Otro informante denuncia que piezas de fuselaje solían salir defectuosas de fábrica que abastece a Boeing
Piezas de fuselaje para los aviones de Boeing regularmente salían de la fábrica con defectos, algunos serios, denunció un exempleado de Spirit, principal proveedor del gigante estadounidense de la aeronáutica.
Santiago Paredes, quien trabajó para Spirit Aerosystem en su fábrica de Kansas de 2010 a 2022, contó en entrevista con CBS y la BBC que llegó a encontrar hasta 200 defectos en piezas que ya estaban listas para ser enviadas a Boeing, pero muchas veces era presionado para ser menos riguroso.
Paredes, un extécnico de la Fuerza Aérea que se desempeñaba como inspector de calidad en Spirit, contó que en el trabajo lo llegaron a apodar 'showstopper', porque ralentizaba la producción cada vez que daba cuenta de los problemas.
Lo que Paredes contó a las dos cadenas televisivas forma parte de su testimionio en una demanda de accionistas descontentos contra la empresa. Es la primera vez que el hombre habla a la prensa del tema. Josh Dean, otro antiguo auditor de calidad de Spirit cuyas declaraciones también formaban parte de la misma demanda, falleció la semana pasada por una infección bacteriana.
Aquí te contamos las claves del testimonio de Paredes:
Hasta 200 defectos, algunos graves
Santiago Paredes dijo no sentirse extrañado cuando supo de la noticia del avión de Alaska Airlines que perdió el que cubría una puerta de seguridad en pleno vuelo, causando un caos total a bordo, que afortunadamente no costó vidas humanas. La aeronave era un Boeing 737 Max, la línea para la que él trabajaba antes de dejar la compañía.
Los agentes federales que se encuentran investigando el caso han dicho que esa puerta había sido instalada originalmente por Spirit, pero luego técnicos de Boeing la retiraron para rectificar un remachado defectuoso.
El hombre dijo en la entrevista que llegó a acostumbrarse a encontrar "entre 50 y 100, 200" defectos en los fuselajes, que es el cuerpo principal del avión, en piezas que ya estaban listas para ser enviados a Boeing.
"Encontré muchos anclajes faltantes, muchas piezas dobladas y, a veces, incluso piezas faltantes", declaró. Muchos de los problemas que hallaba a diario eran menores, pero también se topó con otros más serios.
Presiones y sanciones en su trabajo por señalar defectos
Paredes declaró que en general se le presionaba para que él fuera menos riguroso en su labor diaria. "Solo querían que se enviara el producto. No se centraban en las consecuencias de enviar fuselajes defectuosos. Solo se centraban en cumplir las cuotas, el cronograma, el presupuesto", declaró. "Si las cifras parecían buenas, el estado de los fuselajes realmente no importaba".
Las presiones fueron aumentando y llegaron al punto en que su gerente le pidió que cambiara la forma en la que se informaba de los defectos, buscando reducir el número de reportes en total. Según Paredes, él protestó por esa decisión y finalmente lo degradaron de puesto y lo movieron a otra parte de la fábrica de Wichita.
"Sentí que me estaban amenazando y sentí que estaban tomando represalias contra mí por expresar mis preocupaciones", dijo.
Eso lo llevó a presentar una queja ética ante del departamento de Recursos Humanos de la empresa, tras la cual, fue reintegrado en su cargo y se le pagaron los salarios que dejó de percibir en su ausencia. Pero él dejó la empresa poco después de eso.
De acuerdo con el exempleado, ambas empresas, tanto Spirit como Boeing, estaban al tanto de los muchos problemas que había regularmente y que estos se discutían a veces en las reuniones semanales entre los inspectores de calidad.
Spirit fue parte de Boeing antes y actualmente sigue siendo su principal proveedor. En su fábrica de Kansas construye el fuselaje de todos los Boeing 737 Max y luego los envía a las instalaciones de Boeing cerca de Seattle, en el estado de Washington. Además, fabrica gran parte del 787 Dreamliner, informó la BBC.
Ahora, antes las importantes pérdidas y cuestiones legales que está teniendo Spirit, Boeing está negociando volver a comprarla.
Él no volaría en un 737 Max
Después de lo que vio en su más de una década en Spirit Aerosystem, y aunque la empresa niega sus declaraciones y Boeing ha dicho que el proveedor ha mejorado grandemente en seguridad, Paredes confiesa que no volaría en un 737 Max.
"Nunca había conocido a mucha gente que tuviera miedo de volar hasta que trabajé en Spirit", dijo en la entrevista. Una vez allí, confesó, "conocí a mucha gente que tenía miedo de volar, porque veían cómo estaban construyendo los fuselajes".