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Un grupo de astrónomos anunció el descubrimiento de una nube molecular de un enorme tamaño, con potencial para la formación estelar, inusualmente cercana a la Tierra, a la que llamaron Eos en honor a la diosa griega del amanecer.
Los científicos creen que las estrellas y los planetas nacen dentro de nubes de este tipo, compuestas de gas, polvo, abundante hidrógeno y otros componentes moleculares.
La nube fue encontrada a unos 306 años luz de nuestro sol, una distancia que los astrónomos consideran como cercana a nuestro sistema solar, que tiene el mismo ancho que 40 lunas terrestres alineadas en el espacio y un peso similar al de aproximadamente 3,400 soles, según los astrónomos que la descubrieron.
Las nubes moleculares suelen detectarse rastreando la luz emitida por su contenido de monóxido de carbono. Pero nubes como Eos, que aún no han formado estrellas, suelen estar compuestas principalmente de hidrógeno molecular con un contenido de monóxido de carbono muy escaso, por lo que no emiten la señal que los científicos suelen buscar.
A pesar de ser el material más abundante del universo, el hidrógeno molecular es difícil detectar desde la superficie terrestre porque brilla en longitudes de onda ultravioleta que la atmósfera del planeta absorbe fácilmente. El reporte del hallazgo, publicado en la revista científica Nature Astronomy, explica que las nubes de hidrógeno molecular “pueden pasar desapercibidas debido a que son 'oscuras'”.
“Esta cosa estaba prácticamente en nuestro patio trasero cósmico, y casi la pasamos por alto", dijo el astrofísico y coautor del estudio, Thomas Haworth, en una entrevista con CNN.
Pero en esta oportunidad, el grupo de astrónomos, encabezado por la Dra. Blakesley Burkhart, astrofísica de la Universidad de Rutgers, utilizó un nuevo método de detección que se basa en la naturaleza fluorescente del hidrógeno para detectar la nube.
“Esta es la primera nube molecular descubierta mediante la observación directa de la emisión de hidrógeno molecular en el ultravioleta lejano”, dijo Burkhart, en un comunicado. “Los datos mostraron moléculas de hidrógeno brillantes detectadas mediante fluorescencia en el ultravioleta lejano. Esta nube brilla literalmente en la oscuridad”.
La identificación y estudio de las nubes moleculares podría transformar la comprensión de los astrónomos sobre la cantidad de material disponible en la galaxia para producir planetas y estrellas, así como sus tasas de creación y destrucción.
Los científicos creen que las estrellas se forman cuando acumulaciones de gas y polvo en las nubes moleculares alcanzan una masa crítica y luego colapsan por su propia gravedad, absorbiendo más material cercano.
Aunque es posible que debido a sus características propias Eos nunca dé origen a una nueva estrella, su estudio proporcionará a los investigadores claves importantes de cómo se forman y se disocian las nubes moleculares.
"Nuestro descubrimiento de Eos es emocionante porque podremos medir directamente cómo se forman y se disocian las nubes moleculares, y cómo una galaxia comienza a transformar el gas y el polvo interestelar en estrellas y planetas", dijo Burkhart en el comunicado.
Además, la nueva técnica de emisión de fluorescencia ultravioleta usada para detectar a Eos podría permitir a los científicos descubrir nubes previamente ocultas en toda la galaxia. Después de Eos “los astrónomos esperamos encontrar muchas más nubes similares”, dijo Thavisha E. Dharmawardena, quien también colaboró en el estudio.
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