Treinta presos organizaron “una fiesta” en una cárcel de California permitida por un guardia, según un reporte oficial

LOS ÁNGELES, California.- El "estricto" sistema penitenciario de California ha quedado en entredicho por varias quejas contra guardias carcelarios, incluyendo un incidente en el cual uno de estos supuestamente autorizó que 30 reos participaran en "una fiesta" en la que bebieron alcohol violando las reglas de la prisión.
El oficial, cuyo nombre no ha sido revelado, "permitió que unos 30 internos tuvieran una fiesta no autorizada por un pandillero fallecido en una unidad segura", señala un informe de la Oficina del Inspector General (OIG) de California, que revisó múltiples reportes disciplinarios de empleados de cárceles estatales entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año. El análisis fue publicado el lunes.
Ese mismo guardia llevó a los presos al patio de una unidad asegurada y no impidió que estos bebieran alcohol fabricado por uno de los reclusos. También le entregó un paquete a otro interno en una celda de castigo como recompensa por su participación en el asesinato de un reo, agrega el informe.
En su reporte disciplinario se menciona que el oficial incurrió en múltiples fallas, como autorizar la “fiesta” en el patio del instituto, no registrar los nombres de los presos que participaron en ésta, omitir una revisión en la unidad por la presencia de alcohol, ni reportar el incidente a sus superiores.
Tras ser suspendido, el oficial involucrado renunció
“No puse en peligro al personal y me importan una mierda los presos”, respondió indignado el guardia cuando se le preguntó si era consciente que había puesto en riesgo la seguridad del penal.
También le cuestionaron cuándo fue la última vez que elaboró un informe de violación de reglas contra un recluso y si debió hacerlo por la "fiesta" que permitió. Él contestó: “mierda, no lo sé”.
No está claro en qué prisión se realizó este festejo, ni qué circunstancias rodean la muerte por la cual decidieron celebrar. También se desconocen las identidades de estos reclusos y si pertenecían a alguna pandilla (todo indica que sí). Las autoridades no revelaron si el guardia recibió algún pago por esto.
El oficial fue suspendido mientras avanzaba su proceso disciplinario y finalmente renunció. El análisis del OIG también descubrió que no se sometió este caso a la Oficina de Asuntos Internos del Departamento de Correccionales y Rehabilitación (CDCR) sino hasta 47 días después de lo requerido.
Es común escuchar que en cárceles latinoamericanas ocurren fiestas como la que describe el informe de la Oficina del Inspector General del gobierno de California. No se había sabido de un incidente de este tipo en prisiones estadounidenses en años recientes.
El departamento que gestiona las cárceles estatales declinó hablar en relación con esta denuncia. “El CDCR no puede comentar sobre un asunto personal”, dijo su vocera Dana Simas en un correo electrónico enviado a Univision Noticias.
La dependencia istra más de 30 prisiones estatales que albergan a alrededor de 117,700 reos y tiene unos 1,100 empleados.
Otras quejas contra guardias de cárceles
Esta no es la única acusación de mala conducta que empaña el trabajo de los guardias de prisiones de California. Y algunos incidentes, descubrió la auditoría, fueron presentados de manera tardía a las autoridades estatales.
En uno de esos casos, un oficial fue señalado por golpear innecesariamente a un recluso varias veces con un bastón y por mentir sobre el hecho. Inicialmente, la Oficina de Asuntos Internos del CDCR no abrió una investigación, ni agregó una acusación por “deshonestidad” contra el vigilante.
Otra queja menciona que un guardia empujó intencionalmente a un reo golpeándole la cabeza y el cuello y que le amenazó con agredirlo sexualmente. Este vigilante no solo falló en documentar su uso de fuerza, sino que un sargento tampoco lo hizo, indica el reporte del OIG.
Un incidente más: un celador se grabó teniendo relaciones sexuales con un oficinista y distribuyó el video sin el consentimiento de esa persona. La denuncia se archivó 192 días después.
También se presentó varios días después el reporte contra un guardia que supuestamente le envió mensajes sexualmente explícitos a su hijastra de 14 años, solicitándole tener relaciones sexuales. Pasaron cuatro meses hasta que la Oficina de Asuntos Internos del CDCR recibió la queja.
Una de las preocupaciones citadas por el informe es que el departamento no realizó acciones disciplinarias en el tiempo establecido por sus políticas en el 60% de los casos y en varios otros retrasó el despido o renuncia de los guardias acusados de mala conducta.
“Estas demoras resultaron en un costo para el departamento y los contribuyentes de 150,352 dólares”, señala el reporte del OIG.
Dana Simas, la vocera del CDCR, dijo que la agencia ha actualizado su sistema de istración durante el último año para aumentar la eficiencia en el procesamiento de casos disciplinarios.
“El departamento tiene tolerancia cero para la mala conducta de los empleados y nos tomamos muy en serio todas las acusaciones”, dijo la portavoz a este medio.