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Elecciones 2016

Clinton sale ilesa de un debate de tono amable

Los rivales de la favorita demócrata fueron benevolentes en un debate que contrastó con la virulencia republicana
14 Oct 2015 – 01:19 AM EDT
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Clinton al término del debate Crédito: AP
Por Fernando Peinado @FernandoPeinado


La favorita demócrata, Hillary Clinton, escapó sin daños este martes del primer debate de los candidatos de ese partido, que contrastó con la virulencia con que se batieron los republicanos en sus dos primeros encuentros.

Clinton se vio favorecida por el trato de su principal rival, el senador por Vermont Bernie 

Sanders, más preocupado de dirigir su beligerante retórica contra los bancos y los ricos que en cuestionar a la exsecretaria de Estado.

En el asunto que más ha erosionado su popularidad, el caso de los  emails, Clinton recibió un  regalo de parte de Sanders.  "¡Los estadounidenses están cansados de escuchar hablar de tus malditos emails!", exclamó el candidato, que pidió redirigir el debate hacia la desigualdad y los asuntos que preocupan a los estadounidenses. Agradecida, la candidata le ofreció la mano a su rival, que se la estrechó.

Los cinco candidatos debatieron durante dos horas sobre asuntos internacionales, políticas sociales y medidas de apoyo a la clase media en el escenario del Wynn resort de Las Vegas. Ausente estuvo el vicepresidente Joe Biden, a quien CNN reservó un podio por si decidía a última hora anunciar su candidatura y participar en el evento.

Lea también: ¿Dijeron la verdad los candidatos?

Queda por ver si la estrategia de Sanders le dará réditos.  El senador lideró en menciones en Google y en redes sociales.


El candidato, que ha movilizado a multitudes con su discurso contra la desigualdad, sufrió el mayor ataque de la noche de parte de Clinton y el exgobernador de Maryland Martin O'Malley, que

 lo retrataron como demasiado complaciente con la industria armamentística. 

El moderador del debate, Anderson Cooper, cuestionó a Sanders por su oposición en el pasado a regulaciones de armas de fuego.

El senador votó en contra de la ley federal Brady, que en 1993 impuso una revisión de antecedentes a compradores de armas. Sanders respaldó otro proyecto de ley que pretendía otorgar inmunidad a la industria armamentística. Sobre esta última, Sanders explicó que era muy compleja.

"No fue tan complicado para mí", dijo Clinton, quien sí votó como senadora en contra de la medida.

O'Malley aprovechó la oportunidad para lastimar aún más a Sanders y recordó sus esfuerzos para regular las armas como gobernador de Maryland.

Sanders, que proviene de Vermont, un estado rural y pro-armas, se defendió: "Por mucho gritar no podremos quitarles las armas a gente que no las debería tener".

Pasó luego a defender su historial pro-regulación en Vermont. Dijo que apoyó una prohibición de armas de asalto y mayores controles mentales para compradores de armas de fuego.  El enfrentamiento se produce en momentos en que muchos votantes siguen conmocionados por varias matanzas en universidades del país. 

En contraste con los debates republicanos, los inmigrantes recibieron mucha menos atención. En total los candidatos conversaron cinco minutos y 44 segundos sobre inmigración. Los candidatos coincidieron en la necesidad de una reforma migratoria integral.

Sanders y Clinton acapararon mucho más tiempo en pantalla que los otros tres rivales, O'Malley, el exsenador por Virginia Jim Webb y el exgobernador de Rhode Island Lincoln Chafee.

Era la  gran oportunidad de estos tres candidatos, poco populares en las encuestas, para darse a conocer a millones de votantes, pero de estos, solo O'Malley parecía preocupado por evitar que Sanders y Clinton monopolizaran la conversación. O'Malley pidió el turno de palabra en varias ocasiones e incluso interrumpió a sus contrincantes.

Uno de los momentos en que Sanders y Clinton mostraron sus 

diferencias fue sobre su visión del modelo capitalista.

"Creo que deberíamos mirar a países como Dinamarca y Suecia y Noruega y ver lo que han conseguido para la gente trabajadora", dijo el candidato, que se autodefine como socialdemócrata. "¿Me considero parte del proceso de capitalismo de casino por el que tantos tienen tanto y otros muchos tienen tan poco?", preguntó retóricamente.

Clinton replicó que su trabajo como presidenta sería "gobernar sobre los excesos del capitalismo" y no oponerse a éste. 

"No somos Dinamarca. Yo amo Dinamarca. Somos los Estados Unidos de América", declaró. "Cometeríamos un gran error al darle la espaldas a lo que ha creado a la mayor clase media en la historia del mundo", añadió.

El debate marca el inicio de una nueva etapa en la campaña para los demócratas, que hasta ahora habían ocupado un segundo plano frente a los republicanos, más numerosos. El próximo debate demócrata será el 14 de noviembre, transmitido por CBS. Los republicanos se verán de nuevo las caras el 28 de octubre en la Universidad de Colorado-Boulder, emitido por CNBC.

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