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Elecciones 2016

Mítines de Trump: la realidad paralela donde el candidato será sin duda presidente

En su momento más crítico, el candidato republicano sigue ganando la batalla de las multitudes contra Hillary Clinton, lo que sus seguidores interpretan como una señal más de que las encuestas y los medios mienten.
12 Oct 2016 – 05:49 PM EDT
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Trump concentró a un nutrido número de seguidores en Lakeland. Crédito: Reuters

LAKELAND, Florida- ¿Crisis? ¿Qué crisis? Para los partidarios de Donald Trump que acuden a sus mítines no hay dudas de que su candidato será el ganador de la elección contra Hillary Clinton.

No importa su caída en las encuestas, ni el repudio de los líderes republicanos, ni las polémicas que manchan su imagen. El candidato presidencial republicano sigue arrastrando a masas a sus eventos de campaña, incluso en su momento más crítico.

"Los mítines son cada vez más grandes. Cuanto más le odian los líderes republicanos, más le ama la gente", dice Tomy Dastamanis, un vendedor de mercancía de campaña que acompaña al candidato desde hace un año y que asegura que en algunos días puede ganar hasta $2,000 vendiendo sus productos, muchos con mensajes negativos contra Clinton.

"Las encuestas no están bien porque sus mítines tienen tres o cuatro veces más que los de ella", dice Sylvia Knox, una votante retirada en Lakeland, Florida, donde Trump habló este miércoles junto a un hangar del aeropuerto regional.

Su impresión sobre los sondeos es compartida por muchos otros simpatizantes.

"Están amañando los sondeos. No estaríamos aquí si no fuera porque creemos que va a ganar", dice otro votante en Lakeland, Vincent Visconti.

La desconexión entre las batallas de las encuestas y la de los mítines está llegando a uno de sus máximos niveles. Clinton aventaja a Trump en 5.5% según la media del agregador de sondeos de Real Clear Politics, pero en el terreno Trump sigue igual de fuerte o más que al principio de la campaña.

Hasta tal punto pueden ser un espejismo sus mítines que si estuviera prohibido hacer encuestas, probablemente todo el mundo le daría a él como favorito.

Las multitudes adoran a Trump y él adora a las multitudes. Sus simpatizantes se autoconvencen sobre el terreno de que su candidato es el líder real de la carrera. Para ellos la magnitud del apoyo en los eventos es una evidencia más de que las encuestas están manipuladas y de que los medios de comunicación distorsionan la realidad para favorecer a la demócrata.

Trump se refugia en sus simpatizantes, en "su movimiento" como él lo llama, para crear una sensación ilusoria que niega la realidad de las encuestas y sus continuas meteduras de pata y escándalos.

Desmayos

A los partidarios que asisten a sus mítines les atraen tanto sus ideas y su carácter como la puesta en escena. Su avión de campaña aterrizó en el aeropuerto regional de Lakeland este miércoles mientras sonaba la música épica de la película Air Force One. Luego aparcó junto al escenario y Trump se bajó al son de la canción patriótica God Bless the USA para el deleite de los miles de simpatizantes que le esperaban. El orador que lo presentó pidió que dieran la bienvenida "al próximo presidente de Estados Unidos".


Nada más comenzar su discurso se jactó de que Clinton es incapaz de congregar a tanta gente como él.

Fuera del hangar, cientos aún hacían fila para entrar a verle cuando empezó su discurso. Trump lamentó que los bomberos no estaban dejando entrar a miles de personas, una queja que hace a menudo en sus eventos haya o no público en el exterior, sabedor de que lo importante es crear una imagen de éxito mientras las televisiones le muestran a él en directo desde el atril.

Miles hicieron fila durante horas bajo un calor de 82F (27C) y una alta humedad del 72%. Hubo varios desmayos, uno de ellos de una mujer mayor durante el discurso. Trump lo advirtió y dijo: "Amamos a esta gente, siempre esperan ahí durante horas. Esa persona cayó, volverá, siempre vuelven".

En el mitin, Trump recalcó que ganó "en 10 de las 10 encuestas online" tras el segundo debate presidencial en St. Louis, Missouri, ignorando que perdió en las encuestas telefónicas, más fiables porque los participantes no se autoseleccionan.

¿Termómetro adecuado?

Mientras que la demócrata ha preferido la intimidad de los espacios pequeños y medianos, Trump ha hecho del evento multitudinario una de sus señas de identidad. Muy al principio de la campaña, en agosto de 2015, el republicano ya presumió de haber congregado a 30,000 personas en Mobile, Alabama.

Sin embargo, impulsada por el mejor momento de su campaña y un día después del segundo debate presidencial, Clinton se dio el lunes el mayor baño de masas de toda la campaña en la Ohio State University, en Columbus, en un evento al que acudieron 18,500 personas, según el Servicio Secreto.

Y la asistencia a los mítines no es el mejor indicador de la popularidad real de un candidato. Sin ir más lejos, en la primaria demócrata el senador Bernie Sanders también arrastró multitudes y eso no le bastó para ganar. En California o Nueva York, Sanders congregó a diario a miles de jóvenes, pero en la votación en ambos estados cayó derrotado claramente.

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Manifestantes con constituciones de EEUU en la mano son echados de un evento de Trump

Uno de los pocos votantes de Trump en Lakeland que iten la fiabilidad de las encuestas, Charles Van Eslen, guarda la esperanza de que los encuestados que prefieren a Clinton se acaben quedando en casa.

"Creo que la energía de las bases está con nosotros aunque ella tenga más apoyo", dice Van Eslen, "al final lo decisivo será la participación. Nosotros estamos altamente motivados y probablemente iremos a las urnas".

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