El exrehén canadiense de Afganistán dice que los talibanes violaron a su mujer y mataron a su hija
La estadounidense Caitlan Coleman, su esposo canadiense Joshua Boyle y sus tres hijos nacidos en cautiverio en Afganistán, ya están en su casa en Toronto después de haber sido liberados en Pakistán de un secuestro de cinco años.
El avión que los trasladaba de Islamabad a Toronto aterrizó en la ciudad canadiense la noche del viernes.
Sin embargo, llegan sin un miembro de la familia. Mientras estuvieron secuestrados su hija fue ejecutada en represalia a su negativa a aceptar una oferta de sus captores, cuyos términos todavía se ignoran.
Joshua Boyle y Caitlan Coleman, casados desde 2011, fueron secuestrados por rebeldes talibanes poco después de que ingresaran a Afganistán en 2012 y después fueron entregados a la red aliada Haqqani en Pakistán.
El grupo insurgente había exigido con anterioridad la liberación de Anas Haqqani, uno de sus principales líderes después de que fuera capturado por Afganistán en 2014 y fuera sentenciado a la pena de muerte. Los secuestradores habían amenazado con matar a la familia si Haqqni era ejecutado.
"La estupidez y la maldad del secuestro por la red Haqqani de un peregrino y su esposa embarazada, dedicada a ayudar a los aldeanos en las regiones controladas por los talibanes en Afganistán, fue eclipsada sólo por la estupidez y la maldad de autorizar el asesinato de mi hija pequeña ", dijo Boyle al declarar a su arribo a Toronto.
Leyendo un texto ante las cámaras, el exrehén canadiense, al borde de las lágrimas, afirmó que su negativa tuvo como consecuencia "la violación después de (su) mujer, no como una acción solitaria, sino por un guardián asistido por el capitán de los guardianes y supervisado por el comandante de Haqqani Abu Hajar".
Boyle aseguró que el asesinato de su hija y la violación de su esposa en 2014 habían sido confirmados por una investigación afgana en 2016.
"No tengo ciertamente ninguna intención de permitir a una banda brutal de criminales que dicte la dirección futura de mi familia", agregó, sin dar detalles sobre las exigencias de sus secuestradores que él rechazó.
En diciembre de 2016, después de cuatro años de secuestro, se dio a conocer un grabación en la que la pareja suplicaba ayuda al gobierno de Estados Unidos. "Obama, tu legado al salir del gobierno es probablemente importante para ti. Nuestras vidas y la de nuestros hijos lo son para nosotros", le imploraba la estadounidense con un mensaje leído donde califica su situación como una "pesadilla kafkiana".
En su petición a Donald Trump, la estadounidense reconocía que los talibanes "quieren dinero, poder".
Esperar tanto tiempo para oír su voz
Coleman y Boyle junto a sus hijos fueron rescatados el miércoles durante una operación de las fuerzas armadas paquistaníes, tras haber recibido informaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses.
El Ministerio de Exteriores de Canadá emitió un comunicado en el que celebra el retorno de la familia.
"Canadá jugó un papel activo en todos los niveles en el caso del Sr. Boyle y continuará apoyándolo a él y a sus allegados, ahora que han vuelto a su país", indicó el Ministerio en un comunicado, en el que pidió respetar "por el momento (...) la vida privada de la familia".
Los padres de la mujer expresaron su alegría con la liberación, y su regreso a Canadá aunque también dijeron estar furiosos con su yerno por llevar a su hija a Afganistán.
"Llevar a tu esposa embarazada a un lugar peligroso es, para mí, inisible”, dijo el padre de Caitlan Coleman, Jim, en declaraciones el viernes a ABC News.
La madre de Coleman, Lynda, dijo que la oportunidad de finalmente hablar con su hija fue “increíble”.
"He estado esperando para oír su voz por tanto tiempo. Y entonces escucharla y que suene exactamente como la última vez que hablé con ella”, dijo.
Joshua Boyle se había negado el jueves a abordar un avión militar estadounidense, prefiriendo volver a Canadá, por temor a ser interrogado en Estados Unidos debido a su pasado.
Boyle se había casado en 2009 con Zaynab Khadr, hermana de Omar Khadr, un canadiense de 15 años capturado en Pakistán en 2002 que estuvo largo tiempo preso en Guantánamo y luego en Canadá, antes de ser liberado en 2015. Él había hecho activismo por la liberación de su entonces cuñado y por su traslado a Canadá.
Desde hace tiempo, las autoridades estadounidenses han acusado a Pakistán de ignorar a grupos como la red Haqqani, que mantuvo cautiva a la familia.