¿Por qué fracasa la enseñanza de idiomas extranjeros en EEUU y cómo puede resolverse esto?

Un informe reciente de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias pide más atención a la enseñanza de idiomas en Estados Unidos. El informe señala que los estudiantes estadounidenses tienen mucho menos a la enseñanza de idiomas extranjeros que los estudiantes de otros países desarrollados, y que los estadounidenses son mucho menos propensos a ser bilingües o multilingües.
Como experta en el desarrollo de lenguaje y alfabetización de niños, he hablado con muchos padres inmigrantes que esperan que sus hijos sean bilingües, pero quedan sorprendidos de que terminan siendo angloparlantes monolingües. Mientras tanto, las oportunidades de aprendizaje de idiomas extranjeros para angloparlantes son limitadas. ¿Por qué EEUU tiene tantas dificultades para producir personas bilingües?
Pérdida del idioma nativo
El deprimente estado de la fluidez bilingüe y multilingüe en el país tiene varias causas. En particular, demasiados niños con el mayor potencial para convertirse en buenos bilingües –los hijos de inmigrantes– pierden fluidez en el idioma de sus padres. Se estima que, para la tercera generación, los inmigrantes han perdido totalmente la fluidez en sus idiomas autóctonos.
El apoyo continuo (político y social, así como educativo) para mantener los idiomas de las minorías es limitado. El bilingüismo puede verse obstaculizado por un sentimiento general de que es más importante para los inmigrantes aprender inglés que mantener su primer idioma y que éstos idiomas, de alguna manera, entran en conflicto con el inglés.
En mi opinión, es irónico que tengamos estudiantes que suben escaleras en un extremo de su escuela para asistir a clases de español como idioma extranjero, mientras que en el otro extremo del mismo edificio a los hispanohablantes se les está enseñando inglés y contenido en formas que llevan a la pérdida del español.
Las clases de idiomas extranjeros 'fracasan'
Otro factor que contribuye a una falta de habilidad bilingüe en EEUU puede ser las bajas expectativas. Demasiados estadounidenses aceptan la idea de que la enseñanza de un idioma extranjero es un fracaso, que un gran porcentaje de los estudiantes nunca tendrá fluidez en otro idioma y que invertir en el aprendizaje de un idioma extranjero probablemente sea una pérdida de tiempo.
¿Cómo explicar, entonces, que casi 100% de los estudiantes en Alemania, Escandinavia, Holanda, Suiza, Singapur y muchos otros lugares alcanzan altos niveles de competencia en inglés, y además, normalmente en al menos uno o dos idiomas adicionales? ¿La población estudiantil estadounidense padece de algún bloqueo peculiar que le impide el aprendizaje de idiomas extranjeros?
Yo diría que nosotros como estadounidenses sí tenemos un bloqueo que nos impide el éxito en el aprendizaje de idiomas extranjeros: nuestras expectativas profundamente idealistas sobre cómo funciona. ¿Pueden unos pocos años de experiencia en la escuela secundaria o el bachillerato (experiencia que probablemente suma menos de 600 horas totales de instrucción) producir excelencia en otro idioma? Francamente, no, al menos no para la mayoría de los estudiantes.
Avanzar mediante las oportunidades
A pesar de las limitaciones actuales de la mayoría de los currículos, esa experiencia en el aula puede formar una base sólida para aprender de verdad un idioma extranjero.
Esto se da especialmente cuando surge una oportunidad de comunicación real. Algunos estudiantes afortunados tienen esa oportunidad a través de viajes al extranjero. Otros pueden buscarla mediante el voluntariado en los centros de refugiados o mediante programas que atienden a jóvenes inmigrantes, o al buscar o por internet con hablantes nativos.
Se han probado muchos esfuerzos para reconsiderar la experiencia tradicional en las clases de idioma extranjero. Estos esfuerzos incluyen inmersión, doble inmersión y otros programas escolares bilingües. Esos programas suelen reclutar niños de kindergarten y desarrollar habilidades en segundos idiomas mediante la enseñanza de contenido a través del segundo idioma.
A menudo funcionan bien, pero comenzar en el kindergarten no es un requisito para alcanzar la máxima fluidez. Los programas de inmersión son eficaces y, de hecho, desarrollan un aprendizaje equivalente en menos tiempo si se inician en grados más avanzados. La inmersión tardía puede ser más eficiente simplemente porque los estudiantes mayores son mejores alumnos: generalmente es más probable que hayan participado en la elección del programa de inmersión y también están más motivados para aprender.
Con esas oportunidades para mejorar la enseñanza de idiomas extranjeros, no renunciemos a ella por completo. Veamos cómo complementarla con experiencias que les permitan a los estudiantes aprovecharla al máximo.

*Catherine Snow es profesora de Educación en la Universidad de Harvard
