null: nullpx
CityLab Política

Jason de León: el hispano que recolectó 9,000 objetos abandonados por los migrantes en la frontera

Este antropólogo es uno de los tres latinos que recibieron la prestigiosa beca de la Fundación MacArthur, premio que le entregará 625,000 dólares para continuar su investigación.
Patrocina:
11 Oct 2017 – 06:26 PM EDT
Comparte
Default image alt
Jason De León fue uno de los elegidos para recibir una beca de más de 600,000 dólares para continuar con sus proyectos a lo largo de la frontera con México. Crédito: MacArthur Foundation

Desde 2009 Jason de León, antropólogo y profesor de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, viaja todos los años al desierto de Sonora, en Arizona. Ahí recolecta artefactos abandonados por los migrantes en su camino a Estados Unidos: mochilas, bolsos, tejidos, vírgenes, zapatos, biberones, biblias, bidones de agua, camisetas con estampados de la Estatua de la Libertad. Así fue como estos objetos se transformaron en testigos de un fenómeno que cobra la vida de cientos de inmigrantes, los que cada año mueren tras viajar, por hasta casi diez días, sin agua, comida y refugio.

A partir de esta idea, De León fundó Undocumented Migration Project, un proyecto de origen antropológico que –entre otros méritos– le acaba de valer una de las prestigiosas becas otorgadas por la Fundación MacArthur. Todos los años, la organización otorga entre 20 y 35 becas de 625,000 dólares cada una para “invertir en la originalidad, visión y potencial de una persona”.

Un grupo de investigadores y alumnos realizando trabajo de campo junto a De León, en el desierto de Sonora, en Arizona. (Michael Wells)


Hoy, el Undocumented Migration Project tiene más de 9,000 artefactos recolectados, algunos de ellos en exhibición en el Museo de Historia Estadounidense, en Washington DC. Sin embargo, la exhibición más famosa del proyecto fue State of Exception (Estado de Excepción), montada en The New School, en Nueva York, entre febrero y abril de este año. En ella se expusieron más de 900 mochilas, botellas de agua y artefactos recolectados por él y su equipo en Sonora, Arizona. El fondo recibido le permitirá continuar esta investigación y posiblemente crear un recinto en Arivaca, cerca de la frontera en Arizona, donde trabajar y recopilar los objectos.

“El punto de todo esto es que cada mochila representa una persona. Una historia. Una historia complicada. Una historia larga. Y tenemos que pensar en ellos primero. Los artefactos, por un lado, son la manera para llegar a la gente, no el fin en sí mismo”, dijo De León a CityLab Latino.


¿Qué te inspiró a crear el Undocumented Migration Project? ¿Por qué este foco en la muerte y en el valor de los objetos?

Antes de iniciar el proyecto en 2009, yo estaba trabajando en México como arqueólogo. Durante ese tiempo conocí mucha gente, muchos de ellos migrantes. Ellos se manejaban en el desierto, cruzando la frontera y, bueno, después de tantos años hablando con ellos, tratando de entender sus experiencias, decidí tomar otra dirección y enfocarme en el proceso social de las migraciones. Conocerlos me afectó mucho. Así fue como empecé esto, cuando fui por primera vez al desierto con la idea de usar los métodos de arqueología para entender ese proceso y conectarla con otros métodos de antropología como la etnografía y la ciencia forense. El tema de la muerte es muy fuerte en este contexto. Es una cosa que no puedes evitar. La muerte está por todos lados en ese proceso.


¿Qué significan los artefactos para ti?

Los artefactos son cosas muy importantes para entender cómo es la vida de los migrantes, cómo se sufre en el desierto. Estos objetos son parte de la historia de los Estados Unidos, son la evidencia material de que este proceso está pasando, de que hay mucha gente sufriendo. La arqueología es muchas veces para mí un método para documentar ese proceso.

¿Me puedes dar algún ejemplo de esos artefactos u objetos que hablan de esa historia en común entre Estados Unidos y México?

Tenemos más de 9,000 piezas. Hay mucha variedad: botellas de agua, zapatos, ropa, cosas de niños, biblias, cartas, tarjetas de identificación. Hay algunos que te afectan un montón, emocionalmente hablando, como las botellas de los bebés o los zapatos de los niños. Para mí, estas cosas tienen más fuerza cuando estamos hablando de las historias de una persona. Los estadounidenses tienen que entender que millones de personas están, hoy, pasando por ese proceso. Por ejemplo, en 2009 encontramos una playera que tenía una Estatua de la Libertad gigante en la parte de la espalda. Esas son para mí las poderosas marcas del sueño americano.

¿Cuáles crees que han sido los mayores éxitos del proyecto?

Uno de los mayores logros fue que el Smithsonian Archives Institute y el Museo de Historia Estadounidense quisiera exhibir los artefactos. Eso es un reconocimiento a que lo que hacemos es muy importante, que estos artefactos son una pieza de nuestra historia, que aquí no estamos hablando sobre números, sobre estadísticas, sino que estamos hablando sobre personas, sobre familias, sobre inmigrantes que tienen historias y nombres. Y en esos momentos es cuando tenemos que comenzar a tener esos tipos de conversaciones con el público afuera de la academia.

¿Y los mayores desafíos?

Uno de los desafíos más grandes es que a la gente, en general, le interesan solo los objetos. Pero yo no quiero hablar sobre los objetos de los migrantes solamente; yo quiero hablar sobre las personas. Por eso es importante mostrar al público que la arqueología es un vehículo para empezar otro tipo de conversación sobre migración. Por ejemplo, en la exhibición de Nueva York, donde había casi 900 mochilas de inmigrantes, la gente decía que le afectaba mucho, que se sentían tristes. Pero, la mayoría de las veces hablaban solo sobre las mochilas y no sobre esas personas.


¿Dónde te gustaría ver al proyecto en el futuro?

Estamos trabajando en el desierto usando ciencia forense para encontrar restos de migrantes fallecidos en Arizona e identificarlos. Los recursos de esta beca van a ayudar a hacer otra exhibición más, en septiembre de 2018, sobre las experiencias de los migrantes no sólo en Sonora, sino que también en Centroamérica y México. Siempre hay lugares donde podemos hacer más y con esta beca vamos a hacer un montón de cosas. Estoy muy, muy emocionado por eso.


¿Por qué es relevante que latinos como tú ganen este tipo de premios?

En este momento, la persona que está en la Casa Blanca no quiere entender la realidad de la migración. Por eso, lo que queríamos hacer es mostrarle al público cuál es esa realidad, la realidad de la frontera. Estamos tratando de usar un montón de métodos para hablar con un público grande y amplio y creo que me ayuda mucho el hecho de que soy latino. Porque tengo familia migrante, porque muchos de ellos cruzaron, porque tengo familia indocumentada. Tengo una conexión muy fuerte con ese tema, además de mis estudios. Yo creo que esa conexión personalmente influye mucho en el tipo de trabajo que estamos haciendo. Una parte es ciencia. La otra es estudio. Y la otra, pues, las emociones. La idea es intentar poner en práctica un proyecto que tenga las tres cosas.

Loading
Cargando galería
Comparte
Widget Logo