Un volcán podría ayudarnos a luchar contra el calentamiento global ¡La madre naturaleza al ataque!
Incluso de las formas menos esperadas, la Tierra demuestra su capacidad de cuidarse a sí misma. Así fue como un volcán submarino hizo erupción y el material que arrojó podría convertirse en una segunda oportunidad para un arrecife en decadencia, lo cual ayudará a luchar contra el calentamiento global. La razón es interesante (y un tanto adorable).
La erupción de un volcán submarino
El 13 de agosto, el Observatorio de la Tierra capturó imágenes de una gran acumulación de piedra pómez que flotaba en el Océano Pacífico. Es evidente por qué esa agrupación de piedras llamó tanto la atención: las fotos publicadas por la NASA muestran que esa especie de balsa es mucho más grande que todo Manhattan.
Este fenómeno natural es resultado de la liberación de materiales tras la erupción de un volcán submarino. Por la decoloración en el agua alrededor de las rocas se cree que el volcán se encuentra cerca de Tonga, en los alrededores de la Isla Late (la cual es mucho más pequeña que el grupo de rocas).
Los investigadores reportaron la actividad volcánica desde el 7 de agosto, pero fue el día 15 cuando la tripulación de Sailr Surf ROAM reportó en redes sociales que el cúmulo estaba compuesto por piedras de diversos tamaños, desde el de una canica hasta el de una pelota de basquetbol. Por su gran extensión, los barcos deben tener precaución al aproximarse a ella. Sobre todo porque la "isla" está en movimiento constante.
Como la piedra pómez es porosa, esto le permite flotar sobre el agua y cambiar de posición gracias a las corrientes. Es justo esa cualidad la cual le ayudará al planeta a combatir uno de los efectos del cambio climático.
Rumbo a la Gran Barrera de Coral
Los arrecifes de coral son uno de los lugares con más vida en todo el planeta, siendo la Gran Barrera de Coral en Australia uno de los más importantes. El calentamiento global ha aumentado la temperatura en los océanos y también los ha vuelto más ácidos. Con ello, los arrecifes entran en un proceso de blanqueo y se vuelven inhabitables, como señala la Fundación Great Barrier Reef.
Como la acumulación de piedra pómez se dirige hacia Australia, los expertos han señalado que podría no llegar solo. Al ser una superficie tan grande, es probable que muchos organismos lo utilicen como una especie de transporte colectivo. Así, los seres vivos arribarán a la Gran Barrera y la convertirán en su nuevo hogar, dotándola de nueva vida.
Aunque se trata de un efecto positivo, es importante señalar que esto no solucionará de manera definitiva el problema de la destrucción de dicho arrecife.
Su restauración necesita de acción humana inmediata, así como de medidas ecológicas y legislativas que eviten que el problema empeore y propongan soluciones tanto efectivas como sustentables. Este proceso tomará años, pero vale todos los esfuerzos.
Te invitamos a leer: