Quisieron escapar de los bombardeos rusos con sus dos hijos, pero no lo lograron
Entre los cientos de personas que buscaban escapar de la ciudad de Irpin, en la provincia de Kiev, al norte de Ucrania, estaba un matrimonio con sus dos hijos: un adolescente y una niña de unos ocho años.
La familia intentaba cruzar el río que lleva el mismo nombre de la ciudad satélite, ubicada al noroeste de la capital ucraniana, a través de los puentes derrumbados por la operación militar rusa que Vladimir Putin emprendió el pasado 24 de febrero.
Las bombas mataron a la madre y a los dos hijos al instante, de acuerdo con el reporte de The New York Times y el fotoperiodista freelance Andriy Dubchak, quienes se encontraban en el lugar del sitio cuando ocurrió el suceso.
El padre tenía todavía pulso cuando llegaron los paramédicos, pero murió poco después, según su relato, que dice que su equipaje quedó desperdigado alrededor de la escena, junto con una jaula verde donde un pequeño perro estaba ladrando.
Las cifras sobre el número de civiles ucranianos que han muerto desde que comenzó la invasión rusa son confusas.
El último balance de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, difundido el sábado, señala que contabilizaban menos son 351 fallecidos y 707 heridos, aunque reconocen que con toda seguridad son muchos más.
Los fallecidos son 71 hombres, 41 mujeres, ocho niños y cuatro niñas. Unos 217 adultos y 10 niños seguían pendientes de identificar hasta el 5 de marzo de 2022.