"Disparaban hasta vaciar sus armas": los sanguinarios pandilleros que subían de rango aumentando su lista de muertos
Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) pasaron los últimos tres años tratando de encontrar una conexión entre múltiples homicidios que ocurrieron en la ciudad de Salinas, en el norte de California. Las víctimas tenían características similares: eran jóvenes hispanos con la cabeza rapada y que vestían ropa holgada de color azul, aunque no todos estaban vinculados con una pandilla.
Fue hasta que capturaron a seis integrantes de la violenta pandilla ‘Norteños’ cuando descubrieron que habían desmantelado a una especie de cofradía secreta de sicarios que se hacía llamar ‘El escuadrón asesino’ y en el cual le daban un mayor rango a quienes cometían más crímenes.
Sus principales objetivos eran los ‘sureños’, como les dicen a los de la banda rival ligada a la organización criminal carcelaria conocida como Mafia Mexicana o La Eme. Pero a veces ni siquiera verificaban si los jóvenes que mataban a tiros pertenecían a dicha pandilla, según los fiscales.
Buscaban cualquier motivo para “cazar” a sus enemigos en Salinas. Por ejemplo, el 3 de noviembre de 2018 salieron a buscar a quién matar para “celebrar” el cumpleaños de un pandillero fallecido. Esa noche transitaban por un barrio cuando vieron a un hombre que caminaba por la avenida North Hebbron y le dispararon al menos 35 veces. La víctima, quien no era pandillero, recibió un disparo en la cabeza y perdió la vida.
Las actividades criminales de ‘El escuadrón asesino’ llevaron a las autoridades hasta un incidente ocurrido el 12 de enero de 2017. Esa otra noche llegaron hasta una casa en la calle Sunrise donde se realizaba una fiesta y atacaron a un grupo que estaba afuera de la propiedad. Sus disparos alcanzaron a cuatro hombres y dos de ellos fallecieron. Ninguno era miembro de alguna banda.
Al mes siguiente abrieron fuego contra jóvenes hispanos fuera del Centro Comunitario de Hebbron Heights. Dispararon al menos 18 veces, impactando la cabeza de una de sus víctimas. Esa vez viajaban en una camioneta SUV robada, la cual habían rociado de gasolina en caso de que necesitaran prenderle fuego para destruir evidencia.
También se les vincula con el crimen de dos hispanos que estaban en la entrada de una casa en la avenida Dennis. Los mataron detonando al menos 32 disparos. Uno de los jóvenes falleció en la entrada de la cochera y al otro lo persiguieron hasta el patio trasero de la propiedad. Tampoco eran pandilleros.
“Una vez que le apuntaban a una víctima, los pistoleros presuntamente disparaban hasta vaciar los cargadores de sus armas”, señala la Fiscalía.
Una “atroz empresa criminal”
Preferían moverse en caravana, usando un vehículo para transportar a quienes portaban las armas y otro para detectar a las víctimas y alertar si se aproximaba alguna patrulla a la zona.
Ellos asesinaron a por lo menos ocho personas y lesionaron a varias más en siete tiroteos que ocurrieron entre principios de 2017 y finales de 2018, describe la acusación federal.
Cuatro integrantes de ‘El escuadrón asesino’ enfrentan la pena de muerte. Se trata de Siaki Tavale, de 24 años; Andrew Alvarado, de 29; John Magat, de 33; y Anthony Valdez, de 23. Otros dos acusados podrían ser sentenciados a cadena perpetua: Mark Anthony García, de 29 años; y Anelu Tavale, de 24.
Los seis son señalados de crimen organizado, conspiración para cometer un asesinato y uso de armas de fuego. Todos están bajo custodia. García y Tavale comparecieron por primera vez este jueves.
“La acusación alega un patrón de violencia terrible”, dijo el fiscal federal David L. Anderson, titular del Distrito Norte de California del Departamento de Justicia (DOJ), en un comunicado. “Esta violencia destruye vidas (…) retiene a nuestra comunidad como rehén”, agregó el funcionario.
Tatum King, encargado de la oficina del FBI en San Francisco, los describió como una “atroz empresa criminal” que dejó profundas pérdidas en la comunidad. “La incapacidad de estos hombres para vivir sus vidas es extremadamente inquietante para una comunidad respetuosa de la ley”, expresó King.
Los integrantes de la pandilla ‘Norteños’ se identifican vistiendo ropa de color rojo y por el número 14, porque es el que corresponde a la letra ‘N’ en el abecedario, por la banda carcelaria ‘Nuestra Familia’. En las prisiones, ellos son colocados en unidades separadas para evitar enfrentamientos fatales con los ‘sureños’. Esa enemistad llega incluso hasta los centros de detención para inmigrantes.
Las autoridades vinculan a los ‘norteños’ con múltiples homicidios, venta de narcóticos, robos, tráfico de armas, extorsiones, violaciones y otros delitos graves ocurridos en el norte de California.