Una teoría asegura que las sirenas podrían ser reales (la evidencia está en nuestra piel)
Aunque las sirenas parecen una creación mitológica, existe una teoría que explica por qué su existencia podría ser real y ha tomado fuerza en los últimos años.
Pinturas, libros, películas, programas de televisión y hasta logotipos de marcas han popularizado la imagen de mujeres mitad humano, mitad pez conocidas como sirenas.
El mito de las criaturas indica que son mujeres hermosas con cola de pez en lugar de piernas y que habitan en las profundidades del océano con una melodiosa voz que atrae a los marineros.
Gracias a los relatos de muchas personas, existe una creencia popular de que están escondidas en algún punto del océano, aunque nunca se hayan encontrado pruebas.
En 2011, Animal Planet lanzó un documental titulado Sirenas: el cuerpo encontrado, en el cual propone la existencia de las criaturas marinas basado en la teoría del simio acuático.
La teoría existe desde finales del siglo pasado, pero volvió a popularizarse con el documental que renovó el interés del público por las criaturas.
La teoría del simio acuático no plantea la existencia de bellas mujeres con voces persuasivas, pero sí propone la vida de una criatura humanoide en el mar.
La teoría establece que la competencia entre primates era tanta que se vieron orillados a buscar comida en el agua. De esta manera, ciertos seres se volvieron semiacuáticos y eventualmente adoptaron características que les permitieron habitar en el agua, convirtiéndose en sirenas.
La teoría está respaldada por algunas características humanas que son únicas de nuestra especie y que nos dan capacidades o habilidades que no tienen otros animales.
La desnudez o carencia de vello corporal es una característica de mamíferos acuáticos o subterráneos, a excepción de los humanos. Según la teoría, esto podría ser una ventaja para adaptarse al agua y nadar más rápido.
Los humanos somos los únicos seres que podemos controlar la respiración de manera consciente, lo cual nos permite sumergirnos y después volver a tomar aire. Incluso hay casos de bebés que detienen la respiración instintivamente cuando entran al agua.
El espacio entre el pulgar y el índice se asemeja a una membrana de un ser acuático y los dedos se arrugan cuando entran al agua, lo cual podría ser otra evidencia que respalde la teoría.
Aunque la teoría del simio acuático cuenta con argumentos creíbles, no es una hipótesis aceptada por ninguna disciplina científica y las cualidades evolutivas tienen otras explicaciones.
El perro es otro mamífero que también puede nadar, aunque esté cubierto de pelo, así que no es un argumento contundente. La desnudez tiene una explicación de regulación de temperatura y los dedos arrugados son una característica adaptativa para sujetar objetos en el agua.
Después de que saliera al aire el documental, la istración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos puso fin a la discusión diciendo que nunca se habían encontrado humanoides acuáticos y las sirenas son seres mitológicos que ocupan un lugar en el inconsciente colectivo de la humanidad.
A pesar de que hay más evidencias que refuten la teoría que aquellas que la confirman, existe un gran número de creyentes que esperan encontrar una sirena, pero su interés podría tener una explicación psicológica.
De acuerdo con especialistas de la Universidad de Ohio, quienes están interesados en la teoría no están desinformados, sino buscan en los lugares correctos para encontrar lo que quieren saber: que las sirenas son reales.
De esta manera, existe un sesgo en la búsqueda de información y las personas interesadas en la teoría prefieren consumir productos mediáticos que apoyan la creencia.
Además, aunque la teoría sea refutable, no hay manera de probar la inexistencia de las sirenas; por lo tanto, hay quienes creen que están escondidas en alguna parte del mundo.
La ciencia indica que las sirenas son un mito y que nuestros antepasados no se quedaron en el agua, pero muchas personas afirman haber visto una.
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