El edificio 666 Fifth Avenue, en Manhattan, es el símbolo perfecto de la era Trump

Jared Kushner realmente sí podría ganarse una fortuna. El acuerdo que el yerno del presidente Donald Trump —que también es asesor de la Casa Blanca— está forjando con inversionistas chinos en cuanto al redesarrollo de una propiedad de oficinas de Manhattan promete una fortuna de cientos de millones para Kushner Companies. Y es así a pesar de que Nueva York tiene un exceso de espacios para oficinas, muchas de ellas vacías.
“Fulano de tal podría terminar ganándose una fortuna”. Esta es una objeción rutinaria sobre los conflictos de interés que han enmarcado los primeros días de la istración Trump. Desde las infracciones potenciales de la cláusula sobre remuneraciones adicionales en la Constitución por parte del mandatario hasta los esfuerzos por parte de sus parientes de ganar dinero de la presidencia, el clamor es tan familiar que es un coro extenuado.
La propuesta para 666 Fifth Avenue —el número de su dirección es pura casualidad— reúne todas las preocupaciones sobre las prácticas de negocios de la familia presidencial bajo un solo techo chillón. Desde los millones que el proyecto quizás recaude para la venta de visas estadounidenses a extranjeros hasta sus controversiales arquitectos, 666 Fifth sería la brillante cristalización de la época Trump.

El insólitamente alto 666 Fifth Avenue (Kushner Companies/Zaha Hadid Architects).
La semana pasada detalles sobre 666 Fifth salieron a la luz enla agencia Bloomberg y el diario Wall Street Journal. Según esos medios, Kushner Companies está negociando con inversionistas sobre un complejo que quizás genere hasta 12,000 millones de dólares en inversiones. Los socios de la empresa quizás incluyan a la empresa Anbang, cuya inversión de 4,000 millones de dólares en el plan incluiría 400 millones de dólares para Kushner Companies.
Dado que el proyecto actual está saliendo al ras (sin ganar ni perder) y al descenso del valor en bienes raíces para oficinas a lo largo de Nueva York, las cifras de las que se habla ya están causando sorpresa. La relación de Anbang con el gobierno chino es un secreto a voces. Los críticos dicen que un trato preferencial para 666 Fifth podría ser un intento de China de comprar influencia dentro de la Casa Blanca (Jared Kushner vendió su interés personal en 666 Fifth a un fideicomiso privado, pero tal fideicomiso lo controlan sus parientes, tal como Trump ha arreglado sus propios intereses de negocios en un esfuerzo sumamente tibio de evitar la apariencia de conflicto).
La propuesta para 666 Fifth Avenue cuenta con un diseño de Zaha Hadid, la fallecida arquitecta que ganó el Pritzker, conocido como el Nobel de la arquitectura. El nombre de Hadid es sinónimo del lujo, del diseño curvilíneo y de tendencias autocráticas. El trabajo de Zaha Hadid Architects en EEUU incluye One Thousand Museum, una torre ‘exoesqueleto’ en Miami cuyos soportes estructurales son visibles desde afuera. En 2014 el Museo de Diseño premió al Heydar Aliyev Center que Hadid diseño en Bakú, Azerbaiyán, como el Diseño del Año, a pesar de las violaciones de derechos humanos que condujeron a su construcción. Preocupaciones sobre las muertes de cientos de trabajadoresinmigrantes de construcción durante las edificaciones realizadas para la Copa Mundial de 2022 en Qatar han acosado el trabajo de la empresa para el Estadio Al Wakrah (donde se ha muerto por lo menos un trabajador hasta la fecha). Japón eliminó a Hadid de sus planes para los Juegos Olímpicos de Verano en Tokio en 2020 en cuanto a los costos del estadio olímpico propuesto por la empresa sobrepasaron unos 1,600 millones de dólares.
Patrik Schumacher —el sucesor de Hadid como cabeza de la empresa— sólo ha echado leña al fuego de la controversia. Schumacher ha recomendado que se elimine la vivienda social y que se ponga fin al apoyo gubernamental de la escuela de arte en el Reino Unido (donde la empresa tiene su sede), entre otras extremas posturas. Como compañía, Zaha Hadid Architects se ha distanciado públicamente de sus pronunciamientos, entre ellos su recomendación de que haya una abolición de todos los espacios públicos.
El diseño inicial de 666 Fifth parece crear espacio público donde no hay, lo cual es una pequeña ironía cuando se considera que Trump Tower eliminó al espacio público y Schumacher se opone al mismo. Una cuadra completa de Midtown ha desaparecido en la representación de diseño del complejo: esta fue sustituida por un parque que queda delante del podio del edificio. El diseño mismo es un típico ejemplo del estilo de Zaha: espectacular, firme y libre de contexto. El podio es una característica sensacional que hace eco del asombroso Centro de Transportes del World Trade Center que fue diseñado por Santiago Calatrava, con un increíblemente alto rascacielos de 1,400 pies colocado arriba para completar el cuadro. Es el tipo de diseño que quizás haga que uno abogue por quitar cuadras de Manhattan para tener una mejor vista de la fachada. Impresionante —tal como el Burj Khalifa— pero horrible al mismo tiempo: un edificio antipopulista que olvida la historia, los precedentes, el vecindario y el lugar.
Una de las cualidades más risibles de 666 Fifth probablemente pasará desapercibida, dado la neblina de tráfico de influencia y el espectáculo fascista que la oculta. Tal cualidad sería su uso potencial del financiamiento EB-5, un programa de inmigración que ha obtenido cientos de millones en desarrollo para los bienes raíces de lujo a cambio de visas para inversionistas extranjeros (mayormente chinos). El programa de dinero por visas —el cual fue el sujeto de un juicio de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes en febrero— se ha ganado intenso escrutinio del Congreso en un momento en que la istración Trump está cerrando las fronteras estadounidenses tanto para los musulmanes (y sus laptops), como para los inmigrantes indocumentados.
Tal como fue diseñado originalmente, el programa EB-5 de dinero por visas buscaba atraer inversión extranjera directa a los proyectos rurales y a los proyectos urbanos en apuros. El Congreso ha prometido tomar medidas para hacer que la categoría de inmigración cumpla con su propósito original o eliminarla por completo. Pero el interés de Kushner en conseguir dinero fácil para 666 Fifth podría presagiar una defensa de la Casa Blanca del programa atribulado. Específicamente, una defensa de EB-5 es una forma de intercambiar visas estadounidenses para una inversión china en bienes raíces de lujo.
Si proceden los planes de la torre 666 Fifth, no será completado antes de 2025, como pronto. Ya para ese tiempo el segundo término del presidente en la Casa Blanca potencialmente se habrá concluido. Quizás tengamos (o quizás no) un muro grande y bello en la frontera para servir de un monumento concreto de su istración extraordinaria y todo lo que representó. Pero ningún solo trato de la época Trump demostrará tan eficientemente cómo los hijos del diablo tienen la suerte del diablo tanto como 666 Fifth.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.
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