La madre de Kercher, "conmocionada" tras absolución de Amanda Knox
La madre de la británica Meredith Kercher dijo este sábado sentirse "sorprendida" y "conmocionada" por la decisión del Tribunal Supremo italiano de absolver a la estadounidense Amanda Knox y al italiano Raffaele Sollecito por el asesinato de su hija en Italia en 2007.
En declaraciones a los medios británicos, Arline Kercher itió estar "muy conmocionada" después de que el Supremo absolviese ayer a Knox y Sollecito por el asesinato de Kercher en Perugia, centro de Italia, ciudad en la que cursaban un programa estudiantil.
Kercher aseguró que le parece "raro" este cambio en la decisión judicial, porque ambos habían sido condenados previamente dos veces.
Al serle preguntada sobre qué pasos espera seguir para esclarecer el caso, la madre de la joven británica afirmó: "Realmente no lo sé en este momento. No tengo ningún plan".
El Tribunal Supremo italiano solo condenó a Knox a tres años de prisión por calumnias, una pena que ya ha cumplido, por intentar incriminar en los hechos a Patrick Lumumba, el músico congoleño y propietario del bar donde trabajaba Knox.
Kercher, que tenía 21 años y procedía de la localidad de Coulsdon, a las afueras de Londres, fue agredida sexualmente y asesinada con un cuchillo en su habitación.
Knox, ¿ángel o demonio?
Por su parte, la joven estadounidense Amanda Knox dijo sentirse "tremendamente aliviada y agradecida" por el fallo.
En un comunicado enviado a los medios estadounidenses, Knox explicó que el saberse inocente desde el principio le dio "fuerza en los momentos más oscuros de esta dura experiencia" y agradeció el apoyo recibido durante todo este tiempo por parte de familiares, amigos y desconocidos.
"A ellos les digo: Gracias desde lo más profundo de mi corazón. Su bondad me ha mantenido en pie. Sólo espero poder agradecerles en persona a todos y cada uno de ustedes", indicó la joven residente en Seattle.
La personalidad ambigua de Amanda Knox, para unos un ángel y para otros un demonio, fue clave en el largo proceso judicial en los tribunales italianos, que la condenaron y la absolvieron sucesivamente y que el viernes la exculparon definitivamente.
Con su bello rostro sin maquillaje y sus ojos azules, la joven Amanda, de 27 años, no parecía corresponder al perfil de asesina cuando fue acusada en noviembre de 2007 de haber acuchillado salvajemente a su compañera de piso Meredith Kercher, una británica de 21 años.
Los jueces que la interrogaron a lo largo de su interminable saga judicial la describieron como una muchacha coqueta a la que le gustaba mucho la fiesta, probar toda suerte de drogas, coleccionar las conquistas masculinas, dejando a la vista sus juguetes sexuales y su lencería osada, en el apartamento que compartía con otras tres jóvenes.
Para la acusación, Meredith fue asesinada porque se negaba a participar en un juego sexual con Amanda y su novio italiano, Raffaele Sollecito, coacusado del asesinato, y con un inmigrante oriundo de Costa de Marfil, Rudy Guédé, juzgado por separado.
Meredith fue encontrada en un charco de sangre el 2 de noviembre de 2007 degollada y semidesnuda.
La familia Knox ha presentado siempre una imagen opuesta de Amanda, describiéndola como afectuosa, sana y deportista. "¿Cómo podría ser capaz de tal violencia? ¿Cómo podría haber hecho daño a una de mis amigas?", espetó Amanda al principio del proceso en apelación en noviembre de 2010.