Temores por el fin de la ley de ajuste motiva ola migratoria cubana

Kirenia Barrios, su esposo, sus dos hijos, su padre y su madre, todos viven en Estados Unidos gracias a la Ley de Ajuste Cubano de 1966. Pero en Cuba todavía están su hermana, su sobrino y sus abuelos, y teme que la amnistía que los ha beneficiado durante casi 50 años pueda llegar a su fin.
El congresista republicano Paul Gosar, apoyado por una decena de legisladores, introdujo el 23 de octubre en el Congreso un proyecto para derogar las leyes que establecen la amnistía migratoria para los cubanos: la de Ajuste y la de p ies mojados-pies secos .
“ Si el presidente (Barack) Obama ha normalizado las relaciones con Cuba, ¿por qué debemos tratar a los inmigrantes de esa nación diferente a como son tratados los de otros países?”, se preguntó Gosar en la exposición de motivos de su proyecto “Fin de los Programas Especiales de Migración para los Cubanos”.
Desde 1966, los cubanos son los únicos migrantes con privilegios para obtener un estatus en Estados Unidos. El Congreso los benefició con la Ley de Ajuste que les daba el derecho a ser residentes luego de permanecer en el país por un año y un día.
Luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, varias oleadas han huido: unos con los vuelos de la libertad, otros con Mariel o durante la crisis de los balseros en 1994, cuando salieron más de 30,000 cubanos.
Tras esta última oleada, ese mismo año el gobierno implementó la política conocida como pies mojados-pies secos, que otorgaba el estatus de residentes a aquellos cubanos que lograran llegar a tierra firme sin ser interceptados por la guardia costera en el mar.
Con el deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana en diciembre de 2014, una nueva diáspora se generó entre los cubanos justo por la sospecha de que una medida como la anunciada por Gosar pueda materializarse.
Desde hace un año, los isleños han cambiado la balsa de caucho y latón y han diversificado sus rutas para pisar tierras de Estados Unidos.
Ahora no solo cruzan el estrecho de Florida, plagado de tiburones. También recorren miles de kilómetros por Centroamérica y México, por caminos sin ley y al margen de las bandas criminales que, entre otras cosas, trafican con personas y drogas.
La disidente Berta Soler, representante de las Damas de Blanco, reconoce la preocupación entre los cubanos. Aún así dice al teléfono estar de acuerdo con la propuesta de Gosar dado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
“Perjudicados nos vemos todos los cubanos que queremos tocar tierras de libertad, pero ya no hay razón para que se mantenga esta ley de ajuste ”, opina.
Durante los primeros nueve meses del recién terminado año fiscal 2015, el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras registró a 27,296 cubanos que llegaron a Estados Unidos. La cifra es 78% mayor a la del mismo período de 2014, cuando pisaron suelo norteamericano unos 15,341 isleños.
Del total de 2015, dos tercios han ingresado por la frontera entre México y Texas.
Una nota del diario español La Vanguardia refiere además que producto de esta última diáspora, las autoridades de Guatemala y Honduras reportaron entre enero y septiembre más de 10,000 cubanos detenidos en su tránsito ilegal hacia Estados Unidos.
El Servicio Nacional de Migración de Panamá, por su parte, señaló que en los primeros siete meses de 2015 fueron unos 8,000, en su mayoría procedentes de Ecuador, el único país del continente que no les exige visado.
Un nuevo migrante
Por tierra, mar o aire, el Pew Research Center calcula que entre 1980 y 2013 ingresaron a Estados Unidos 1,144,000 cubanos.
Darío Moreno, profesor de Relaciones Políticas e Internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas es inglés), percibe una diferencia entre los migrantes que llegaron antes de los años 90 perseguidos por el gobierno de Fidel Castro y los de ahora.
“Antes del (año) 90, era un medida que beneficiaba a quienes escapaban del régimen y que por eso no volvían a Cuba ”, dice Moreno.
“ Ahora, vienen a Estados Unidos por razones económicas y es un buen motivo, pero hay gente en otros países que vive la misma situación y no tiene estos beneficios”, explica el especialista.
Ernesto Clavelo, un cubano residenciado en Miami y beneficiado por estas leyes, cree que la migración ha cambiado.
“Muchos de los cubanos que salen hoy de Cuba lo hacen sin darse cuenta de que persisten los motivos políticos y la persecución. Esos motivos están enmascarados por la miseria en la que viven” , dice Clavelo, que pisó Estados Unidos en la oleada de balseros de 1994 y luego de tres intentos fallidos.
“La gente está saliendo de Cuba porque no puede hacer lo que quiere allá, como montar un negocio, por ejemplo, o tener propiedad privada. La cosa es que siempre vuelven”, agrega este cubano que no ha regresado a la isla.
A pesar de sus críticas al uso que los isleños han hecho de la ley, Clavelo cree que “ eliminar esa ley equivaldría a legitimar la dictadura”.