Candidatos que demandaron que los indocumentados no recibieran ayuda por coronavirus perdieron la elección
Los candidatos republicanos hispanos que presentaron una demanda contra el estado de California para impedir que los indocumentados recibieran una tarjeta de 1,000 dólares durante la crisis del coronavirus, fueron apabullados en las urnas: perdieron por un amplio margen frente a dos demócratas.
El salvadoreño Ricardo Benítez, quien llegó ilegalmente a este país, fue el que sufrió el revés más duro en su intento por ganar el Distrito 39 de la Asamblea estatal. Solo recibió 29,666 votos (26.5% del total), quedándose muy atrás de su rival, la demócrata Luz María Rivas, quien se reeligió con más de 82,000 sufragios (73.5%), de acuerdo con las autoridades electorales.
La jurisdicción que estaba en juego representa a varios vecindarios del Valle de San Fernando, en el noreste de Los Ángeles, con una alta población latina, como Sun Valley, Sylmar y North Hollywood.
Benítez se volvió blanco de varios activistas proinmigrantes cuando se reveló que había demandado al estado buscando eliminar un plan que ya entregó 75 millones de dólares a unos 150,000 adultos sin documentos legales que perdieron su empleo debido a la contingencia por el coronavirus.
El mismo Benitez emigró de su natal El Salvador sin tener papeles y se legalizó a mediados de los 80 gracias a la política de amnistía del presidente Ronald Reagan que benefició a decenas de miles de inmigrantes. En las redes sociales lo han tachado de ser un racista ante su propia comunidad, una acusación que él ha negado.
En abril, Benitez trató de sacudirse la controversia en un video de 54 minutos en el que expresó: “Yo he sufrido lo mismo que ustedes han sufrido al llegar a Estados Unidos”, dijo entonces en una transmisión en su cuenta de Facebook. “Yo a los indocumentados los amo, los ayudo, los apoyo en todo (…) El indocumentado viene a trabajar, no viene a perder el tiempo”, expresó.
Este martes miles de sus vecinos le dieron la espalda en las casillas electorales.
Lo mismo le ocurrió a la hispana que también demandó por la ayuda a los indocumentados. Jessica Martínez, quien es una ferviente simpatizante del presidente Trump. Ella perdió la batalla por el Distrito 57 de la Asamblea estatal.
Por Martínez votaron 52,000 personas (39.5% del total), pero a su contrincante, la demócrata Lisa Calderón, la beneficiaron poco más de 80,000 sufragios (60.5%).
Durante la campaña llegaron varias manifestaciones hasta la casa de Martínez, quien es concejal de Whittier, donde casi el 70% de sus habitantes son hispanos, para pedirle que dejara en paz a los que no tienen papeles.
La querella a la que ella se sumó y que fue rechazada por un juez afirmaba que la iniciativa estatal violaba leyes federales y estatales porque los trabajadores indocumentados no eran elegibles para beneficios de desempleo.
A la activista Patty Chávez, quien organizó las protestas contra Martínez, no le sorprendió que perdiera la elección. “Era de esperarse que una persona racista como Jéssica Martínez no ganara otro puesto político en una comunidad mayormente poblada por latinos”, dijo a Univision Noticias. “Fue claro el repudio en contra del odio racial en la ciudad de Whittier”, agregó.
Chávez dijo que esta fallida campaña electoral envía un mensaje a otros políticos en California, un estado que se volvió mayormente demócrata debido a leyes antiinmigrantes en la década de 1990.
“El voto latino tiene poder y gracias a racistas como Jessica hemos aprendido que cuando luchamos juntos, siempre ganamos”, expresó la activista. “Una dura lección para todos los latinos que tienen un puesto político y atacan a su propia gente”, concluyó.