Esta es la razón por la que, si amas al planeta, no deberías comprar alimentos orgánicos
La comida orgánica está de moda y muchas personas gastan dinero extra en ella pensando que es mejor para su salud, aún pese a que diversos estudios científicos han revelado que estos alimentos no son más nutritivos y que incluso puede tener más pesticidas que otros.
Hay otra razón para dejar de comprar frutas y verduras orgánicas si es que amas el planeta, ya que sus cultivos provocan mayores emisiones de carbono y además son perjudiciales para la fauna natural.
La comida orgánica sería poco ecológica
Lechugas, frutillas, manzanas, tomates, etc., todos en una sección diferente del supermercado separados de aquellas frutas y vegetales de producción masiva y con un precio que va de acuerdo a su sello de «orgánicos».
Estudios científicos señalan que no vale la pena gastar más en productos orgánicos ya que no existen beneficios reales probados. Si acaso necesitas más para convencerte, te contamos que los cultivos de ese tipo en realidad son más dañinos para el planeta.
Los campos dedicados a los cultivos orgánicos producen menor cantidad de frutas y vegetales, pero gastan mayor cantidad de agua y electricidad en los procesos de producción, lo que hace crecer su huella de carbono.
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Asimismo, al necesitar mayor cantidad de terreno para producir la comida necesaria se ocupa lugar que antes era hábitat de fauna salvaje, pero que fue desplazada, ya que estos campos eran más valiosos en su uso para agricultura.
La agricultura y ganadería ocupan el segundo lugar en la lista de los emisores de gases de invernadero que contribuyen al cambio climático, liberando igual cantidad de CO2, pero con una producción menor que un campo de igual tamaño.
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Los beneficios de las granjas tecnológicas
En momentos donde se requiere entregar alimentación sana al menor precio posible, las llamadas granjas tecnológicas que funcionan dentro de construcciones especiales, con las condiciones necesarias para utilizar menor cantidad de recursos con resultados más abundantes, son la mejor opción si se trata de cuidar al planeta.
Estos cultivos verticales en que las bandejas de producción se colocan una sobre otra, dejando solo el espacio necesario para que crezcan, utilizan de forma inteligente los recursos necesarios sin malgastar, ya que cada gota de agua que se evapora es reciclada.
A su vez, se entrega la luz necesaria mediante ampolletas LED especiales para estimular la fotosíntesis , que son de bajísimo consumo y que además tienen como plus el hacer que las plantas crezcan más rápido.
Estos invernaderos ocupan poco espacio, lo que les permite estar dentro de las grandes urbes, evitando que frutas y vegetales deban recorrer grandes distancias para llegar al consumidor vital, por lo que se evita el gasto de combustible.
Eficientes, ecológicas y con menores costos de producción, este tipo de granjas ya están presentes en países como Japón, Singapur y Estados Unidos y muy pronto podrían extenderse a otros lugares del mundo.
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