Bernie Sanders invoca a Roosevelt para defender su "socialismo democrático" en Washington

Rebeca Logan desde Washigton
El senador y aspirante a la nominación presidencial por el Partido Demócrata Bernie Sanders ha reconocido que en Estados Unidos “la gente se pone muy, muy nerviosa cuando oyen la palabra socialista” y sin embargo toda su carrera política ha usado esa etiqueta casi “tóxica”.
En un intento por explicarle al electorado ese término, el candidato realizó este jueves un evento en Georgetown, la prestigiosa universidad de Washington.
“El socialismo democrático significa que debemos crear una economía que funciona para todos, no sólo para los ricos”, dijo Sanders ante un auditorio lleno de estudiantes entusiasmados con su discurso
Parece ser un esfuerzo necesario. Una encuesta Gallup realizada en junio muestra que los votantes prefieren un candidato ateo o musulmán o gay a uno socialista. Solo el 47% de los encuestados votaría por un socialista.
A pesar de los sondeos, Sanders, senador independiente por Vermont, insiste en identificarse como un “socialista demócrata” y no le tiene miedo a los temas de clase social, los excesos del capitalismo y la intervención del gobierno en la economía del país.
Roosevelt sí, Chávez no
Durante el acto en Georgetown, el precandidato citó al Papa Francisco, al líder de los derechos civiles Martin Luther King, Jr. y al presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt (1933-45).
“Necesitamos crear una cultura, como nos recuerda el Papa Francisco, que no se base en la adoración del dinero. No debemos aceptar un país donde los multimillonarios compiten con base al tamaño de sus yates mientras hay niños con hambre y veteranos que duermen en la calle”, afirmó.
Sanders enfatizó el legado de Roosevelt diciendo que igual que este popular presidente, él cree que todos los ciudadanos tienen derecho a un trabajo con salario justo, a la salud, educación, seguro social y vivienda.
Durante su mandato, Rossevelt logró la ercuperación de la economía, azotada por los efectos de la llamada Gran Depresión, con un programa de obras públicas y ampliación del estado de asistencia que, en su momento, fue calificado como "izquierdista" por los conservadores.
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A lo largo de su campaña el senador ha resaltado los logros del modelo socialdemócrata de bienestar de los países nórdicos europeos, y habla de subir el salario mínimo y denunciar a Wall Street.
Asegura que su socialismo es de la variedad vigente en Suecia y no el estilo de la Venezuela de Hugo Chávez, con quien han tratado de vincularlo algunos de sus contrincantes.
En septiembre pasado, luego que una agrupación que respalda a su rival demócrata Hillary Clinton lo asociara con la “revolución bolivariana”, Sanders respondió que es un atrevimiento compararlo con “un comunista muerto”, en una aparente referencia al fallecido presidente venezolano.
Pero Sanders parece saber, o por lo menos sus consejeros de campaña, que para ser un candidato viable, tiene que atraer un porcentaje mayor de esos votantes “nerviosos” con el socialismo.
Todavía está por verse cuál será la reacción al discurso pero según Mo Elleithee, director ejecutivo del Instituto de Política Pública de Georgetown, Sanders necesita convencer a quienes de entrada le dirían no a un socialista, por más democrático que sea.
“Este discurso es un evento crucial para su campaña. Necesita explicarse ante los votantes,” dijo Elleithee en un comunicado de la universidad.
Éxito de público
Socialista o no, el mensaje de Sanders ha logrado motivar a miles de seguidores en todo el país que masivamente acuden a sus eventos.
Una encuesta hecha esta semana entre votantes de New Hampshire, el segundo estado que votará en las primarias, colocó a Sanders por encima de Hillary Clinton en las preferencias.
La diferencia es de sólo un punto 45% Sanders-44% Clinton, pero es un estímulo para la campaña del senador que muchos analistas han descartado desde que se lanzó.
La ventaja aumenta entre los votantes menores de 40 años, donde Sanders supera a Clinton: 59% vs 30% según la encuesta realizada por Fox News.
Pero incluso si Sanders llegara a ganar en New Hampshire, esto no es una garantía de la fuerza de su campaña.
El republicano John McCain ganó la primaria republicana en 2000 y luego fue derrotado por George W. Bush, y la misma Hillary Clinton le ganó a Barack Obama en New Hampshire en el 2008, para luego perder la nominación demócrata.
A nivel nacional Sanders no supera a Clinton, ni en las encuestas, ni en el poder de su maquinaria política, ni en fondos recaudados para la financiación de campaña.
Con o sin su socialismo, necesita convencer a muchos más votantes para ser un candidato viable.