Todo lo que debes saber sobre la elección escolar, los créditos de impuestos y los vouchers

El gobierno de Donald Trump anunció un nuevo proyecto de ley de reforma tributaria, y mucho se especulaba sobre los aranceles de importación, los impuestos al valor añadido y los recortes fiscales que podía incluir.
También se espera que el plan incluya una iniciativa importante de política de educación de la istración Trump: un crédito fiscal, o tax credit, destinado a financiar los vouchers para escuelas privadas.
Hace una década, empecé a investigar este nuevo tipo de voucher, el cual se financia a través de un mecanismo de crédito fiscal algo enrevesado y que le gusta especialmente a Trump y a otros republicanos.
Estos nuevos vales (o "neovouchers") son similares a los vales convencionales de muchas maneras, pero hay algunas diferencias importantes. Esas diferencias son lo que más les interesa a los defensores de los nuevos vouchers y todo el mundo debería entenderlas.
¿Cómo funcionan los vouchers convencionales?
Primero que todo, ¿qué es exactamente un voucher escolar? Normalmente, un vale es un apoyo financiero directo que ayuda a una familia a pagar la matrícula en un colegio privado, desde preescolar hasta 12º grado.
Sus defensores dicen que los vales son una manera de ayudar a los niños a asistir a escuelas no públicas. Sus detractores consideran que los vales le quitan financiación y apoyo necesarios a la educación pública.
Todos los vales subsidian matrículas con dinero de impuestos. Esto se logra de muchas maneras, y los matices son importantes.
Las políticas de voucher convencionales utilizan el método relativamente sencillo de asignar fondos estatales para darles vouchers directamente a los padres elegibles. Los padres, a su vez, le dan los vouchers a una escuela privada de su elección. Estas escuelas a veces son seculares, pero generalmente son religiosas.
Las escuelas privadas luego canjean los vouchers para obtener dinero del estado. En los 16 estados donde existen políticas de vouchers convencionales, se presentan unos 175,000 vouchers anuales, o 3.3% de la población escolar privada del país.
Sin embargo, estos programas de vouchers directos presentan cuatro grandes problemas para los defensores de la libre elección de escuela.
- En primer lugar, suelen estar disponibles sólo para familias de bajos ingresos; las familias pudientes generalmente no son elegibles.
- Segundo, cuando los gobiernos proporcionan directamente dinero de vouchers, a las escuelas participantes generalmente se les exige cumplir varios requerimientos, como requisitos de acreditación, regulación antidiscriminación, mínimo de cualificaciones del personal docente, hacer informes financieros y/o dar un examen estandarizado a los estudiantes que reciben los vales.
- En tercer lugar, los vouchers no son políticamente populares, por lo que el término más agradable "becas de oportunidades" (cortesía del gurú del mercadeo Frank Luntz) se ha vuelto cada vez más popular.
- Por último – y esto es importante – las constituciones estatales suelen prohibir la canalización de dinero del estado a las instituciones religiosas. En muchos estados, esto significa que los programas de vouchers convencionales no pueden existir si el programa incluye las escuelas religiosas. Aunque la Corte Suprema ha dictado que los vouchers no violan la ley federal, las constituciones estatales pueden crear obstáculos legales incluso mayores que los que pueda presentar la Constitución de Estados Unidos.
St. Joseph Academy, una escuela católica en Cleveland, es una de las tres escuelas que más se benefician de los dólares de vales en Ohio. Los vales convencionales de Ohio pueden aplicarse a las escuelas laicas y religiosas por igual, pero el 97% va a las escuelas religiosas.
Vouchers en esteroides
Para evitar estos problemas, muchos legisladores estatales han adoptado un nuevo tipo de política de vouchers que da esencialmente el mismo resultado, pero cambia el papel del estado: pasaría de pagar vales a emitir créditos fiscales.
Este enfoque fue adoptado por primera vez en Arizona en 1997, cuando la legislatura aprobó una ley que estableció un sistema en el que cualquier contribuyente podía "donar" dinero a una corporación especial privada sin fines de lucro. Esa corporación luego emite vales para los padres, quienes los utilizan para pagar colegiaturas en escuelas privadas. Luego, los contribuyentes obtienen la devolución del dinero por parte del estado en forma de crédito fiscal.
La constitución de Arizona – típico del lenguaje en las constituciones estatales – exige que "ningún dinero o bienes públicos deberán ser consignados para o aplicados a ningún culto, ejercicio o instrucción, o al apoyo de ningún establecimiento religioso". Pero el complicado mecanismo de Arizona mantiene los dólares específicos fuera de las arcas del estado. En consecuencia, la financiación estatal sólo apoya indirectamente a las instituciones religiosas.
La Corte Suprema de Arizona consideró esta distinción suficiente, y dictaminó que los créditos fiscales no violan la prohibición constitucional del estado contra el gasto de dinero público para apoyo religioso.
Más allá de esta ventaja legal, los defensores favorecen este tipo de método de vouchers por créditos fiscales porque sería menos probable que fuera regulado. También es probable que se abra a una gama más amplia de padres – no sólo los de bajos ingresos o familias con necesidades especiales. Y la complejidad del enfoque de los nuevos vouchers oscurece el hecho de que es realmente un programa de vouchers, lo que disminuye su condición de pararrayos político.
Algunos contribuyentes ricos pueden incluso recibir beneficios fiscales que superan el valor de sus donaciones. Este resultado desconcertante se debe a una laguna fiscal vinculada al impuesto mínimo alternativo (AMT por sus siglas en inglés), un impuesto adicional sobre algunos de los contribuyentes más ricos para garantizar que paguen su parte justa.
El AMT limita algunas exenciones fiscales, como la capacidad de deducir pagos de impuestos estatales de los impuestos federales. Sin embargo - y aquí está el giro - estos contribuyentes del AMT pueden deducir las contribuciones caritativas. Así, estos contribuyentes más ricos pueden cambiar su pago de impuestos estatales a una contribución "caritativa" y transformar de forma inmediata el pago en una deducción federal. En los seis estados que otorgan un crédito fiscal completo para donaciones de vales, los contribuyentes pueden obtener todo el valor de su vale más una deducción por la donación.
Hace una década, cuando escribí un libro explicando estas políticas de crédito fiscal y las llamé " nuevos vales (neovouchers)", existían solamente en seis estados y generaban alrededor de 100,000 vales.
Hoy en día, 17 estados tienen políticas de créditos fiscales similares a las de Arizona, que generan un cuarto de millón de vouchers, cifra que aumenta cada año.
Es poco probable que estos neovouchers ayuden a los niños
¿Estos vales mejoran el logro académico de los estudiantes? Las investigaciones sugieren que no debemos esperar que los valen tengan efecto alguno en el aprendizaje de los niños.
Una evaluación de la ley de nuevos vouchers de Florida – la cual la istración Trump parece estar utilizando como modelo – reveló que los estudiantes que reciben estos nuevos vales tuvieron una pérdida no significativa (-0.7 puntos porcentuales) en matemáticas y una ganancia no significativa (+0.1 puntos porcentuales) en lectura en sus puntuaciones en pruebas estandarizadas.
Asimismo, la investigación que se enfocó en los vales convencionales llegó a esta misma conclusión, y no encontró ningún cambio significativo en las puntuaciones de las pruebas de los estudiantes.
Qué se puede esperar
Aunque, hasta ahora, han existido políticas de nuevos vouchers sólo a nivel estatal, las propuestas están apareciendo ahora a nivel federal.
En febrero de 2017, el representante Todd Rokita de Indiana y tres colegas republicanos presentaron un proyecto de ley (H.B. 895) que establece la estructura básica de una política de nuevos vales federales.
Pero los detalles de la política de nuevos vouchers que finalmente emerja en la reforma tributaria de los republicanos están aún por verse. Partiendo de la gran variedad de políticas estatales de nuevos vouchers que ya existe, es posible que la propuesta federal brinde un 100% de crédito (como hace la H.B. 895) o un crédito de sólo 50% ó 65%.
También puede limitar la elegibilidad para los niños de familias en el umbral de la pobreza, o podría haber elegibilidad amplia o incluso universal.
Además, queda por verse si se asignarían los nuevos vouchers federales sólo en estados con programas que ya existen o si se distribuirían en todos los estados, incluyendo los que no tienen estas leyes.
Curiosamente, algunos de los defensores más acérrimos de los nuevos vouchers a nivel estatal han expresado preocupación e incluso oposición a una iniciativa federal. Más allá de la resistencia conservadora general a que el gobierno se extralimite en políticas educativas, estos expresan preocupaciones familiares sobre la probabilidad de que las regulaciones sigan al dinero, especialmente por parte de futuros demócratas que lleguen a Washington, D.C.
Obstaculos fiscales
Y, por supuesto, un programa federal de nuevos vouchers enfrentaría varios obstáculos fiscales. Si no ocurrieran recortes en otras áreas, estas políticas podrían lastrar al presupuesto federal, lo cual exigiría que los legisladores se pusieran creativos, sobre todo porque la reforma tributaria tendría que ser neutra desde el punto de vista de los ingresos. El costo de los vales para siquiera una fracción de los 57 millones de estudiantes de preescolar al 12º grado del país fácilmente podría costar decenas de miles de millones de dólares.
Sin embargo, este enorme precio probablemente no disuadirá al presidente Trump o a la secretaria de Educación, Betsy DeVos, quienes se han manifestado en contra de la parte "pública" de las escuelas públicas, y Trump incluso las ha denigrado como "escuelas socialistas del gobierno que forman parte de la "masacre estadounidense" que "deja a nuestros jovenes y hermosos estudiantes privados de todo conocimiento".
No parece probable que su gobierno vaya a renunciar a la oportunidad de darle dinero de los impuestos a la educación privada.

*Kevin Welner es profesor de Política de Educación y Derecho y director del Centro Nacional de Políticas Educativas de la Universidad de Colorado
