¿Usas mascarilla? ¿Liberal o conservador? Cuando el cuidado de la salud es una declaración política
La importancia que el presidente republicano Donald Trump ha concedido a no portar mascarilla en público se ha convertido en el más reciente símbolo de la brecha ideológica que divide a los estadounidenses durante la pandemia del coronavirus y en pleno año electoral.
En su deseo de presentar una situación de relativa normalidad, Trump ha rehusado a ponerse una mascarilla en público y le ha dicho a colaboradores que esa imagen lo haría lucir débil pese a que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ( CDC por sus siglas en inglés) recomendaron el mes pasado cubrirse el rostro en entornos públicos donde sea difícil mantener el distanciamiento social.
El presidente no se ha mostrado con la mascarilla en la Casa Blanca ni en dos visitas recientes a fábricas en Arizona y Pennsylvania.
Esa renuencia de Trump se convirtió en el aspecto principal de la visita que dispensó el pasado jueves a una planta Ford en Michigan, estado clave para escoger al presidente estadounidense de los próximos cuatro años y en donde Trump ganó por apenas 0,25% en 2016.
Pese a que la empresa había comunidado previamente a la Casa Blanca que todos los visitantes a sus plantas deben llevar mascarillas para prevenir la propagación del coronavirus, Trump no se la puso cuando estuvo frente a los periodistas.
"No quería darle a la prensa el placer de verlo", dijo el mandatario, sin explicar bien qué tipo "placer" le daría a los medios de comunicación ver que el presidente cumple con un requisito que la propia fábrica impone siguiendo los lineamientos del gobierno federal.
La televisora NBC publicó en Twitter una foto anónima del jefe de estado mientras portaba una mascarilla azul durante un fragmento de su visita a la planta de Ford en la que no estaban los periodistas.
La fiscal general de Michigan, la demócrata Dana Nessel, había advertido a Trump que podría prohibirle regresar al estado si no se colocaba una mascarilla. Y luego criticó en Twitter al jefe de estado por su decisión de no ponérsela.
La visita y la polémica sobre la mascarilla tuvo lugar después de que Trump amenazara en un tuit retener fondos federales porque Michigan planea ampliar la disponibilidad de votar por correo.
Trump, quien sostiene sin mostrar pruebas que el voto por correo facilita el fraude, ha reñido públicamente con la gobernadora (también demócrata) de Michigan desde hace semanas sobre la velocidad y la calidad de la respuesta del gobierno federal al inicio de la pandemia.
Fox News, una televisora cercana a Trump, criticó la cobertura que CNN realizó durante la visita y dijo que su competidor está "obsesionado" con la aversión de Trump a las mascarillas.
"CNN le dedicó 102 minutos al tema solamente el jueves, opacando los casi 15 minutos que la televisora dedicó durante la semana entera" a las muertes ocurridas en ancianatos de Nueva York, cuyo gobernador es el demócrata Andrew Cuomo.
Reactivación y campaña electoral
A seis meses de unos comicios en los que se juega la reelección, el mandatario ha priorizado el reinicio de actividades tras la paralización de dos meses para reactivar una economía sumida en una profunda recesión y con casi 40 millones de desempleados.
Casi todos los estados ya han relajado restricciones pese a que muchos no cumplen las recomendaciones del CDC, lo cual ha profundizado un debate público que ya estaba bastante tenso.
Poco más de un 60% de los republicanos apoyan un pronto reinicio de actividades frente a un 29% de los demócratas, según una encuesta difundida este viernes por Politico.
La encuesta consultó a 1,007 adultos entre el 5 y el 10 de mayo, con un margen de error de 3,5 puntos porcentuales.