EEUU contrató a unos mil exnazis como espías durante la Guerra Fría
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la CIA y otras agencias de inteligencia de Estados Unidos contrataron al menos a un millar de exnazis como espías e informantes de la Guerra Fría, según revelan registros del gobierno recientemente divulgados y dados a conocer por el diario New York Times.
El documento revela que nó solo EEUU tuvo en su nómina a ex del Tercer Reich, sospechosos de llevar acabo crímenes de guerra, sino que también ayudaron a muchos a emigrar a EEUU y algunos de ellos aún viven en América.
"Agencias estadounidenses directa o indirectamente contrataron numerosos funcionarios policiales exnazis y colaboradores de Europa del Este que eran claramente culpables de crímenes de guerra", dijo al Times el historiador de la Universidad de Florida, Norman Goda.
En 1994 un abogado fue presionado por fiscales de la CIA a abandonar una investigación sobre un exespía a las afueras de Boston implicado en la masacre de decenas de miles de judíos en Lituania, según la data obtenida.
Según el Times, miles de archivos desclasificados, solicitudes a la ley de libertad de información, así como entrevistas con decenas de funcionarios del gobierno actuales y anteriores, muestran que el reclutamiento de nazis por parte del gobierno fue mucha más profundo como se creía.
En 1980 funcionarios del FBI se negaron a revelar a los buscadores de nazis del propio Departamento de Justicia información sobre 16 sospechosos nazis que vivían en EEUU. Estos 16 exnazis había trabajado como informantes del FBI, proporcionando pistas sobre "simpatizantes" comunistas y cinco de ellos estaban todavía activos.
En Maryland, funcionarios del ejército entrenaron a oficiales nazis para una posible invasion de Rusia, mientras que en Conecticut se contrató a un guardia de exnazis para estudiar a un bloque soviético de sellos para buscar posibles mensajes ocultos.
Sin embargo, los registros también muestran que muchos de estos antiguos nazis resultaron no ser espías tan eficaces y algunos, incluso, eran agentes dobles.
Otto von Bolschwing, un oficial de la CIA, no sólo se contrató como espía en Europa, también se le trasladó a él y a su familia a Nueva York en 1954, según los registros. Dicha medida fue vista como una "recompensa por su servicio leal de la posguerra y en vista de sus inofensivas actividades (nazis) dentro del partido", escribió la agencia.
Bolschwing vivió libremente durante más de dos décadas en EEUU, antes de que los fiscales descubrieran su papel durante la guerra y lo persiguieran. Estuvo de acuerdo a renunciar a su ciudadanía en 1981, muriendo meses más tarde.
El hijo de Bolschwing, Gus von Bolschwing, es crítico de la carrera contra-inteligencia de su padre y dijo al New York Times que "ellos lo usaron como él los utilizó. No debería haber ocurrido. Nunca debería haber sido itido en Estados Unidos. No fue consistente con nuestros valores como país", aseveró.
Ninguno de estos espías exnazis están vivos ahora.