Miles de personas dan último adiós al policía hispano asesinado en Los Ángeles

Miles de personas, entre familiares, compañeros y amigos, celebraron este lunes los oficios fúnebres del oficial Ricardo Gálvez, asesinado en la noche del 18 de noviembre en el estacionamiento de la estación de policía de Downey, al sureste de Los Ángeles, California.
En la misa celebrada en español por el arzobispo de Los Ángeles, el monseñor José Gómez, en la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, el jerarca pidió oraciones por el alma del policía asesinado y por sus familiares.
A su vez, el alcalde de Downey, Luis Márquez, quien destacó el espíritu de ayuda de Gálvez a los demás, aseguró que "el mundo perdió un héroe".
"Somos muy bendecidos por haber sido los beneficiarios de su servicio", afirmó Márquez.
Acompañado por una caravana
Luego, una caravana de cientos de oficiales de la policía, marines, familiares y amigos acompañó los restos mortales del oficial hasta el cementerio Rose Hills Memorial Park, en Whittier, en donde fue enterrado luego de recibir honores póstumos por parte de la policía.
Este domingo, más de mil personas asistieron a un rosario y velatorio realizados en el Centro Cívico de Downey para honrar al oficial conocido con el apelativo de "Ricky" y el primer muerto en servicio en ese departamento.
El oficial Ricardo Gálvez, de 29 años, se encontraba vestido de civil y sentado dentro de su vehículo particular en el estacionamiento de la estación de policía en Downey luego de haber asistido a un entrenamiento profesional en un lugar cercano, cuando alrededor de las 11 de la noche dos hombres se acercaron a su vehículo y le dispararon.
Al escuchar los disparos, un agente que estaba en su auto persiguió a los sospechosos hasta la cercana ciudad de Montebello, donde abandonaron su vehículo y escaparon a pie. Momentos más tarde fueron arrestados tres sospechosos quienes posteriormente fueron acusados.
Steven Knott, de 18 años de edad, Jeremy Anthony Álvarez, de 21 años y Abel Díaz, quien cumplió 17 años este viernes, fueron acusados por la muerte a bala del agente y tienen programada una audiencia ante la corte el próximo 17 de diciembre.
Según señaló en su momento durante una conferencia de prensa el teniente John Carina, del Departamento del alguacil de Los Ángeles, la muerte del agente Gálvez fue un intento de robo "que terminó mal" con los asaltantes disparando al oficial indefenso, que no tenía su arma de dotación consigo.
Cada uno de los tres detenidos ha sido acusado de un cargo de asesinato con el agravante de haber ocurrido durante un intento de robo y un cargo de robo en segundo grado agravado por circunstancias de relación con pandillas y utilización de un arma de fuego.
Tanto Knott como Álvarez, quienes están detenidos sin fianza, enfrentan la posibilidad de una condena a pena de muerte, mientras que a Díaz, a quien se fijó una fianza de 1 millón de dólares, enfrenta una pena máxima de cadena perpetua por ser menor de edad aunque está siendo juzgado como adulto.