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CityLab Delincuencia

La guía de un expolicía para no ser arrestado

Estos consejos sumamente francos pueden evitarte una noche en la cárcel.
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8 Mar 2017 – 04:42 PM EST
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Tratar de no llamar la atención de los agentes es uno de los consejos que dio este autor, un ex policía. Crédito: EDUARDO MUNOZ ALVAREZ/AFP/Getty Images

Dale Carson es un abogado defensor en Jacksonville, Florida, así como un antiguo miembro de la policía del condado Miami-Dade y exagente del FBI. Por lo tanto, sabe un par de cosas sobre cómo los policías deciden a quién acosar y lo que todos podemos hacer para no ser una de esas personas. Carson ha destilado sus consejos en un libro titulado Arrest-Proof Yourself (Vuélvete a prueba de arresto). Se trata de un libro realmente escalofriante: 369 páginas de perspicacias sobre las múltiples maneras en que los policías identifican y hostigan a las personas en su ronda con el fin de acumular la mayor cantidad de arrestos posibles.

“Ahora los policías son parte del sistema de recaudación de ingresos”, Carson explicó a CityLab en una entrevista telefónica. “Los de los cuerpos policiales son jóvenes y competitivos, están competiendo entre sí y entre diferentes departamentos. Se convierte en un juego. El patrullaje policial no se trata de mantener las calles seguras, se trata del éxito estadístico. La pregunta para ellos es: ¿Quién puede meter la mayor cantidad de personas en la cárcel?” .

Por lo tanto, para nosotros la pregunta sería: ¿Cómo podemos evitar la cárcel? El libro de Carson hace un trabajo bastante bueno de explicar –con lenguaje directo– cómo ganarle a un sistema que es cada vez más depredador.

Sé invisible para la policía

Carson tiene cuatro reglas de otro y la primera es “si la policía no te puede ver, no te puede arrestar”. La aplicación más sencilla de este concepto es si piensas hacer algo ilegal, lo debes hacer en la privacidad de tu casa. Sí, puedes ser arrestado en tu casa, pero no se te pueden identificar los rasgos que te hagan sospechoso a sus ojos y eso es lo que uno quiere evitar.


La regla se extiende a actividades que son perfectamente legales. “En EEUU del siglo XXI”, escribe Carson, “mientras no estés cometiendo un crimen, podrías ponerte la ropa más alocada que quieras, andar por las calles a la hora que quieras y pararte en un poste de luz o estar en una discoteca loca si eso te entretiene”. “Podrías” es la palabra clave. En realidad, a los policías les encanta molestar a la gente que se destaca, más allá de si estás cometiendo un delito. Si manejas un auto deportivo o un lowrider, es más probable que llames la atención de un policía que si manejas un Honda Civic gris. Lo mismo aplica al vestuario, al estilo de cabello y al tono y al volumen de voz. En fin: sé aburrido.

De tal modo, trata de camuflarte. Los policías de patrullaje que andan por la misma ruta día tras día “están increíblemente sintonizados con la incongruencia”. Pero no debes ser demasiado reactivo cuando veas policías. “Los policías son predadores visuales”, escribe Carson. “Cualquier cambio repentino en movimiento, velocidad, dirección o conducta inmediatamente atrae su atención”. Eso significa que si estás haciendo algo que piensas que podría llamarle la atención a un policía, hacer otra cosa rápidamente le llamará la atención todavía más. “No cambies el patrón”, aconseja Carson. “Continúa continuando”.

Y si puedes lograrlo, no salgas de noche.

¿Y si no puedo serles invisible a los policías?

Si los policías te quieren acosar, lo van a hacer, incluso si estás siguiendo los consejos anteriores al pie de la letra. ¿Entonces, qué haces? Cada interacción con un policía implica dos luchas: una para el ‘dominio psicológico’ y otra para la ‘custodia de tu cuerpo’. Carson aconseja rendirse durante la primera para ganar la segunda. ¿Es denigrante hacer esto? Por supuesto. “Ser interrogado por la policía es insultante”, escribe Carson. “Sin embargo, es menos insultante que ser arrestado. Lo que te estoy aconsejando que hagas cuando te interrogue la policía es tomarlo como viene. Esto es difícil y emocionalmente doloroso”.


Ganar la batalla psicológica requiere que seas honesto con los policías, así como educado, respetuoso y resistente a la provocación. “Si un policía invade tu espacio personal y te llena la cara de aliento a café y rosquilla rancia, ignóralo”, escribe Carson. Lo mismo aplica si te hinca el pecho con el dedo o si usa insultos raciales. “Si reaccionas, te van a arrestar”. Mírales a los ojos pero no sonrías. “A los policías no les gustan las sonrisas”. Siempre di la verdad. “Mentir es complicado, decir la verdad es sencillo”.

Carson también dice que debes ser digno, a no ser que parezca que estás a punto de perder tanto la lucha psicológica como la lucha para la custodia de tu cuerpo. En tal caso, debes ser estratégicamente patético.

Antes que nada, debes pedir un aviso de comparecencia (‘ notice to appear’) como una alternativa al arresto. Aún tienes que presentarte delante de un juez, pero puedes ir por tu cuenta sin primero ir a la cárcel. Carson dice que la forma menos degradante de hacer que un policía te dé un aviso en lugar de arrestarte es decirles que no eres un delincuente habitual y que ser arrestado (y que te saquen una foto de prontuario) te va a impactar tu empleo, educación y/o familia.

¿Y si eso no funciona? Entonces es hora de degradación. Empieza a llorar. Llora a gritos mientras que pidas un aviso (aquí la opción es el aviso o cárcel, no aviso/cárcel o escaparse sin castigo alguno). “No pierdas tiempo preocupándote por lo que pensarán tus amigos”, dice Carson. “Si están contigo, a ellos los van a arrestar también”. Si no están contigo, no lo van a saber.

Si el llanto no funciona y estás dispuesto a hacer lo que sea para no ir a la cárcel, Carson aconseja “ensúciate para que los policías consideren soltarte para así evitar que se ensucie su coche de policía”. Vomita en tu ropa. Defeca y orina en tus pantalones. Entonces diles a los policías lo que has hecho. Si de todos modos te arrestan, te van a limpiar y te darán otra ropa en la cárcel.

Cosas razonables que jamás debes hacer

Si estás manejando demasiado rápido y ves a un coche de policía ahí adelante, no pises los frenos. “Si de pronto pisas los frenos”, escribe Carson, “los policías que estén delante de ti verán que la parte frontal de tu auto se inclinará hacia abajo, una señal de que estabas excediendo el límite de velocidad”. No conduzcas perfectamente ni demasiado lentamente. No manejes encorvado ni pongas demasiadas cosas pesadas en tu cajuela, lo que hará que tu auto ande más cerca de la superficie de la vía. Si eres hombre y quieres andar por la calle con tus amigos, prepárate para que te paren. “Cuando los policías ven a cuatro hombres jóvenes en un auto, inmediatamente se preguntan si esta es una pandilla de delincuentes a punto de cometer un crimen”. Si vas a andar en un grupo de cuatro hombres, haz que un miembro de tu grupo se ponga un artículo de ropa muy visible que indique lo que hace para ganarse la vida. Por ejemplo, si todos son trabajadores de construcción compartiendo un vehículo desde el sitio de trabajo a sus casas, alguien en el auto debe llevar un casco puesto. En serio.

¿Otra cosa razonable que jamás debes hacer? Permitir a un policía que registre tu auto. Hay muchas trampas legales que les permiten a los policías a registrarte el auto sin causa probable o sin una orden judicial, pero Carson aconseja que siempre les niegues el permiso. Aún debe seguir todas las reglas de una detención por una infracción de tránsito –mantén tus manos donde los policías las puedan ver, dales tus papeles, sal del auto si te lo piden– pero nunca permitas que registren el auto. Siempre, siempre, siempre diles que no (de manera educada).

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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