Tijuana, donde llegan huyendo de la muerte los migrantes, es la ciudad más violenta del mundo

Tijuana es la ciudad con más homicidios del mundo y México es el país con el mayor número de ciudades violentas, según el ranking anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal mexicano que fue publicado esta semana.
La ciudad fronteriza donde ahora esperan miles de migrantes centroamericanos que piden asilo a Estados Unidos se ubicó en 2018 en el puesto número 1 de la lista debido a una tasa de 138.26 homicidios por cada 100,000 habitantes. Esto es un promedio de siete asesinatos por día.
En el listado de las 50 ciudades más violentas del mundo están precisamente varias de las metróplis de donde vienen estos migrantes, como San Salvador en El Salvador (en el puesto 24), San Pedro Sula en Honduras (de 33) y la capital de ese mismo país, Tegucigalpa (en el lugar 39).
Muchos centroamericanos huyen de la violencia en sus lugares de origen, pero paradójicamente llegan a la ciudad más violenta actualmente, donde el gobierno de EEUU con apoyo del mexicano los obliga ahora a esperar por un turno que puede demorar meses para solicitar asilo.
Para realizar esta lista, la organización toma en cuenta los datos proporcionales a la población de localidades de más de 300,000 personas, omitiendo lugares que se encuentran en conflictos bélicos.
En 2018, América Latina mantuvo su desafortunada distinción de albergar la mayor cantidad de ciudades violentas del mundo: 42 de 50. De esas, 15 están en México, 14 en Brasil, 6 en Venezuela, 2 en Honduras, 2 en Colombia. El Salvador, Guatemala y Jamaica tienen al menos una en la lista.
Estados Unidos tiene cuatro ciudades en el ranking: St. Louis (en el número 15), Baltimore (23), Detroit (46), Nueva Orleans (en el último lugar y la capital de Puerto Rico, San Juan (en el 40).
Pero sin duda, el país que sigue teniendo el mayor número de metrópolis donde ocurren más asesinatos es México, que tiene cuatro entre las primeras cinco, donde la guerra entre carteles del narcotráfico ha hecho que esas cifras sigan en aumento.
La única que se coló en el top 5 de las más violentas es Caracas, la capital de Venezuela, ahora azotada por una aguda crisis política que ha llevado a una grave emergencia humanitaria.
México se lleva la peor parte
Según la organización que elabora el ranking, el año pasado reveló la gravedad de la violencia en México, que al igual que en 2017 tiene la ciudad más violenta del mundo y este año desplaza a Brasil con cantidad de metrópolis peligrosas, que durante varios años tenía ese título.
"Es de destacar que Brasil tiene una población 67% mayor a la de México y presenta un mayor número de urbes, diferencias que acentúan la gravedad de la violencia urbana en México", advierte el reporte.
Centroamérica mantiene la tendencia a la baja
Entre tanto, el estudio destaca que mientras México empeora, se mantiene la tendencia a la baja en ciudades de Centroamérica, en particular en Honduras. San Pedro Sula fue la ciudad más violenta del mundo por cuatro años consecutivos: de 2011 a 2014. Pero en 2018 la tasa de 46.67 homicidios por cada 100,000 es un 75% inferior a la máxima tasa alcanzada en 2013 que fue de 187.14.
La también hondureña ciudad de Tegucigalpa, capital del país, se mantuvo entre 2011 y hasta 2016 entre las 10 más violentas del mundo. En 2018 tuvo una tasa de 43.30 homicidios por cada 100,000 habitantes, un 58% inferior a la tasa máxima alcanzada en 2012 que fue de 102.
Ciudad de Guatemala de una tasa de 96.04 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2010 pasó a una de 43.73 en 2018: un 54% menos.
San Salvador tuvo en 2012 una tasa de 32.48 por cada 100,000 habitantes como consecuencia de la tregua entre pandillas, pero en 2014 la tasa subió a 61.21 y en 2015 a 108.54, como resultado del fin de la mencionada tregua. Pero en 2018 se registró una tasa de 50.32, que es un 54% inferior a la de 2015.
Venezuela no cuenta sus muertos
Otra tendencia que señala el reporte es la dificultad para reconocer la magnitud de l a violencia homicida en Venezuela, que cada vez es más notoria.
"Desde años anteriores, pero sobre todo en 2018 nos enfrentamos a un nuevo fenómeno que expresa la muy grave crisis que en todos los órdenes que enfrenta Venezuela: la creciente incapacidad de contar a sus muertos. Desde hace años las autoridades han dejado de publicar estadística criminal y los diarios se dieron a la tarea de realizar recuentos mensuales, a partir de las propias notas periodísticas. Pero ahora hasta estos conteos son escasos o inexistentes. La crisis general ha golpeado duramente a los medios y su labor de suplir la ausencia de información oficial", asegura el informe.