Restricciones del Real ID dejarán sin posibilidad de volar a familias inmigrantes sin estatus legal en EE.UU.
LOS ÁNGELES, California. – A partir del próximo 7 de mayo, entra en vigor el Real ID, una medida federal que podría cambiar radicalmente la vida diaria de millones de inmigrantes en Estados Unidos.
Esta forma de identificación nacional, impulsado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), será requerida para abordar vuelos domésticos y acceder a ciertas instalaciones federales.
Tiene como objetivo reforzar la seguridad tras los atentados del 11 de septiembre. Pero, para las comunidades indocumentadas, representa una barrera más en su ya limitada movilidad dentro del país.
Viajar ya no será una opción para muchos
Actualmente, muchas personas usan sus licencias de conducir o identificaciones estatales para abordar vuelos nacionales. Sin embargo, a partir de mayo, eso dejará de ser posible si no cuentan con el nuevo Real ID o un pasaporte válido emitido por su país de origen.
Para obtener un Real ID se requiere comprobar estatus legal en EE.UU., mediante documentos como un pasaporte estadounidense, acta de nacimiento, naturalización o tarjeta militar. Esto deja automáticamente fuera de la posibilidad a los inmigrantes indocumentados.
Angélica Caballero, madre de familia con más de 28 años en Estados Unidos, lo vive con dolor. Su hijo ha sido aceptado en Boston College, en Massachusetts, pero ella no podrá visitarlo. “Me da mucha tristeza que no voy a poder irlo a visitar. Si se enferma, no poder ir, eso me da mucha tristeza”, lamenta.
La historia de Angélica no es única. Miles de padres, madres y familiares en situación migratoria irregular ya se están preparando para no poder asistir a graduaciones, partos, emergencias médicas o simplemente reencontrarse con sus seres queridos.
Obligados a vivir en las sombras
“Con esto que está pasando de este gobierno yo pienso que ni en carro vamos a poder salir”, añade Angélica. Aunque el Real ID no restringe el uso de vehículos, el miedo a ser detenidos y la percepción de vigilancia aumentan.
Muchos inmigrantes afirman sentirse cada vez más obligados a “vivir en las sombras”, aislados, incluso después de décadas de trabajo y contribución en el país, pagando impuestos y cumpliendo con sus responsabilidades.
Mientras se acerca la fecha límite, crece la incertidumbre y el temor entre las comunidades inmigrantes, que ven cómo sus libertades se reducen y sus posibilidades de moverse dentro del país son más limitadas.
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