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Derechos humanos

Con copias parciales del anterior y en sigilo el gobierno de Trump difunde su informe anual sobre derechos humanos

Ni siquiera el secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, ha presentado el voluminoso reporte armado con retazos del anterior, con lo que rompe una tradición de años. El senador Marco Rubio criticó la forma en que se hizo.
4 Mar 2017 – 02:32 AM EST
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El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que su país evalúa más sanciones contra Venezuela. Crédito: Alex Wong/Getty Images

Rompiendo con una tradición en la diplomacia estadounidense que suele darle peso específico a su informe mundial sobre los Derechos Humanos del año 2016, esta vez la presentación del reporte se ha hecho casi en sigilo y sin la presencia del secretario Rex Tillerson.

Al contrario de años anteriores, en que el lanzamiento del voluminoso informe era encabezado por el propio secretario de Estado, el nuevo gobierno republicano optó por colocarlo en la página web del Departamento y convocar a una teleconferencia con un funcionario no identificado.

Además, el informe llega cuando analistas se preguntan si el presidente Donald Trump está voluntariamente restando relevancia al Departamento de Estado, el marcapasos de la política exterior estadounidense, con la ausencia de altos funcionarios en puestos vacantes y el protagonismo de un grupo de leales en la Casa Blanca.

El papel de Tillerson en este informe se limitó a firmar un prefacio de una página y media donde informó que el documento está destinado al Congreso para servir a los legisladores como una guía sobre el estado de los derechos humanos en todo el mundo.

Zurcido con retazos del anterior

En la teleconferencia, el funcionario que hizo la presentación negó que Tillerson haya querido mantener distancia del contenido del informe, y alegó que en la audiencia en que fue interrogado por el Senado, antes de su confirmación, ya expuso su visión sobre la importancia de los derechos humanos.

Consultado sobre si Tillerson tenía previsto hablar públicamente sobre el informe, la fuente apuntó apenas que el documento "habla por sí mismo. Estamos muy, muy orgullosos del informe".

"Como en años anteriores, el informe documenta una disminución de espacios para la sociedad civil", dijo el funcionario a modo de resumen.

En esta nueva edición, el informe traza un panorama de las políticas públicas aplicadas para los derechos humanos, y en líneas generales es una actualización de la edición de 2015 con casos puntuales.

En el caso de Argentina, por ejemplo, el documento recoge la preocupación de entidades argentinas de derechos humanos con la detención de la activista Milagro Sala, pero no formula ninguna recomendación sobre el tema.

La sección sobre Venezuela, en tanto, arranca con párrafos copiados textualmente de la edición anterior y reitera las denuncias sobre hostigamiento y arresto de opositores así como limitaciones a ejercicio de la prensa.

En referencia a Brasil, el documento menciona rápidamente el juicio político que derribó el gobierno de Dilma Rousseff, y añade que "las autoridades brasileñas por momentos no tienen control efectivo de sus fuerzas de seguridad".

Sobre Cuba, el informe menciona la imposibilidad de los cubanos de elegir su propio gobierno.

Distancia con Putin y Duterte


El informe, que en algunos casos no varía de la postura de informes de años previos realizados durante la presidencia de Barack Obama, es muy crítico con Rusia o Filipinas, países con los que Trump ha mostrado intención de realizar acercamientos.

"La ocupación y la pretendida anexión de la península ucraniana de Crimea continuó afectando a la situación de derechos humanos significativa y negativamente", señala el informe en relación con la injerencia rusa en el conflicto de Ucrania.

El informe destaca los intentos de las autoridades rusas de suprimir el derechos de asamblea y de expresión y de "restringir la capacidad de los ciudadanos de elegir su Gobierno por medio de elecciones justas y libres".

Es crítico también con el Gobierno del presidente filipino, Rodrigo Duterte, que asumió el poder el pasado verano, por alentar con su política contra las drogas un "aumento" de las "ejecuciones extrajudiciales".

Críticas en casa


La ausencia de Tillerson en la presentación del informe provocó reacciones inmediatas.

El senador republicano Marco Rubio, un activo miembro del comité de Relaciones Exteriores de esa cámara del Congreso, criticó a Tillerson en la red social Twitter.

"Por primera vez en mucho tiempo, el informe del Departamento de Estado sobre derechos humanos no será presentado por el Secretario de Estado. Tengo la esperanza de que reconsidere", publicó Rubio.


El ex subsecretario de Estado Tom Malinowski recordó en la red Twitter que "cada Secretario de Estado desde por lo menos Warren Christopher (en 1977) presentó personalmente este informe".

A su vez, la directora de la entidad Human Rights Watch en Washington, Sarah Margon, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que el gesto adelante un cambio de política de Estados Unidos con relación al tema de derechos humanos.

"La nueva política anti musulmana del presidente (Donald) Trump para los refugiados y noticias sobre recortes en la ayuda internacional elevan las preocupaciones de que Estados Unidos no será tan protagónico en materia de derechos humanos", añadió.

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