Harris endurece su plan en la frontera para cerrar la brecha con el discurso migratorio de Trump
La vicepresidenta Kamala Harris, candidata presidencial del Partido Demócrata, viajó el viernes a la frontera sur para hablar de su plan migratorio. Durante la gira, Harris propuso mantener vigente la orden provisional emitida en junio por el presidente Joe Biden que cerró la frontera y afectó significativamente la política de asilo.
“Mantener cerrada la frontera entre los puertos de entrada para acabar con los cruces fronterizos ilegales”, dijo la campaña de Harris en un comunicado inmediatamente después de un discurso pronunciado por la candidata demócrata. Harris también dijo que pondrá en marcha autoridades de emergencia “más fuertes” para hacer “más difícil levantar la autoridad de emergencia al exigir que el número promedio de cruces fronterizos sea menor durante más tiempo antes de que se pueda levantar el cierre” impuesto por Biden.
La orden de junio dispuso cerrar la frontera cuando el promedio de detenciones semanales sobrepase los 2,500 entre puertos fronterizos autorizados. Y determina que será reabierta cuando el número de hallazgos baje de los 1,500 en promedio durante una semana.
La proclama presidencial bloqueó la mayor parte de solicitudes de asilo en la frontera con México y otorgó amplia discrecionalidad a los agentes de la Patrulla Fronteriza (BP) para arrestar a extranjeros indocumentados, rechazar sus pedidos de asilo y colocarlos en procesos de deportación acelerados con un castigo de 5 años sin poder regresar a Estados Unidos.
Kamala Harris en la frontera: su plan
El plan de Harris es bajar el promedio semanal de detenciones y de esa manera no abrir la frontera por ahora. De acuerdo con el último reporte de la Oficina de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP), en agosto el número de detenciones de extranjeros en la frontera sin una causa legal para permanecer en territorio estadounidense bajó a niveles que no se veían desde 2019.
La agencia federal también dijo que la Patrulla Fronteriza detuvo a alrededor de 58,000 extranjeros indocumentados en la frontera sur en agosto y que los encuentros durante ese mes fueron un 68% más bajos que los registrados en agosto de 2023. Pero que el promedio semanal de hallazgos seguía estando por encima de los 1,500, lo que permite al gobierno mantener cerrada la frontera.
Harris, para asegurarse de que los números de ingresos de inmigrantes no vuelvan a aumentar, tomando en cuenta que solo faltan 39 días para la elección del martes 5 de noviembre, propone bajar el promedio de arrestos promedio semanal, postura que es criticada por activistas proinmigrantes afines a su candidatura y republicanos que apoyan al expresidente Donad Trump.
La candidata demócrata prometió además que, si es electa, pedirá presentar cargos penales más severos contra los extranjeros que intenten ingresar ilegalmente al país en repetidas ocasiones y prohibirá que las personas que crucen la frontera ilegalmente pidan asilo, además de enfrentar un castigo de 5 años sin poder regresar a Estados Unidos.
La vicepresidenta también dijo que propondrá al Congreso una reforma migratoria con camino a la ciudadanía para millones de indocumentados que llevan décadas en el país, un reto que Biden intentó a principios de su gobierno entre enero y marzo de 2021. El plan fue aprobado por la Cámara Baja, pero se estancó en el Senado por falta de apoyo bipartidista.
Avalancha de críticas a Kamala Harris por el viaje a la frontera
La visita del viernes es el segundo viaje de Harris a la frontera sur desde que se convirtió en candidata demócrata a la presidencia tras el retiro de Biden luego de fuertes presiones del Partido Demócrata tras un debate con Trump en donde el presidente mostró dificultades de coordinación.
Previo a la llegada de Harris a Douglas, Arizona, los republicanos lanzaron una andanada de ataques a la vicepresidenta centrados en cuestionar su papel en el desempeño de encargada de atender las causas que originan la inmigración y que desencadenaron la crisis, tarea que le fue otorgada por Biden tras llegar a la casa Blanca en enero de 2021.
La campaña Trump-Vance dijo en un comunicado que “el viaje de último minuto de Kamala a la frontera y sus llamados vacíos por una mayor seguridad, 39 días antes de las elecciones, no reescribirán los últimos 44 meses de caos, crimen y derramamiento de sangre causados por su política de apertura de fronteras”.
Los republicanos aseguran que Harris ha votado “en contra de una mayor financiación para la Patrulla Fronteriza, ha pedido la abolición del ICE y ha votado en contra de la construcción del muro fronterizo del presidente Trump” y la acusan de la crisis que fronteriza registrada en los últimos tres años y medio.
“Creo que (el viaje a la frontera) es una gran farsa”, dijo a Univision Noticias Alfonso Aguilar, analista republicano y exdirector de la Oficina de Ciudadanía de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) durante el gobierno de George W. Bush. “Ella va a la frontera para decir que quiere resolver la crisis que ellos mismos (los demócratas) crearon y resolverla con las mismas políticas que llevaron a la crisis”.
Qué dice la campaña de Harris
La campaña de Harris rechaza las acusaciones lanzadas por los republicanos y acusa al expresidente de ser responsable en gran medida de la crisis registrada en la frontera y que fue heredada por Biden.
Aseguran que Trump, durante su gobierno, “no hizo nada para arreglar nuestro sistema de inmigración roto, empeoró las cosas y eliminó el acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza, solo para hacer politiquería”.
También lo acusan de “no haber solucionado la escasez de agentes fronterizos y jueces de inmigración para asegurar la frontera”, situación que generó “un retraso de casos judiciales” que en enero de 2021 se estimó en 1.2 millones y en la actualidad sobrepasa los 3.6 millones de casos.
Los demócratas también acusan al expresidente de haber separado forzosamente a miles de familias que llegaron a la frontera en busca de asilo “arrancando a los niños pequeños de los brazos de sus madres y metiéndolos en jaulas”. E insisten en que “Trump bloqueó el acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza más estricto y justo de la historia estadounidense para su propio beneficio político”, que fue rechazado en febrero y mayo en el Senado.
El citado acuerdo otorgaba $14,000 millones que serían destinados a contratar unos 2,400 agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), 4,300 agentes de asilo de USCIS y crear 100 nuevos tribunales de inmigración, todo ello para descongestionar la Corte de Inmigración (EOIR) y los casos en USCIS, estimados en 10 millones de solicitudes.
Harris promete que, si gana la elección del 5 de noviembre, “firmará” el citado proyecto de ley y acusa a Trump de haber bloqueado el proyecto bipartidista para mantener la crisis en la frontera y justificar su discurso de campaña.
Pero los republicanos rechazan este argumento. “El proyecto bipartidista no pasaba (el voto en el Senado) aun si Trump no hubiese intervenido”, afirma Aguilar. “Porque ese plan perpetúa la crisis (migratoria) permitiendo que millones de personas lleguen al país todos los días. Continuaría el flujo de personas en la frontera con México”.
Aguilar dijo además que, el proyecto migratorio bipartidista criticado por los republicanos y defendido por los demócratas “no reduce el número de ilegales en la frontera, sino que solo permite manejar más fácilmente el flujo de personas en la frontera, pero sigue permitiendo el flujo de indocumentados”.
Activistas rechazan retórica de campaña de Harris sobre la frontera
Tanto la orden provisional de Biden publicada en junio como la propuesta de Harris lanzada el viernes de modificar el número de arrestos para mantener cerrada la frontera no son bien vistas por activistas que defienden los derechos de los inmigrantes y que son afines al Partido Demócrata.
“No es bueno endurecerlo”, dice Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles, California (CHIRLA), en cuanto al discurso migratorio. “Hay un derecho humano en el asilo y ella (Harris) tiene que respetarlo”.
Salas agrega que “al final del día, cualquier persona que gane la presidencia (en las elecciones del martes 5 de noviembre) tiene que respetar los derechos humanos de las personas que huyen de sus países y están solicitando asilo. Queremos que se mejore el sistema y no utilizarlo para ganar votos”.
A la pregunta sobre las amenazas de la campaña de Trump de deportaciones masivas si gana la elección, Salas dijo que “son reales. Tendría un impacto horrible en la comunidad inmigrante, sobre todo entre quienes están amparados bajo el ‘parole humanitario’ (CHNV). Lo acabaría en un instante, cientos de miles serían encarcelados y deportados de Estados Unidos”.
El ‘parole humanitario’ ha permitido la entrada al país de unos 530,000 inmigrantes originarios de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela previa aprobación de un patrocinador por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Los titulares reciben un permiso de entrada válido por dos años dentro del cual deben ajustar sus estados bajo cualquier otro programa legal disponible, entre ellos el asilo. De lo contrario, deberán irse o se les iniciará un proceso de deportación.
“Estamos en una situación en la cual la vicepresidenta Harris será una mejor líder, pero siento que no es correcto endurecer la política de asilo ahora porque, si cae en la retórica, no se regresa de ella. Ambos candidatos tienen que respetar los derechos humanos de los inmigrantes que vienen en busca de asilo”, precisó la directora de CHIRLA.
Trump, por su parte, dijo el miércoles que, de ganar la elección, eliminará el CHNV y también la aplicación CBP One, que ha permitido a entrada de poco más de 800,000 migrantes desde que fue activada en enero de 2023. El candidato amenazó con deportar a todos los beneficiarios de ambos programas.
“Estamos con gran preocupación”, dice Carlos Ira, un inmigrante originario de Nicaragua a punto de cumplir dos años protegido él y su familia, esposa y dos hijas, bajo el ‘parole humanitario’ y que no hay logrado ajustar sus estados migratorios. “Sólo nos queda esperar que el presidente Biden extienda el permiso de estadía o gane la vicepresidenta Harris y no nos vayan a deportar. Quienes huimos de Nicaragua, el gobierno nos castigó quitándonos la nacionalidad. Vivimos con miedo todos los días”.
Casa Blanca revisa la orden de junio sobre inmigración
A principios de septiembre, Univision Noticias reportó que funcionarios de la Casa Blanca, junto con funcionarios del DHS y del Departamento de Justicia (DOJ), se encontraban revisando la norma provisional de junio que cerró la frontera afectando severamente el derecho a solicitar asilo.
“El DHS y el DOJ continúan procesando los comentarios recibidos en relación con la Norma Final Provisional publicada el 7 de junio de 2024”, confirmó a Univision Noticias la oficina de prensa del DHS. Y advirtió que “no podemos comentar sobre el contenido de una norma que aún no es definitiva ni se ha emitido”.
La respuesta dejó entrever que la istración Biden en efecto está elaborando una nueva regla final sobre el que ha sido quizás el tema más espinoso de su gestión en el ámbito migratorio: la seguridad fronteriza.
La declaración fue emitida ante una pregunta enviada por Univision Noticias relacionada a un reporte del diario The New York Times donde se aseguró que la Casa Blanca está considerando hacer permanentes las restricciones de asilo impuestas temporalmente en la frontera con México en junio.
La norma excluye a los menores no acompañados, quienes son procesados bajo el amparo del Acuerdo Judicial Flores de 1997, regla exige que sea un juez de inmigración quien determine sus futuros en Estados Unidos bajo el debido proceso migratorio.
En relación con esta exclusión, el DHS dijo que “no ha habido discusiones sobre la eliminación de la exención existente para los niños no acompañados de las restricciones de asilo en la norma”.
En caso de extender el cierre de la frontera con México o hacer permanente el decreto de junio, Biden sería el responsable de afectar duramente el sistema de asilo en Estados Unidos, que durante décadas ha permitido que cualquier extranjero que cruce la frontera, incluso entre puertos fronterizos no autorizados y manifieste temor por su vida si es deportado, el derecho de solicitar asilo.
“Harris también sería responsable de afectar el derecho al asilo”, dijo Salas.