerpo de prensa que debe seguirlo, crean temores sobre cómo será el trabajo periodístico en la futura Casa Blanca.
    16 Nov 2016 – 07:24 PM EST
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    Para Trump lidiar con preguntas de periodistas en vivo y directo ha sido problemático las más de las veces. Crédito: JIM BOURG/AFP/Getty Images

    Ha pasado una semana desde que ganó la presidencia de Estados Unidos y Donald Trump no ha convocado su primera rueda de prensa, cosa inusual para un presidente electo.

    En contraste en 2008, cuando Barack Obama sacudió el panorama político al convertirse en el primer negro en llegar a la presidencia, bastaron cuatro días para que se presentara a una batería de preguntas por parte de periodistas.

    Hasta ahora, Trump solo ofreció una entrevista a la televisora CBS.

    El candidato ganador mantiene sus costumbres de tiempos de campaña, cuando desarolló una relación difícil con la prensa que cubría sus eventos y que, sin embargo, le dio más espacio del que editorialmente habría sido prudente otorgarle.

    Y aunque esa cobertura es considerada por muchos como crucial en el despegue de la candidatura de quien hasta julio de 2015 era solo un empresario y celebridad de televisión, el magnate no ha estado nunca de buenas con las prensa.

    Esa incomunicación con los medios, de por sí notable y preocupante, se agrava con las dos “escapadas” que ha hecho en una semana del grupo de periodistas que se supone que deben reportar sus pasos.

    Siete días, pocos tuits

    En estos siete días, Trump ha vuelto a su medio favorito, Twitter, para fustigar a los medios por supuestamente promover las manifestaciones en su contra realizadas en varias ciudades del país y al the New York Times por reportar sobre los problemas que supuestamente enfrenta el equipo de transición en la conformación del gabinete de gobierno.

    Son señales que, unidas a la relación hostil que como candidato desarrolló con la prensa, a la que en sus eventos de campaña permanentemente tildaba de deshonesta, hacen presagiar a muchos duros momentos entre los medios y los futuros inquilinos de la Casa Blanca.

    Desde que el jueves 10 de noviembre Trump se fue de Washington DC a Nueva York sin participarle a los reporteros que lo acompañaban, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca expresó su “profunda preocupación” por el desplante presidencial.

    Este miércoles, varias asociaciones de periodistas suscribieron una carta abierta al futuro presidente pidiéndole transparencia en sus funciones de gobierno y a los funcionarios que le acompañarán en el trabajo por los próximos cuatro años.

    Lo que viene

    Al final de una campaña en la que varios medios y Trump se enfrascaron en una dura lucha, los primeros destapando casos escandalosos del pasado del empresario y el afectado desprestigiando constantemente a los medios como “parte del establishment”, la pregunta es cómo afectará la futura cobertura de la Casa Blanca los roces del último año.

    El presidente electo no ha dado a conocer sus impuestos, rompiendo una tradición de décadas en la política estadounidense. Vetó a varias organizaciones periodísticas, incluyendo The Washington Post y Univision, de algunos de sus eventos de campaña.

    Hasta hora todo el manejo de la transición se ha llevado con mucho secreto, dando pie a más de una especulación y forzando a los periodistas a trabajar con fuentes anónimas para tratar de dar luces sobre un proceso al que la ciudadanía tiene todo el derecho de conocer.

    Pero, en una actitud que parece surgida de la paranoia que mostró durante su campaña, Trump mantiene silencio sobre los nombres que está barajando para que lo acompañen en el gabinete y afirmó que solo él conoce a los finalistas. (Si el lenguaje suena parecido a un concurso de belleza o de un programa televisivo de eliminatorias, es porque esa es la naturaleza del futuro mandatario).

    Como ciudadano privado, Trump no ha mostrado ser una persona dada a la transparencia. Pero como presidente sus obligaciones con el público y el a la información serán muy diferentes. O al menos deberían serlo.

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