A los conservadores molestos por las fotos de Melania Trump desnuda: ¿dónde estaban durante los ataques racistas contra Michelle Obama?
Algunos indican que The New York Post fue muy lejos. La portada de este domingo de ese diario, que dio su apoyo formal al nominado republicano Donald Trump durante las primarias de Nueva York, abrió con una controvertida imagen de su esposa. Con el titular "Melania Trump, como nunca la habías visto antes", se muestra completamente desnuda, con la excepción de un par de zapatos de tacones negros. Además lleva las manos cubriendo de manera estratégica su bajo vientre y el director de arte de The Post tuvo la decencia de pixelar sus pezones. Fotos adicionales de ella desnuda aparecen dentro de la edición. Las imágenes de Melania cuando tenía 25 años fueron tomadas en Nueva York en 1996 y aparecieron en Max Magazine, una publicación sa que ya no existe.
Hablando para el programa de CNN Reliable Sources, el asesor de comunicaciones de la campaña de Donald Trump, Jason Milles, adornó las fotografías al decir que son "una celebración del cuerpo humano como arte" y agregó que "no hay nada de lo que hay que avergonzarse... ella es una bella mujer".
Pero en otros círculos, tal como la página web Young Conservatives los lectores encontraron las imágenes de The Post "sin gusto", "desagradables y sexistas", y "vergonzosas".
The Wrap describió la portada como "la última de una serie de humillaciones" para Melania. Slate denunció la portada calificándola de "basura" y afirmando que Melania Trump no se lanzó para presidenta. "Una mujer puede estar de acuerdo con tomarse fotos desnuda para una revista europea durante sus 20", escribió Emily Tamkin. "Con la expectativa de que no aparecerán en la portada de un diario/tabloide 20 años después bajo el título ' Ogle Office' (juego de palabras con Oval Office, el despacho presidencial y la palabra ‘ogle’, que significa mirar de manera lasciva), cuando su marido decide lanzarse a una campaña presidencial".
La portada es basura, También es sexista. La mala decisión de Melania Trump en los años 1990 está apareciendo como una forma de avergonzar a su marido y dar más razones de que no sirve para el cargo de presidente, como si el propio rabioso racismo de Donald Trump, su sexismo rampante y su profunda ignorancia e inexperiencia no fueran lo suficientemente válidos.
The New York Post no está haciendo lo correcto aquí, pero lo siento, no me apuro en denunciar a la publicación tras sus más recientes movidas despreciables. Pienso cómo toda esta gente indignada por el tratamiento de la esposa del candidato presidencial se ha comportado todo este tiempo.
Michelle Obama nunca se ha lanzado a un cargo público, pero eso no la ha librado de ser maltratada durante la mayor parte de una década, primero durante la campaña de su esposo y luego como primera dama.
Ha sido comparada constantemente con varios primates. La portada de una revista la puso como una esclava, fue llamada baby mama en 2008, durante su aniversario de matrimonio se burlaron de su peso, el tamaño de su trasero, sus hombros y sus brazos. Había una caricatura en la portada de The New Yorker como una terrorista local.
Como si no fuera suficiente, desde que Donald Trump emergió como contendiente para la nominación presidencial republicana, los medios conservadores han estado en una campaña sin fin sobre cómo Melania Trump traerá de nuevo "clase" a la Casa Blanca, como si Michelle Obama no fuera la prueba viva de esa palabra. ¿Dónde estaba la indignación más allá de esta mujer que no aspira por un cargo cuando el principal blanco era una mujer negra?
La tercera señora Trump quizás no está compitiendo por un cargo, pero ya no está fuera de alcance. (Si The Post hubiese publicado esas imágenes en el supuesto de que Melania Trump quisiera competir en el ámbito político, también hubiese dicho que la publicación estaría equivocada). Melania Trump apareció voluntariamente en la palestra de la Convención Nacional Republicana. Ya no está con un racista, un psicópata ignorante, está haciendo campaña para alguien que muestra terror e idiotez. Ya no está más fuera de los límites como cuando Michelle Obama estaba en su momento. Y va a recibir críticas como Michelle Obama las recibió y las recibe.
Si está mal para una, está mal para todas, incluida Michelle Obama. Muchos de estos nuevos indignados se molestan con los medios por lo que hacen por alguien que está más conectada con ellos. Hay que detenerlo. Váyanse de aquí con esas reacciones para proteger lo blanco. No comiencen a actuar como si esta locura que le está pasando a una mujer blanca, de repente ha llegado demasiado lejos. La blancura de Melania Trump no debe ser vista como una capa protectora o un escudo invisible que la debe mantener fuera de experimentar lo mismo que la primera dama experimentó y todavía experimenta después de todos estos años.
Esta columna fue publicada originalmente en The Root, el 31 de julio de 2016.
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