Trump y su laberinto arancelario: un seguimiento a sus erráticas medidas contra socios y sectores clave
Los aranceles son para el presidente Donald Trump un 'arma' para lograr objetivos clave. Lo que busca con esos impuestos va desde detener el ingreso de fentanilo e inmigrantes indocumentados por las fronteras, obligar a que empresas produzcan en el país y reforzar la seguridad nacional, hasta tener una mera herramienta para tomar represalias y lograr "justicia" con los países que cobran aranceles a Estados Unidos.
Las pasadas seis semanas han sido de decretos imponiendo aranceles o pidiendo evaluaciones para imponerlos en el futuro, de declaraciones amenazantes y poco claras sobre las fechas de entrada en vigor —Trump dijo por ejemplo en una reunión en la Casa Blanca que prefería que ciertos aranceles entren en vigor el 2 de abril y no el 1 porque es "supersticioso"—, y de conversaciones de último momento con líderes de otros países que trataron de frenar estas medidas incluso con gestos significativos fuera de la esfera comercial.
La pelea con México y Canadá, dos de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ha sido vertiginosa. Trump firmó un decreto el 1 de febrero en el que pautó aranceles del 25% para todos los bienes de esos países (salvo los renglones energéticos de Canadá, a los que se les fijó un impuesto de 10%) desde el 4 de febrero. Horas antes de que entraran en vigor, los postergó por un mes.
Entraron en vigor el 4 de marzo y, poco después, Trump anunció primero una exención temporal para los autos y luego para casi todos los bienes y servicios mexicanos y canadienses tras el fuerte impacto de su medida en la bolsa de valores.
Más que los aranceles en sí, es la forma en la que Trump está manejando el asunto lo que ahora preocupa más en los mercados y entre los empresarios.
Estamos siguiendo cada medida arancelaria de Trump y la tabla de abajo recoge todo lo que ha anunció el presidente hasta el 6 de marzo.
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