Una madre a la que pagan por tener un hijo entrega a uno propio por error
Jessica Allen cobraría 30,000 dólares por llevar en su vientre y dar a luz al bebé de otra pareja. El dinero les venía bien a ella y su marido, Warder Jasper, residentes de Riverside en California. Ellos ya tenían dos hijos y con ese dinero podrían tener un tercero. Además, a Jessica le hacía feliz ayudar a una mujer que no podía tener descendencia.
Todo sucedió con una empresa basada en San Diego como intermediaria. Jessica quedó embarazada por fecundación in vitro en abril de 2016, según cuenta el Washinton Post. Un solo embrión y ninguna complicación.
Seis semanas después, en las pruebas ginecológicas los médicos descubrieron un segundo embrión. Los Lius (nombre falso empleado por la agencia para la pareja contratante de la que no se conoce nada más que su origen chino) recibieron contentos la noticia del doble embarazo. Allen y su marido tras un periodo de nervios se relajaron: ahora les pagarían 50,000 y el dinero les caería bien.
El embarazo transcurrió con normalidad. Jessica Allen y Warder Jasper, al igual que los Lius, siempre pensaron que los dos embriones eran gemelos idénticos provenientes de un sólo óvulo fecundado. Y nadie se los desmintió.
Cuando Jessica dio a luz a los bebés en diciembre de 2016 en una clínica de Riverside, California, por medio de una cesárea no pudo verlos ni pasar un rato con ellos, lo que le resultó raro y difícil. La agencia Omega Family Global no se lo permitió, según ella explica. Aunque sí vio una foto de los pequeños y no le parecieron gemelos idénticos.
Un mes después del nacimiento Allen recibió una foto de la señora Liu con la misma preocupación que ella: los gemelos no eran iguales: "¿Has pensado por qué son diferentes?", le preguntó.
Entonces hicieron una prueba genética a los bebés y uno de ellos resultó ser hijo biológico de Allen y Jasper. Una vez implantaron el embrión de los Liu en su útero ella tuvo sexo con su marido y quedó embarazada de nuevo en una pirueta del azar, pues es un fenómeno muy raro llamado superfetación. De hecho, según el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG) solo se reportan dos casos al año, si bien es cierto que algunos pueden pasar desapercibidos.
Después de este descubrimiento las cosas no fueron rodadas. Los Lius exigían los 20,000 dólares extras que habían pagado y Jessica y su marido no los tenían. Los Lius amenazaron entonces con dar a su hijo en adopción, según el testimonio de Allen al New York Post. La agencia niega esto, pero no da ninguna explicación en este comunicado que envió al periódico.
Finalmente contrataron un abogado que logró que la pareja pudiera recuperar a su hijo dos meses después de haberlo entregado sin saber que era suyo.