Los agujeros negros no sólo destruyen planetas, también pueden crearlos
Un grupo de astrónomos japoneses propuso la idea de un nuevo tipo de planeta que se podría formar alrededor de un agujero negro masivo y ya le pusieron nombre.
Los agujeros negros popularmente son conocidos como gigantes formaciones en el espacio capaces de absorber todo lo que los rodea.
Es cierto que los hoyos negros tienen una fuerza gravitatoria tan grande que atraen a cuerpos espaciales que no pueden escapar de su interior, especialmente si son formaciones muy densas.
Sin embargo, los astrónomos han descubierto que existe una zona segura alrededor de los agujeros negros que permite la formación de nuevos cuerpos a partir de remolinos de polvo.
Los investigadores observaron la órbita de las estrellas que habitan en el centro de Sagitario A*, el agujero negro de la Vía Láctea, y que han sobrevivido durante décadas.
Según las observaciones, las condiciones en el centro de un agujero negro son aptas para formar un nuevo cuerpo espacial, al cual llamaron blanet, por black planet o planeta negro.
Un agujero negro está rodeado por un disco de cuerpos en crecimiento que giran alrededor del núcleo por la atracción gravitatoria. Ese disco crea enormes remolinos de polvo y gas que se agrupan para alimentar al agujero negro.
El proceso es muy parecido a la formación planetaria alrededor de una estrella, en el cual una nube de gas colapsa. El material restante crea un disco alrededor del astro que, eventualmente, toma forma y encuentra una órbita.
En ese proceso, los granos de polvo se adhieren y se acumulan en piezas cada vez más grandes que atraen más granos hasta formar un planeta en algunos millones de años.
El equipo del astrónomo japonés Keiichi Wada de la Universidad de Kagoshima propuso que un evento parecido podría suceder alrededor de un agujero negro.
La investigación de Wada inició en 2019; sin embargo, los primeros cálculos determinaron que los granos de polvo podrían chocar entre sí y colapsar, en lugar de adherirse.
El equipo replanteó su hipótesis y determinaron que deben cumplirse algunas condiciones para la formación de planetas alrededor de un agujero negro.
El agujero negro supermasivo debe tener una velocidad de un millón de masas solares y deben estar a 13 años luz de distancia del núcleo en la línea de nieve, un lugar donde los cuerpos volátiles se condensan en hielo.
Si las condiciones se cumplen, un blanet podría formarse entre 70 y 80 millones de años y sería entre 20 y 300 veces más grande que la Tierra; sin embargo, no hay forma de detectarlos, por lo que es una propuesta hipotética.
De acuerdo con la investigación, la envoltura gaseosa de un blanet debería ser insignificante en comparación con su masa, por lo que es una formación diferente a los planetas convencionales y por eso les fue otorgado otro nombre.
La hipótesis de Wada servirá para estudiar la estabilidad de nuevos sistemas planetarios alrededor de un agujero negro supermasivo.
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